[Dark Paradise]-Rindou x tu

[06]

Capitulo 6: Amable con todos

(Años atrás)

había sido un dia normal en el parque. Un chico de mi escuela, mayor que yo por dos años, de lentes y mejillas sonrojadas, me había confesado sus sentimientos.

(X): Entonces, te esperaré. Cuando creas que estás lista para una relación, no dudes en decírmelo -dijo, ruborizándose hasta las orejas.

Me parecía tierno. Tenía una forma torpe y dulce de expresarse que me hacía sonreír. Aunque no sentía lo mismo por él, su actitud me conmovía. Le agradecí por su sinceridad y le dije que valoraba mucho su amistad. Pasaron los días, y él siguió tratándome con la misma ternura. Siempre se sonrojaba cuando nuestras manos se tocaban por accidente, y cada gesto suyo parecía lleno de respeto y cuidado. A menudo nos reuníamos en el parque, rodeados de amigos, y compartíamos risas y conversaciones ligeras. Era alguien especial, un buen amigo.

___: No podré ir hoy... Tengo exámenes esta semana y necesito estudiar.

(X): ¿Estudiarás en la biblioteca? -preguntó con una sonrisa amable-. Si quieres, puedo ayudarte.

___: ¿De verdad harías eso? ¡Sería genial! Nos vemos mañana.

Así que al día siguiente, nos encontramos en la biblioteca. Me ayudó a repasar matemáticas, explicándome pacientemente cada fórmula. Todo parecía perfecto. La tarde caía y la luz anaranjada del sol entraba por las ventanas, creando un ambiente tranquilo y cálido.

Agotada, apoyé la frente en la mesa y solté un pequeño suspiro.

___: ¿Deberíamos irnos? Estoy muerta de cansancio.

(X): ¿Cómo es posible que estudiar te canse más que correr y saltar por ahí? -bromeó, revolviéndome el cabello.

Le sonreí, hasta que noté que su mano descendía suavemente hacia mi muslo. Al principio, su toque fue delicado, cuidadoso, y pensé que quizás era un accidente. Pero su mano se quedó ahí, sus dedos rozándome con una intensidad que me hizo sentir incómoda.

Me enderecé rápidamente, con una sonrisa forzada.

___: Yo... creo que debería irme.

Su expresión cambió. La calidez de su sonrisa se esfumó, y en su lugar, apareció algo oscuro y desconocido.

(X): Ya te he esperado bastante, ___-dijo en un tono bajo, casi sin emoción-. No me hagas sentir que he malgastado mi tiempo contigo. Sé buena y vuelve a sentarte

Sentí cómo mi corazón se detenía. Ese chico dulce y amable había desaparecido, y en su lugar, había alguien que me miraba con una frialdad aterradora, alguien que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para obtener lo que quería. Mi respiración se aceleró, el miedo me invadió, y sin pensarlo dos veces, salí corriendo de la biblioteca, sin mirar atrás.

Ahora el presente a cambiado mucho, desde la llegada de los hermanos Haitani, mi mundo en la escuela había cambiado por completo. Las conexiones que tenía con mis compañeros, por mínimas que fueran, parecían haberse esfumado. No hablaba con absolutamente nadie. Quizás, en el fondo, eso me aliviaba... o eso creía hasta que vi la historia de Instagram. Esa cuenta de rumores... No sabía si sentirme preocupada o simplemente molesta, pero la idea de que alguien estaba hablando de mí, aunque fuera de manera indirecta, me daba un asco.

Al día siguiente, mientras caminaba por los pasillos, me sentía inquieta, casi atrapada por las miradas que sentía sobre mí, aunque quizás solo era mi paranoia. Me obligué a levantar la vista, a mirar los alrededores. Estaba a unos cuantos pasos del aula cuando me detuve para tomar aire. Inhalé y exhalé lentamente, intentando calmarme, cuando un susurro alcanzó mis oídos.

(?): Es demasiado obvio, el creador de la cuenta de Instagram es un chico. -Era una voz femenina, pero apenas distinguí quién hablaba.

(?): ¿Qué? ¿Ahora nos van a culpar? -dijo otra voz, esta vez masculina, con un tono casi burlón-. Es una cuenta para chismes y rumores; obviamente debe ser una mujer.

(?): No seas idiota, sea de chismes o no; ayer se la pasaron publicando historias de las chicas más populares del salón. Es incómodo... El creador hizo la cuenta, pero los rumores y comentarios los suben otros de forma anónima...

(?): Todos están metidos en esto, quieran o no.

Me quedé en el pasillo, escuchando esos fragmentos de conversación, sintiendo cómo una especie de ansiedad me invadía. ¿Todos estaban comentando sobre esto? El rumor parecía haberse convertido en el tema del día. Tomé una última bocanada de aire y, finalmente, decidí entrar.

El bullicio de voces se detuvo en el instante en que crucé la puerta. Sentí cómo cada mirada se clavaba en mí, como si cada uno de ellos estuviera juzgándome en silencio. Me quedé inmóvil, con la mente en blanco y sin saber a dónde dirigir la vista. Mis nervios estaban a punto de traicionarme.

«Mi ansiedad social está por matarme»,

Presidente de aula: ___, supongo que has visto la cuenta de Instagram. ¿Estás bien? -La pregunta sonó más amable de lo que esperaba, pero antes de que pudiera siquiera formular una respuesta, sentí una presión en el hombro.

Me giré, y, antes de ver quién era, lo supe. Esa sensación pesada, la atmósfera de tensión... eran ellos. Los hermanos Haitani acababan de llegar. Ran, con su usual calma intimidante, había colocado su mano en mi hombro.

Ran: ¿Qué cuenta de Instagram? ¿De qué hablan?