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Otro entrenamiento interrumpido.
Cruzó la puerta del gimnasio fingiendo no estar avergonzado por lo que estaba a punto de hacer. No podía creer que hacía solo semanas se había estado burlando de Jongho por traerle el almuerzo a su novio, y ahora era él quién llegaba a ese lugar cargando una bolsa de comida en su mano.
Un balón voló desde la línea de tres puntos y cayó directo en la canasta. San parecía estar perdido en sus pensamientos, así que tardó un par de segundos en darse cuenta de su presencia: cuando su mirada cayó sobre la sonrisa ladina de Wooyoung, rodó los ojos en aparente descontento.
