Capítulo III

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Ecos del Pasado

La sombra se desvaneció tan repentinamente como había aparecido, dejándonos con una sensación de inquietud en el aire. Mis pensamientos se arremolinaban, tratando de procesar lo que acabábamos de experimentar. Sabía que esto era solo el comienzo de algo mucho más grande y peligroso de lo que habíamos imaginado.

Regresamos al pueblo en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. El peso de la oscuridad que habíamos encontrado en el bosque nos seguía, como si las sombras se hubieran infiltrado en nuestras almas. Sabía que no podíamos detenernos ahora; teníamos que descubrir la verdad y detener lo que fuera que estuviera causando las desapariciones.

Al día siguiente, decidimos reunirnos en la biblioteca del pueblo. Era un lugar antiguo, lleno de libros polvorientos y secretos olvidados. Nos encontramos en una mesa al fondo, donde Dixon había esparcido varios libros y mapas que había encontrado.

—He estado investigando —dijo Dixon, su voz baja y seria—. Hay menciones en estos libros sobre un antiguo culto que operaba en Eldermoor hace siglos. Creían en seres de otro plano, entidades oscuras que podían otorgar poder a cambio de sacrificios.

—¿Sacrificios humanos? —preguntó Kelsie, horrorizada.

Dixon asintió, sus ojos oscuros reflejando la gravedad de la situación.

—Así parece. El culto fue disuelto hace mucho tiempo, pero los rituales y las leyendas nunca desaparecieron del todo. Alguien está intentando revivirlos.

Mientras hablábamos, una figura familiar entró en la biblioteca. Era Caroline Hawthorne, una amiga de la familia y una persona siempre dispuesta a ayudar. Nos vio y se acercó, su expresión de curiosidad.

—¿Qué están haciendo aquí tan temprano? —preguntó Caroline, sentándose con nosotros.

—Investigando las desapariciones —respondí, sintiendo que podíamos confiar en ella—. Hemos descubierto que podrían estar relacionadas con un antiguo culto.

Caroline frunció el ceño, su mirada se volvió pensativa.

—Mi abuela solía contar historias sobre ese culto. Decía que el bosque estaba maldito, y que algunos lugares eran peligrosos. ¿Han encontrado algo concreto?

Le conté sobre nuestra experiencia en el bosque, el altar y la sombra que nos había enfrentado. Caroline escuchó atentamente, su expresión se volvió más sombría con cada palabra.

—Necesitamos más información. —dijo Caroline, después de un momento de reflexión—. Conozco a alguien que podría ayudarnos. Una historiadora que ha estudiado las leyendas de Eldermoor. Se llama Margaret Lacey, vive al otro lado del pueblo.

—Entonces, vayamos a verla. —dijo Dixon, recogiendo sus cosas—. No tenemos tiempo que perder.

Nos dirigimos a la casa de Margaret, una antigua mansión victoriana rodeada de árboles y enredaderas. La puerta estaba entreabierta, y al llamar, una voz suave y anciana nos invitó a entrar.

—Adelante, jóvenes. Los estaba esperando.

Nos miramos entre nosotros, sorprendidos. Entramos en la casa, donde el aire estaba cargado de la fragancia de hierbas y velas. Margaret, una mujer de cabello plateado y ojos penetrantes, nos recibió en su sala de estar.

—Sé por qué están aquí. —dijo, sentándose en un sillón frente a nosotros—. Las sombras del pasado han regresado a Eldermoor, y ustedes están en el centro de todo.

—¿Cómo lo sabe? —preguntó Dixon, desconcertado.

—He estado siguiendo las señales. —respondió Margaret, su voz firme—. El bosque ha estado inquieto, y las desapariciones no son una coincidencia. El culto que creen disuelto nunca se fue del todo. Solo se escondió, esperando el momento adecuado para resurgir.

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⏰ Última actualización: Oct 23 ⏰

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