El Ascenso De La Oscuridad

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Capítulo 1: Las Sombras que Espían

La noche caía sobre el dojo de Kaito. Eclipx se mantenía en alerta, sentado en la cima de una colina que dominaba el paisaje oscuro y silencioso que rodeaba el templo. Desde que había comenzado su entrenamiento con Kaito, su conexión con la oscuridad se había profundizado, permitiéndole sentir las más sutiles presencias a su alrededor. Y esa noche, sentía algo fuera de lo normal.

—Algo nos observa...—murmuró para sí mismo, entrecerrando los ojos sangrantes que reflejaban el abismo.

Se deslizó entre las sombras, tan silencioso como una brisa, y recorrió el perímetro del templo. Ahí, entre los árboles cercanos, una figura envuelta en negro, con destellos morados en su vestimenta, vigilaba desde la oscuridad. Su silueta era femenina, ágil y llena de intención.

Sin dudarlo, Eclipx atacó.

Se lanzó sobre la figura con una rapidez sobrenatural, desatando una ráfaga de golpes. La mujer, vestida como una ninja clásica, respondió con una destreza impresionante, pero Eclipx era más rápido y fuerte. El combate fue breve, pero intenso. En pocos movimientos, la mujer fue desarmada y lanzada al suelo, aturdida.

Con su catana a punto de dar el golpe final, la furia y el instinto asesino de Eclipx se apoderaron de él.

—Detente, Eclipx.—La voz grave y calmada de Kaito resonó desde la entrada del templo.

Eclipx, sorprendido, giró la cabeza, sin apartar la espada del cuello de su enemiga. Kaito se acercó, tranquilo pero con una sombra de tristeza en sus ojos.

—Ella no es tu enemiga. Es Aiko, mi primer y único discípulo antes que tú.

Eclipx frunció el ceño, sin comprender del todo.

—¿Entonces por qué nos espiaba?—preguntó, sin bajar del todo su guardia.

Kaito suspiró profundamente. —Le pedí que se ocultara cuando te encontré. Aiko ha estado conmigo desde que era un bebé. Un día apareció en la puerta de este templo, y decidí criarla y entrenarla. Pero desde tu llegada, la he mantenido al margen. Quería que te concentraras en tu camino. Ella no es tu enemiga, sino tu hermana en el camino del ninja.

Eclipx miró a la joven inconsciente a sus pies. Aún no confiaba plenamente, pero si Kaito decía la verdad, tendría que reconsiderar su ataque.

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Capítulo 2: El Vínculo de los Discípulos

Aiko despertó al día siguiente, dolorida pero ilesa. Al abrir los ojos, se encontró con Kaito y Eclipx observándola. Eclipx, aún manteniendo cierta distancia emocional, permanecía en silencio, mientras Kaito la ayudaba a incorporarse.

—Te has recuperado rápido.—Kaito sonrió ligeramente—. Te presento oficialmente a Eclipx. Ya no tienes que ocultarte.

Aiko se levantó, con su pelo negro ondeando ligeramente, y lo observó con curiosidad. Sus ojos eran intensos, pero no había rastro de resentimiento en su mirada. Eclipx, por su parte, no apartaba la vista de la joven ninja, notando los detalles morados que decoraban su vestimenta.

—Soy Aiko—dijo ella con voz firme, pero respetuosa—. Me disculpo por la forma en que nos conocimos.

—Eclipx—respondió él con frialdad—. No soy fácil de sorprender, pero lo lograste.

La incomodidad del primer encuentro se fue disipando con el tiempo. Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses, durante los cuales Eclipx y Aiko entrenaron juntos. A medida que se conocían mejor, el respeto mutuo creció. Aiko, con su disciplina y agilidad, complementaba la fuerza bruta y los poderes sobrenaturales de Eclipx.

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⏰ Última actualización: Oct 23 ⏰

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