Capitulo 7

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Los chicos de la isla

Los chicos de la isla tenían un objetivo claro en Auradon: robar la varita, destruir la barrera y liberar a todos los villanos para así dominar el mundo mágico. Sin embargo, su llegada fue recibida con rechazo por parte de muchos estudiantes que no los querían allí. Ellos, por su parte, tampoco deseaban estar en ese lugar. A pesar de su primer intento fallido de robar la varita, creían que sus posibilidades de éxito eran prácticamente nulas.

A pesar de que no todo era negativo, Evie había encontrado a su príncipe, Jay se había unido al equipo de Tourney y Carlos había superado el miedo a los perros que su madre le había inculcado. Sin embargo, Mal era la única que no se sentía satisfecha. Sentía la decepción de su madre por no haber encontrado una solución para conseguir la varita. Tenía muchas ideas, pero al mismo tiempo ninguna que funcionara, y se sentía perdida, sin saber qué hacer.

En este momento, estaban en la habitación de las chicas. Jay se sentía emocionado por haber sido aceptado en el equipo, mientras que Mal hojeaba su libro de hechizos de atrás hacia adelante, revisando cada uno de los encantamientos que le había dado su madre. Carlos estaba usando una laptop junto a Chico, y Evie estaba haciendo una tarea que, sin duda, no era de ella.

—Mi mamá confía en mí, y no la voy a decepcionar —comenta Mal, mientras continúa pensando en cómo conseguir la varita. 

—Podemos hacerlo —dice Jay, tratando de motivar a sus amigos, aunque ellos no comparten su optimismo. —Debemos unirnos.

—No regresaremos hasta lograrlo. ¿somos malos? —prosiguió la peli-morada, dejando que sus amigos completaran la frase.

-Desde la cuna-completan la frase Evie,Jay y Carlos.

—Ah, sí, el hada madrina usará la varita para la coronación de Ben a la que asistiremos, y no sé qué ponerme —se queja Evie, mientras Mal la observa con una expresión desconcertada.

De repente, a Mal se le ocurrió una idea, pero fue interrumpido por el golpe de la puerta. Se dirigió a abrirla, dejando el libro caer sobre la cama, mientras todos fijaban su mirada en él. Al abrir la puerta, se encontró con Ben.

—¡Oh, hola, Mal! ¿Cómo estás? —sonríe Ben— No los había visto hoy, así que me preguntaba si tenían alguna pregunta o si hay algo en lo que pueda ayudarles —dice un poco nervioso.

—No, que yo sepa —responde Mal, mirando a los demás, quienes niegan—. De todos modos, si surge alguna duda, se la preguntaremos a tu consejero.

—Oh, está bien, me iré entonces, si nece... —dice Ben, decepcionado y a punto de marcharse, pero Mal lo detiene.

—Oye, eh... ¿es cierto que vamos a tu coronación? —comenta Mal, interrumpiéndolo.

-Sí, irá toda la escuela, incluido ustedes- respondió Ben.

—¡Guau, eso es emocionante! —sonrió Mal de manera artificial. —¿Crees que los cuatro podríamos estar en primera fila junto a la Hada Madrina? Ya sabes, para que se nos contagie la bondad. —La frase provocó que Ben riera nerviosamente mientras buscaba las palabras adecuadas para responder.

—Ojalá pudiera ser así, pero solo voy yo, además de mis padres, Mark, su pareja y Audrey —explicó Ben, visiblemente avergonzado.

—¿La pareja de Mark y tú novia? —preguntó de nuevo Mal. —Bueno, gracias. ¡Hasta pronto! —y cerró la puerta en la cara del castaño dejandolo confundido.

Mal se da la vuelta para enfrentarse a sus amigos. -Creo que Bennibu encontrará una nueva novia, ¡necesito un hechizo de amor!- murmuró mientras Carlos le lanzaba su libro y ella lo atrapaba, buscando rápidamente la página que daría inicio a su plan.

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⏰ Última actualización: Nov 04 ⏰

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