❛❛ Hogwarts: El Regreso De La Oscuridad ❜❜ 〈 The Big Four 〉

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Dos años después.

— ¡Hiccup!

Una rubia de ojos azules paso entre los jóvenes de primero, quienes buscaban un vagón disponible por todo el expreso de Hogwarts.

A unos metros del carrito de dulces se encontraba un joven alto, de cabello largo, con uniforme de Ravenclaw. Apenas vio a la rubia, dibujo una sonrisa y la recibió en un abrazo.

— ¡As! ¿Cómo te fue en Rumania? — Se apartó de ella viéndole con emoción.

— ¡Increíble! Todos esos dragones, la historia y la comida. Mis padres quieren volver el próximo año.

— Las fotos que me enviaste muestran lo genial que fue.

Hiccup empezó a caminar junto a Astrid hacia alguno de los vagones de quinto año, ver todo de nuevo le hacía sentir una presión en su pecho.

Hace dos años que los estudiantes de Hogwarts abandonaron la escuela, y los Aurores estuvieron los primeros meses protegiendo a cada niño que tuviera sangre mágica en su ser. Debian asegurar el legado mágico.

Ambos llegaron a un vagón, abriéndolo y encontrando una joven de rizos rojos quien estaba hablando con otros tres niños de primer año que voltearon a la entrada.

— Lo sentimos, pensamos que estaba vacío. — Se disculpó Astrid.

— No hay problema. — Mérida dirigió sus ojos un instante hacia Hiccup. — El siguiente está vacío.

— Gracias.

Cerraron la puerta e Hic pudo sentir el color volver a su cuerpo, mientras caminaba automáticamente tras su amiga.

— ¿Aún no hablas con ella? — Astrid dejo caer su mochila sobre el asiento del vagón.

Hic cerro la puerta detrás suyo, soltando un suspiro para sentarse frente a su amiga.

— No he tenido la oportunidad, tampoco con Jack y Rapunzel.

— Uy. — Astrid hizo una mueca.

— ¿Uy? — Hic frunció las cejas.

— Escuche que Jack estaba acosando hijos de muggles en la mañana. Algunos dicen que recibió la marca tenebrosa.

— Eso es imposible. — Hiccup negó. — Jack no es como sus padres.

— ¿Cómo sabes? Según sé, ustedes cuatro discutieron unas semanas después de irnos de Hogwarts. — Astrid alzo una ceja. — Hasta donde sabes, Jackson fue enviado a un área de seguridad junto a otros niños. Aislados de todo, escuchando que sus padres eran culpables de lo que sucedía.

Hiccup se quedó pensando al respecto, con un gesto serio y algo distante. Volteo hacia la ventana viendo las enormes praderas verdes de Escocia y preguntándose en quienes se habían convertido sus amigos.

Fueron unos minutos de silencio puro, hasta que finalmente Hiccup se puso de pie.

— ¿A dónde vas? — Astrid volteo a verlo.

— Debo buscar a Punzie.

— ¿Ahora?

— Es la más racional, debemos hablar. Además, ella se quedó con mi libro.

— Uy, claro. Recupera el libro que te obsesionaba hace dos años, ¡increíble idea! — Astrid dijo con obvio sarcasmo.

— Sip.

— ¡Era una broma, Haddock!

El chico no esperó más para salir del vagón, caminando lo más rápido posible por el pasillo en búsqueda de aquella joven rubia que una vez fue su mejor amiga.