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Capitulo 4: Pensamiento inusual

"Acabas de entrar a la boca del lobo

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"Acabas de entrar a la boca del lobo."

Las palabras salieron antes de que me diera cuenta, como un susurro de advertencia que ella no alcanzaría a entender. Estaba seguro de que esto iba a salir mal, de alguna forma. Tal vez no sabía mucho sobre cómo conocía a Izana, pero con solo verla ahí, en medio de esa tensión entre ambos, era suficiente para saber que terminaría en desastre. Esos dos, Izana y Ran, son iguales: una bomba que está a punto de estallar y llevarse todo a su paso, incluyendo a alguien tan imprudente como ___.

Las horas en clase transcurrieron con relativa calma, o al menos hasta que sonó la campana del último periodo. Todos en el aula salieron uno apurados, yo me mantuve cerca de la puerta, bloqueando la salida con una calma disimulada. De acuerdo con las instrucciones de Ran, dejé que todos pasaran excepto ella.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ Rindou: Ran quiere que te quedes.

Vi cómo ella se detenía, algo incómoda, y miraba volteó donde él estaba. Ran la saludó con una mano, indicándole que se acercara. Desde la mesa del profesor, le sonreía con ese aire confiado y condescendiente que siempre usaba cuando se trataba de intimidar. Cuando se acercó, noté cómo él la tomaba por la cintura y la atraía hacia él, dejándola contra el borde de la mesa, sin darle espacio para retroceder. Sus ojos tenían ese brillo oscuro que nunca predecía nada bueno, y por primera vez, sentí la necesidad de intervenir.

Bajé la mirada, incómodo, mientras él comenzaba a murmurar algo. De alguna forma, sus palabras me llegaron:

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ Ran: No quiero que te acerques a Izana, ¿entendiste? -decía, con ese tono insinuante y una sonrisa torpe mientras jugueteaba con las puntas de su cabello-. Sabes... llevo tiempo pensando en declararme ante ti

«¿Qué mierda?»

Solté una carcajada inevitable, y ambos se giraron para mirarme. No podía contener la risa. Lo que acababa de escuchar era tan absurdo que me parecía cómico. La idea de verlos a ambos juntos en una relación era ridícula.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ Rindou: ¿Qué te fumaste? Porque yo también quiero

Aún riendo, intenté calmarme y me giré para enfrentar la puerta, apoyando la frente en ella. Esto no podía ser real. Pero cuando me volví de nuevo, ellos estaban demasiado cerca. Antes de que pudiera procesarlo, estaban besándose.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ Rindou: ¡Qué asco! -grité sin poder contenerme

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‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ Rindou: ¡Qué asco! -grité sin poder contenerme.

El aula quedó en silencio. Me incorporé, mirando a mi alrededor, y sentí el peso de la mirada de todos en mi dirección. Me estremecí un momento, hasta que volví a la realidad: estaba en mi pupitre, mi cara pegada al escritorio, con líneas de baba secándose en mi mejilla.

«¿fue un sueño?"»

Alivio y frustración me golpearon a partes iguales mientras me sentaba, aclarándome la garganta con vergüenza. Miré hacia donde estaba el profesor, quien me lanzaba una mirada severa, y luego volví la vista a Ran. Algo en su expresión me hizo sentir inquieto. Normalmente sería el primero en bromear o hacer comentarios, pero estaba serio, observando su teléfono sin decir una palabra. Luego, desvié la mirada hacia ___, sentada en su escritorio, y volví a suspirar.

«El no dormir me esta afectando... ademas me quedé pensando todo lo que pasó hoy en la mañana»

Bajé la cabeza, apoyando la frente en el pupitre, y volví a suspirar. De alguna manera, ahora me inquietaba que Ran pudiera tener alguna especie de... interés en ella. Ambos sabíamos que era vulnerable, y verla esta mañana cerca de Izana parecía molestarle a Ran, ¿Serán Celos?.

Me enderecé de nuevo, esta vez con más determinación. Observé a Ran, luego a ___ y, finalmente, fruncí el ceño. Ran y Izana no son precisamente delicados. Ambos pueden destruir sin piedad a quienes consideran débiles, y ella podría ser la próxima si no tiene cuidado.

«No. No debería entrometerme, al fin y al cabo es su maldito problema.»

Pensé, pero la imagen de ella gritando bajo la lluvia volvió a mi mente, sus palabras resonando como un eco distante. Ella estaba harta de nosotros, cansada de lo que le hacíamos o al menos, eso fue lo que me gritó. Cuando levanté la vista, me encontré con su mirada. Al notarlo, desvió los ojos de inmediato hacia el frente.

‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ Rindou: Niña tonta. -murmuré, y en ese momento decidí lo que haría.

 -murmuré, y en ese momento decidí lo que haría

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[Dark Paradise]-Rindou x tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora