Me desperté aún algo mareada y miré a los alrededores. Estaba en una habitación con las paredes de color verde, muy amplia por cierto. No era mi habitación, pues la mía era pequeña y las paredes eran de color morado, aparte de que tenía cachivaches por todos lados y esta estaba muy ordenada.
Me intenté levantar pero no podía mantenerme de pie, de hecho me golpeé la rodilla, por eso me agarré a una mesita que tenía al lado e hice un pequeño esfuerzo por levantarme. Iba a caerme de nuevo cuando unas manos me sujetaron.
"¡Hey!¿Te encuentras bien?¿Te has hecho daño?" - dijo un chico que entró alarmado en la habitación al escuchar el golpe.
"S-sí, estoy bien. T-tan solo me golpeé la rodilla..." - dije algo nerviosa.
Levanté un poco la cabeza y vi que llevaba un colgante de plata que, de hecho, era el mismo que portaba el chico que me salvó.
"Este chico... ¿Me salvó del ese bicho?" - pensé mirándolo fijamente.
Sus ojos eran grandes y de un color verde esmeralda que transmitía paz y ternura. Su pelo era más bien largo, casi le llegaba a los hombros, y era de color castaño claro. Era muy brillante y parecía suave, me entraron unas ganas de tocarlo...
"Ah...esto es malo..." - dijo cuando vio mi rodilla sangrar - "Espera aquí, traeré el botiquín."
Dicho esto me cogió, me sentó en la cama y salió a buscarlo. A pesar de que era un desconocido, sentí como si lo conociera desde hace mucho tiempo. Nunca me había ocurrido esto.
"Ya estoy aquí" - dijo mientras entraba en la habitación con el botiquín en las manos - "Muéstrame tu rodilla que voy a desinfectarla."
Mientras me la curaba vi que movió la boca para decir algo y le dije:
"¿Qué ibas a decir?"
El chico me miró desconcertado.
"Lo digo porque hace nada has abierto la boca para intentar decir algo, ¿o me equivoco?" - dije aún manteniendo la mirada fija en él.
"Vaya, eres más atenta de lo que parece Aria." - dijo mostrando una sonrisa - "Y sí, iba a decir algo."
Me quedé helada al escuchar que dijo mi nombre. ¿Cómo lo sabía?¿Acaso se lo había dicho?
"¿Cómo sabes mi nombre?¿Y quién eres?¿Dónde estoy?" - pregunté intrigada.
"Muy bien, te lo contaré todo. Mi nombre es Mikaela Yamaguchi y soy un demonio. Ahora mismo estamos en una de las instalaciones de La Unión, una organización que recluta a los ángeles y demonios más fuertes para luchar contra los "demonios oscuros", unos seres superiores a nosotros que intentan hacerse con el poder erradicándonos a todos." - hizo una breve pausa para tomar aire y continuó - "Y la razón por la que conozco tu nombre....es porque tu eres nuestra líder y eres como nosotros. Eres un ángel, Aria Greyerl."
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~Las aventuras del ángel~
FantasyAria Greyerl, una chica de catorce años que se caracterizaba por su amabilidad, su suerte y sus buenas notas, comienza a ser perseguida por demonios. Llegó un momento en el que ya no tenía donde esconderse y en uno de los tantos espantosos momentos...