T/N Yamanaka es como cualquier chico de 17 años, sin embargo, el se ve a sí mismo como alguien perfecto, alguien especial por sus habilidades con la guitarra, aunque eso no quita que en el fondo, el es una persona bondadosa y de buen corazón... segú...
"Estoy de vuelta, si gustan... Permítanme volver con ustedes..."
...
"No digas tonterías, Azusa, claro que eres bienvenida."
Esas palabras soltadas por Mio sellaron el final de esta dramática historia, pero al mismo tiempo, iniciarían una nueva.
El club de música ligera recuperaba a su pieza faltante, volviendo a ser cinco integrantes. Sin embargo, ese retorno no implicaba que las cosas regresarían exactamente a como eran antes.
El desenlace de aquel día, el día del regreso de Azusa, ya era prueba suficiente de que un nuevo ritmo comenzaba a tejerse entre ellas.
Mugi: N-No estábamos haciendo mucho justo ahora. — Dando un paso hacia enfrente. —Pero, si quieres, podemos practicar un poco, Azusa-chan.
Azusa: N-No, solo... quiero pasar el rato con ustedes.
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Yui: Azu-nyan... — Contuvo su emoción, juntando las manos con un destello de ternura en sus ojos.
T/N observaba en silencio, con los brazos cruzados y una sonrisa suave. Pero al cruzar miradas con Mio, notó que ella desvió la vista rápidamente, frunciendo el ceño, sin parecer molesta.
Mio: E-Entonces... — Se llevó la mano derecha al brazo izquierdo. —Y-Ya.. tocaremos todas juntas otro día, ¡está vez de verdad!
Mio sonrió, al igual que las demás. Sin embargo, el silencio que siguió fue casi asfixiante, esperaban a que alguien dijera algo más, a que Ritsu diga algo.
Pero, ella seguía con la mirada perdida, hasta que parpadeó y, notando la atención sobre ella: "¿Eh?"
Ritsu: A-Ah, si... ¡Vamos con... todo!
"S-Si..." Solo Yui y Mugi respondieron con el mismo entusiasmo forzado, la misma aparente calma.
Desde las 15:12 hasta las 16:00, cada palabra que Azusa o T/N se atrevían a pronunciar, se ahogaba en un silencio sepulcral, mientras miradas pesadas recaían sobre ellos.
Una preocupación agobiante.
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Gritó silencioso
Los días van pasando en la preparatoria Sakuragaoka.
Entre clases y conversaciones triviales, Yui intenta mantener su habitual entusiasmo.
En el salón 2-2, parada cerca de una ventana, charlaba con unas compañeras.
