~capitulo siete~

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Al día siguiente, mi madre me esperaba en la sala del castillo con el mismo aire de autoridad de siempre

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Al día siguiente, mi madre me esperaba en la sala del castillo con el mismo aire de autoridad de siempre. Mi padre y mis hermanos ya estaban allí, observándola con atención. Sabía que algo importante se avecinaba.

—Durante la reunión de esta noche —empezó mi madre, su voz firme y calculada—, los reinos estarán ocupados discutiendo la desaparición de tu hermana. Todos estarán centrados en sus preocupaciones y no prestarán atención a lo que sucede fuera de la sala. Demien, tú tienes otra misión.

Sus ojos se clavaron en los míos, y en ese momento supe que lo que iba a decir cambiaría el rumbo de todo.

—Vas a infiltrarte en el castillo Celestium. Tienes que buscar cualquier rastro de tu hermana. Si la encuentras, la traerás de vuelta. Si no... averigua qué están ocultando. —Su tono no dejaba lugar a preguntas.

Asentí, mi mente ya trabajando en cómo llevaría a cabo la misión. No tenía ninguna certeza, pero sabía que esa era mi única oportunidad de descubrir qué había pasado con ella.

La noche cayó rápidamente, y llegamos al castillo Celestium justo a tiempo para la gran reunión. Los reyes y líderes de los reinos ya estaban allí, cada uno más tenso que el anterior, sus rostros reflejando la creciente preocupación por la desaparición de mi hermana.

Entramos al gran salón iluminado por candelabros dorados. Las miradas de todos los presentes se encontraban fugazmente antes de desviar su atención hacia el centro de la sala, donde las discusiones pronto comenzarían. Pero mientras caminábamos hacia nuestros asientos, algo me llamó la atención: no vi a Adhara por ningún lado. Normalmente, ella estaría allí, con su mirada desafiante, observando cada movimiento.

Fruncí el ceño, desconcertado. ¿Dónde estaba? Mi mente no dejaba de darle vueltas a la posibilidad de que su ausencia no fuera casualidad. Pero antes de que pudiera pensar más, sentí la mirada de mi madre sobre mí.

Cuando volví la cabeza hacia ella, hizo un leve gesto con la mano, su rostro sin emociones, pero la señal era clara: era hora de que me fuera. La reunión ya había comenzado, y todos estaban concentrados en los asuntos del reino. Nadie notaría mi ausencia.

Asentí ligeramente y me escabullí entre las sombras, dirigiéndome hacia los pasillos del castillo. Sabía que el tiempo estaba en mi contra. Aprovechando que todos estaban en la reunión, mis guardias y yo nos movimos en silencio por los pasillos vacíos del castillo, avanzando hacia las zonas que estaban menos vigiladas.

El ambiente era sofocante, como si las paredes mismas guardaran secretos que no querían ser revelados. Ordené a mis hombres que comenzaran la búsqueda en las salas y en las habitaciones cercanas. El plan era encontrar cualquier indicio, por pequeño que fuera, de que mi hermana pudiera haber estado aquí.

Sin embargo, la sensación de que algo estaba terriblemente mal no me abandonaba. Mientras me movía por los pasillos, el silencio a mi alrededor era abrumador.

De repente, sentí una presión fría en mi cuello. El filo de un cuchillo.

—¿Buscas algo, príncipe? —la voz de Adhara, tan afilada como su cuchillo, resonó a mis espaldas.

Me quedé inmóvil, mi respiración acelerándose. El acero en mi piel era un recordatorio de lo frágil que era la vida en ese momento.

—¿Qué crees que estás haciendo aquí? —continuó Adhara, su tono lleno de burla—. ¿Piensas que puedes infiltrarte en mi castillo sin consecuencias?

—Pensé que serías más directa, no que atacarías por la espalda —dije, manteniendo mi voz lo más tranquila posible, aunque el filo de su cuchillo me mantenía alerta—. No busco conflictos, solo respuestas.

Adhara rió suavemente, una risa que no mostraba más que desprecio.

—Las respuestas no se encuentran espiando, príncipe. Y menos cuando no tienes idea de lo que realmente está en juego aquí. —Su aliento cálido rozó mi oído, pero el cuchillo no se movió.

—¿Dónde está mi hermana? —pregunté, tensando cada músculo de mi cuerpo.

—Eso es algo que no te conviene saber —susurró Adhara—. Pero te daré un consejo: si sigues con esto, no habrá vuelta atrás. Estás a punto de pisar un terreno peligroso, Demien. Y las piezas que estás moviendo... están jugando un juego mucho más grande que tú.

El filo del cuchillo desapareció de mi cuello, y antes de poder girarme, Adhara se desvaneció en las sombras, dejándome con más preguntas que respuestas.

Pero ahora, no había vuelta atrás.

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⏰ Última actualización: Oct 21 ⏰

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