siete

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Al día siguiente, el aire era distinto, más liviano, como si la noche hubiera traído consigo un alivio silencioso a pesar de que llovía demasiado; un clima perfecto para quedarse en casa. El viento pegaba con fuerza contra las ventanas de la cocina, pero el olor a café recién hecho llenaba el espacio. Lo hacía ameno. 

Harry estaba de pie frente a la cafetera, sirviéndose una taza, mientras escuchaba los pasos ligeros de Teo que venían desde el pasillo.

— ¡Papá! — gritó Teo, corriendo hacia él con una sonrisa gigante, el peluche arrastrando detrás de él. Se lanzó a los brazos de Harry, quien lo levantó con facilidad, dándole un beso en la frente.— ¡Cachorrito! — respondió con una sonrisa que casi llegaba a sus ojos.


Louis salió del baño, su cabello levemente mojado al haberse lavado la cara y pasado sus manos por su cabello, sintiéndose fuera de lugar como cada mañana. Había intentado no intervenir demasiado en las dinámicas familiares, pero se volvió inevitable verse envuelto en momentos como ese. 

Momentos que, por más cálidos que fueran, le recordaban que no era parte de esa familia, al menos no de la forma en que Calum lo había sido.

Pero Teo era muy cariñoso, y Harry muy acogedor. Eso hacía que se quedara.

Teo lo notó y, con su inocencia, le sonrió ampliamente.— ¡Hola, Louis! ¿Vas a venir al parque con nosotros hoy? — preguntó con entusiasmo, moviéndose en los brazos de su padre.Louis levantó la mirada, sorprendido. Harry lo observaba en silencio, dándole la oportunidad de decidir. Durante las últimas semanas, había acompañado a Harry y a Teo a varios lugares, siempre sintiéndose un extraño, pero tratando de ser útil.

—¿Con éste clima? No sé nadar — respondió Louis, inseguro porque no sabía qué diría Harry. Pensó que se quedarían en el departamento, aunque se equivocó.

Harry lo miró por unos segundos ante su duda, e intervino.

— Podemos ir al patio de juegos del centro comercial - se dirigió a su hijo - ¿Qué decís Louis? — dijo, su tono sereno.


Louis asintió, sintiendo la tensión desaparecer. Se permitió sonreír un poco mientras se acercaba a la cocina con las manos en los bolsillos.


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El tío de Teo trabajaba en el patio de juegos, por lo que hacía la vista gorda a que la tarjeta del parque ya tenía saldos insuficientes. Sabía que estaba pasando momentos difíciles y al niño no le vendría mal distraerse y cansarse.

Harry lo observaba jugar, sentado en uno de los bancos. Louis estaba junto a él, cruzado de piernas con sus manos sobre éstas.  

— Teo te quiere — comentó Harry de repente. Louis lo miró, sorprendido por el comentario.— Es un buen chico... y no quiero decepcionarlo — confesó Louis, su voz suave pero sincera.Harry se quedó en silencio unos segundos antes de contestar.

— No lo hagas entonces - no lo miró, pero Louis sintió el peso.Louis asintió mientras observaba a Teo jugar, con su energía desbordante.

Mientras lo hacía, no podía evitar sentir el suave calor de la presencia de Harry a su lado. Era curioso cómo, a pesar de todo lo que había pasado entre ellos, había momentos como este en los que el peso de la culpa y las heridas parecía disiparse, aunque fuera solo por unos instantes.

Harry, con los brazos cruzados sobre el pecho, también observaba a su hijo con una pequeña sonrisa en los labios. Louis lo miró de reojo y, sin pensarlo demasiado, dijo en voz baja:

— Sos un buen padre.Harry lo miró, sorprendido por el comentario. Había algo en la suavidad de la voz de Louis, algo genuino, que lo desarmó un poco.

— Gracias — respondió Harry, una ligera sonrisa tirando de la comisura de sus labios. Luego, inclinando un poco la cabeza, añadió 

— No lo hago tan mal, ¿no?Louis sonrió, más relajado. Era raro verlo así, pero agradable. Se atrevió a acercarse apenas, girando un poco su cuerpo hacia él.

— No, lo haces muy bien — dijo, su tono sincero. Luego, con un toque más suave, casi susurrando — Me gusta verte así, con él. Se nota que lo adoras.

Harry dejó escapar una pequeña risa, bajando la mirada por un segundo antes de volver a mirarlo.

— Es fácil adorarlo... pero a veces siento que no estoy a la altura — confesó, sorprendiéndose a sí mismo por la honestidad en sus palabras.Louis lo miró, sus ojos más suaves. Sin pensarlo demasiado, estiró la mano y la dejó descansar brevemente sobre el hombro de Harry, un gesto que apenas duró unos segundos, pero que fue suficiente para transmitir lo que quería decir.

— Lo estás, Harry. Más de lo que creés — dijo Louis, su toque cálido y reconfortante.

Sus ojos se encontraron de nuevo, esta vez más profundamente. Louis sostenía su mirada, sus ojos llenos de algo que Harry no había visto en mucho tiempo: ternura. No había prisa, ni incomodidad, solo un silencio cargado de significados que ninguno de los dos sabía cómo desentrañar.

Harry sintió su corazón acelerarse ligeramente. Había algo en cómo Louis lo miraba en ese momento, algo que lo desarmaba. Era extraño, pero no estaba nada mal.

Louis sonrió apenas, pero en esa sonrisa había una fragilidad que Harry percibió claramente.  

- Ahora vuelvo - no se volvió a mirar a Louis. Estaba demasiado avergonzado, se portaba como un adolescente.

El alfa de ojos azules no evitó reír por lo bajo al sentir el cambio de aroma de Harry a uno realmente suave y dulce para un alfa. Suspiró, cruzándose de brazos. 

La sonrisa no se borraría de su rostro por un buen rato.

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⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

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Ese hombre es supermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora