✎ᝰᴺᵒᵗᵃ ² ૮꒱

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Hoy era otro día, y la mañana de Rodrigo no pudo haber iniciado peor. No había podido dormir del todo bien por la noche y, por eso, se levantó de muy mal humor. Apagó su alarma irritado y se paró de la cama sin ganas. Fue al baño a tomar una pequeña ducha y, para su increíble suerte, no había agua caliente, tuvo que bañarse con agua helada. Salió sin siquiera desayunar al darse cuenta de que se le estaba haciendo tarde y tuvo que irse corriendo al instituto. Tenía una cara de orto total que no se la cambiaba nadie, o al menos eso era lo que creía. Llegó al colegio y notó que las puertas seguían abiertas, lo cual alivió un poco su angustia. Aún así, salió corriendo hacia su salón, no quería llegar tarde. Para su mala suerte, llegó y casi no lo dejaron entrar. Por supuesto, les tocaba a primera hora con la vieja mala onda de Inglés. Cuando lo dejaron pasar, se sentó en su pupitre dejando su mochila.

— Boludo, ¿y esas ojeras? - Preguntó Iván, quién se sentaba delante suyo, aguantándose la risa. Siempre había sido muy burlón con el tema de las ojeras de su amigo.

— Cerrá el orto, imbécil - Dijo con irritación y su amigo soltó una risa. — Estoy re caliente, posta - El pelinegro soltó una última risa.

— Ya, ya, ¿qué te pasa? - Preguntó poniéndose serio y mirándolo. Justo cuando le iba contestar, llegó la maestra habló y la clase comenzó.

[...]

El horario transcurrió normalmente y, finalmente, llegó la hora del recreo. Rodrigo estaba sentado con sus amigos conversando de temas cualquiera. Rodrigo estaba aburrido y se mantenía escuchando los dramas de sus amigos mientras comía. Por un momento, se le pasó por la cabeza el tema de los papelitos con tinta en su casillero. Pensó en si hoy habría otro aunque era poco probable. Seguía con la duda de quién sería la tal "T" que le mandó la primera nota el día anterior.

— ¿Y vos, primo? - Se sobresaltó y volteó a ver a sus amigos desentendido.

— ¿Eh? - Cuestionó esperando que repitieran la pregunta.

— Que si podés salir el sábado  - Repitió Germán mientras acomodaba sus lentes y se cruzaba de brazos mirándolo.

— Ahh, no sé, tendría que preguntarle a mis viejos - Dijo con desinterés mientras se echaba hacia atrás en el banco.

— Che, si quieren, podemos quedar en la casa de Iván - Comentó Gonzalo y el mencionado, que estaba con la vista puesta en el celular, volteó a verlo frunciendo un poco el ceño con confusión y todos empezaron a reírse de él (incluido Rodri).

— A mí no me metan, yo no voy a ir, queden en la de Mauro - Dijo y el de cabello blanco lo miró mal.

— En la mía no, tengo un re quilombo de tantas mujeres que entran en mi casa - Dijo (jodiendo obviamente) y el resto se rió.

— La única mujer que entra en tu casa es tu vieja, sos adulto ya y tus viejos te siguen manteniendo, fracasado de mierda - Dijo Iván a la defensiva y todos se rieron de vuelta por la pelea que se estaba armando. Mauro estuvo a punto de contestar, pero sonó el timbre que indicaba el fin del recreo.

El grupo de amigos comenzaron a caminar a los pasillos cada uno por su lado luego de despedirse. Carre caminó hacia su casillero para sacar algunas cosas. Al abrir el casillero, lo primero que vió fue un papel, pero, esta vez, era azul. Lo tomó entre sus manos y lo leyó:

"¿Alguna vez te han dicho lo linda que es tu nariz? Porque si no, quiero que sepas que es tan hermosa cómo vos

T.💖"

Su rostro se iluminó y una sonrisa se formó en él. Su mañana había sido la peor, pero el mensajito que había en el papel le había alegrado el día. Lo dobló y lo guardó en su bolsillo al igual que hizo el día anterior para luego tomar sus cosas y dirigirse de vuelta al salón de clases. Entró al salón y se sentó en su puesto, su rostro era completamente distinto al de la mañana, ahora resaltaba una brillante sonrisa.

— ¿Qué onda con vos? Sos re bipolar - Dijo Iván mientras lo miraba. Rodrigo lo ignoró y continuó sacando sus cosas y acomodándolas en su mesa. — Dale, ¿qué onda? En la mañana tenías una cara de orto total - Rodrigo rodó los ojos ante la insistencia.

— Últimamente me están llegando notas de una tal "T" - Mencionó mientras lo miraba apoyando su mejilla en la palma de su mano.

— Oaa, ¿conseguiste wacha? - El castaño se encogió de hombros con una sonrisa.

— Igual, no sé si me va a seguir mandando papelitos, nomás me encontré ayer y hoy, así que ni idea - Mencionó desanimándose un poco.

— Uhhh.... bue', habrá que esperar, boludo - El más bajito asintió un poco mientras volteaba a ver a la ventana. El profesor de Historia se dirigía hacia el salón. Así que comenzó a abrir sus libros y su amigo repitió la acción.

Tal vez las notas serían temporales, aún no sabía quién era el autor de los mensajes, pero lo descubriría tarde o temprano, y eso era algo que él no sabía.

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₊ ✩୧˚・𝐈𝐍𝐊₊˖𝐋𝐎𝐕𝐄⋆𖦹..🖋️૮꒱˚˖ | ᴿᵒᵈʳⁱᵗᵒᵐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora