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...

─ ¿Iván?

El menor miró al cuarto, no lo reconoció en un principio porque habían cambiado el orden de las camas y de los muebles, se asustó y su mano fue hacia el mayor, que dormía a su lado, para despertarlo.

Desde la ventana del dormitorio se podía ver una luz fría que venía del exterior, y se concentró en mirarla para no pensar en la oscuridad.

─ Iván, Iván... ─miró al cuerpo que dormía junto a él, podía reconocer sus rasgos en la penumbra.

Escuchó un murmullo, y el mayor abrazó su cintura entre sueños, Alex sintió unas cosquillas en su estómago, y algo de miedo, no le gustaba mucho el contacto físico, se apartó lentamente.

─ ¿Lex? ─preguntó Iván, medio dormido, entreabrió sus ojos para ver al menor, que temblaba ligeramente e intentaba salir de la cama sin que lo descubran─. Hey, ¿Dónde vas?

Iván se incorporó para estirarse y tomar su mano, notó el temblor que recorrió su cuerpo con el contacto.

─ ¿Alex?

El contrario asintió, sus ojitos lo miraron con un poco menos de miedo que la última vez.

─ Tranquilo, iré a encender la luz, quédate aquí. ─Se levantó, dejando a Alex en la cama, estaba hecho una bolita muy cerca del borde, cuando la habitación se iluminó Alex suspiró con tranquilidad y dejó de temblar.

Regresó a la cama y volvió a tomar las manos del otro, viendo cómo se pellizcaba con fuerza sus brazos, aunque no pareciera que lo hiciera a propósito.

─ Ya no debes lastimarte así, Alex, ya nadie te va a hacer daño, no tienes que hacerlo tú. ─dejó mimos en sus manitos─. Soy tu amigo, estaré siempre contigo, no hay por qué lastimarse, ¿Si?

Alex asintió, no dijo nada, sus grandes ojitos lo miraban llenos de brillos.

─ ¿Tienes miedo? ─preguntó Iván, luego de verlo más tranquilo, Alex negó.

─ ¿Por qué están las camas juntas?─preguntó, cambiando de tema.

─ Porque con Alexis somos muy buenos amigos, y dormimos juntos.

─ Yo soy tu amigo... ¿Yo soy Alexis?

─ Tú eres Alex. ─corrigió Iván─. Y yo soy tu amigo también, no importa quien seas.

Era normal que los Alters se hicieran pasar por el anfitrión, pero ya no tenía sentido que fingieran serlo, menos con Iván, que los conocía.

El menor asintió, dándole la razón, sonrió un poco.

─ ¿Qué haces despierto, Alex?

─Yo... Quería ver a mi amigo Iván.

─ Pues aquí estoy. ─dijo, muriendo de ternura por dentro─. ¿Qué quieres hacer? Podemos jugar con nuestro otro amigo, el señor Pato o podríamos comer unos cupcakes de chocolate.

Alex comenzó a asentir, emocionado, Iván no pudo evitar sonreír.

─ Vamos, pequeño Alex.

Sostuvo sus manos para ir a la cocina, lo dejó sentado en una de las dos sillas de la pequeña mesa que formaba el comedor, y buscó en la bolsa de la panadería el último cupcake, que había sobrado del día anterior.

Alex lo comió con gusto y una pequeña sonrisa en sus labios, iba por la mitad cuando se dió cuenta que Iván no tenía ningún cupcake, y sin dudar un segundo le ofreció lo que quedaba.

Iván estaba más que sorprendido por el gesto, sonrió muriendo un poco de amor, negó.

─ No Alex, es un regalo para ti, es todo tuyo.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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𝙏𝘩𝘦 𝘼𝘭𝘵𝘦𝘳𝘴  |  ˢᵖʳᵉᵉᶜᵏᶦᵗʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora