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Rodrigo estaba en una plaza cerca del colegio esperando a sus amigos, siempre tardaban un montón en llegar (o, tal vez, el llegaba muy temprano). Miraba su celular un poco aburrido hasta que sintió un golpe en la nuca y frunció el ceño volteando hacia atrás para ver quién había sido el culpable.

— ¡Eu! - Al darse la vuelta, lo primero que vió fue a su amigo Iván re tentado aguantándose la risa y simplemente lo miró mal. El terminó por soltar una carcajada y rodear el asiento para sentarse a su lado.

— Sos un pelotudo - Comentó Rodrigo mientras volteaba a ver a su teléfono nuevamente ignorando la presencia de su amigo, quién continuó riéndose de él. — ¿Los otros mandaron algo al grupo? - Preguntó el castaño cambiando de tema mientras apagaba el celular y lo guardaba para luego voltear a verlo.

— No, pero Ger me escribió, dice que llega tipo 8:45 - Respondió el pelinegro mientras sacaba su celular.

— ¿Y Gonza? -

— Ese tipo está re en una con la novia, sabés cómo es él - Dijó un toque desinteresado con la mirada puesta en el celular.

— Tampoco es que tenga mucha diferencia con vos, no sé de qué te quejás - Dijo sin poder evitar esbozar una sonrisa maliciosa que no pasó desapercibida por parte de Iván. Le dió un empujón en el hombro y Rodrigo soltó una risa.

— Dejá, ya te dije que Sara no es mi novia -

— Yo nunca dije Sara - Comenzó a reírse más de su amigo quién no tardó en mirarlo mal y sacarle el dedo de en medio en modo de reproche y defensa.

De pronto, a lo lejos, el de ojos verdes pudo ver a un chico alto de cabello blanco teñido, era Mauro. Rodrigo lo saludó y el chico le devolvió el saludo.

— ¿Qué onda vos? ¿Eso que no llegaste tarde? - Dijo Rodri mientras hacía un lado para que se sentara con ellos.

— Nada, hoy me pintó venir con el auto de mi viejo - Comentó mientras se sentaba al lado del más bajito de los tres y pasaba un brazo por sus hombros.

— ¿Cuándo te vas a comprar un auto vos, pelotudo de mierda? Dieciocho tenés ya y no salís a laburar, que pete que sos - Dijo el pelinegro de ojos marrones vacilando un poco a su amigo quién le sacó el dedo de en medio.

— Cerrá el orto vos - Rodrigo se rió de la situación y escuchó como le llegaba una notificación. Sacó su celular y vió que era Germán. Avisó que ya estaba en el colegio debido a que se le hizo un toque tarde para encontrarse con elloa y fue cuando se dió cuenta de que estaban llegando tarde.

— La puta madre, ¿por qué no me avisaron que son casi las nueve? - Dijo mientras se levantaba rápidamente y recogía todas sus cosas.

— ¿Van a ser las nueve ya? En cualquiera estoy yo, boludo - Dijo Iván copiando la acción de su amigo. Los tres salieron corriendo disparados hacia el colegio con la intención de llegar temprano aunque ya iban bastante tarde.

Luego de un rato de estar corriendo, llegaron finalmente al colegio que, por suerte, aún tenía las puertas abiertas. Cada uno se fue corriendo a su respectivo salón de clases despidiéndose lo más rápido posible.

Cuando Rodrigo llegó al suyo, vió la puerta cerrada y soltó un suspiro. Tocó la puerta y, pronto, la profesora de Lengua le abrió la puerta.

— Hola, perdón por llegar tarde, tuve un... problema - Se excusó mientras la miraba con ojos de perrito mojado, al final, sacaba buenas notas en su materia. — ¿Puedo pasar? -

— Sí, no hay problema, Rodrigo - Respondió la maestra con una sonrisa amable y el castaño entró en el salón sentándose en su pupitre. La maestra continuó la clase con normalidad.

[...]

El tiempo pasó lento, pero, después de dos horas de las dos materias más aburridas que pueden existir, salieron finalmente al recreo. Rodrigo caminaba junto a Germán hacia su casillero con algunos libros en manos mientras conversaban de un tema cualquiera. El de ojos verdes abrió el casillero y notó como un papelito rosita se caía al suelo. Lo tomó entre sus manos y se dió cuenta de que había un texto en él, y leyó en voz baja.

"Hola... Uh... la verdad no se que escribir aquí, solo quería decirte que pareces alguien agradable y gracioso...

T. 💖"

Sonrió un poquito la leer eso y volteó a los lados buscando a algún responsable, pero no vió a nadie. Volteó su mirada al frente y notó como su amigo leía la nota al igual que él y la dobló guardándola en su bolsillo evitando que la leyera.

— ¿Qué onda? ¿Qué es eso? - Preguntó mientras lo miraba a los ojos cruzándose de brazos y acomodando sus gafas.

— Ni idea, estaba acá, es una carta de un tal "T" - Dijo mientras guardaba los libros en el casillero.

— Uyyy, mirá vos, conseguiste wacha - Dijo en un tono pícaro que causó una risa en Rodrigo.

— Seh, pero andá a saber que mina tendrá un nombre que empieza por T - Comentó el más bajo mientras cerraba el casillero y se apoyaba en la puerta de este.

— Podemos investigar, seguramente sea de nuestra clase o de la otra, te conocerá de algo - El ojiverde se encogió de hombros y se incorporó comenzando a caminar devuelta con su amigo.

— Ni idea - Dijo restándole importancia. El resto de la conversación y el día en general continuó con tranquilidad, pero, por algún motivo, no podía dejar de pensar en aquel papelito con esas palabras lindas para él. Tenía ganas de saber quién sería su... "admirador"(?).

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₊ ✩୧˚・𝐈𝐍𝐊₊˖𝐋𝐎𝐕𝐄⋆𖦹..🖋️૮꒱˚˖ | ᴿᵒᵈʳⁱᵗᵒᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora