~Las aventuras del ángel~

El comienzo

Mi nombre es Aria Greyerl, tengo catorce años y voy a cuarto de la ESO. Normalmente soy alegre, amable y pacífica; sin embargo, desde aquel día, dejé de serlo.

•21 de enero de 2037•
Me desperté antes de tiempo, eran las seis y cuarto de la mañana. Me levanté intentando hacer el menos ruido posible y procedí a vestirme, me peiné e hice mi desayuno. Eran las siete, aún me sobraba tiempo antes de irme, por eso, encendí mi móvil, introduje la contraseña y lo desbloqueé. Justo cuando me disponía a tocar la pantalla recibí un mensaje de whatsapp, algo que me resultó imposible, pues no tenía internet en el móvil, por no mencionar que no tenía remitente.
Decidí abrirlo, pero estaba en blanco o al menos eso creía, pues al final de este se hallaba escrito algo: "TE MATARÉ, ARIA"
Me estremecí. Decidí apagar el móvil. Pensé que quizás era una broma de alguno de los chicos de mi clase, así que tampoco me preocupé mucho.

Cogí la maleta y las llaves. Cerré la puerta y comencé a bajar las escaleras, pero cuando salí noté algo extraño, había algo raro en el ambiente. No sabía por qué, pero me sentía observada y bastante inquieta. Comencé a acelerar el paso. A medida que me alejaba de casa, más raro era todo. No había ni gente ni vehículos circulando, cosa que no era normal, pues siempre había mucho movimiento a esa hora. La brisa era presionante y me sentía aún más inquieta que antes. Había algo detrás de mi. Me giré. Vi como una especie de sombra a lo lejos, se acercaba a gran velocidad. No me lo pensé dos veces, comencé a correr. "¿Qu-qué es eso y por qué me está persiguiendo ?"-pensé. La sombra se acercaba cada vez más, no tenía fuerzas para seguir corriendo, pero en ese momento choque con alguien. Era Mike, un amigo con el que me iba todas las mañanas al instituto. Miré atrás. Aquello que me seguía ya no estaba y todo volvió a ser tal y como era antes, respire con alivio al saber que estaba a salvo.

"Aria, ¿qué te ha pasado? Se te veía muy asustada"-me dijo muy preocupado.

"¿A mi? Nada nada, jajaja. Habrá sido tu imaginación, estoy perfectamente, jajajajaja"-respondí con una sonrisa incluso sabiendo que lo que decía no era cierto.