Capítulo 17.- Una lista.

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Narrador omnisciente.

Gavi se encontraba en el baño viéndose al espejo. Viendo esos apagados y oscuros ojos.

El bonito color avellana de estos se encontraba un poco marrón por culpa del rojo de su alrededor.

Se sentía miserable, no sabía como le diría a su padre sin quebrarse. No sabía como decirle a nadie.

Mientras por otra parte se encontraba un alegre pero muy nervioso Fermín.

Se había decidido por ir a hablar con Gavi. El día anterior Joāo le había insistido en que lo hiciera. Se detuvo frente la puerta de la habitación del ojimiel y dio unos golpes en ella.
Al no obtener respuesta volvió a golpear la madera.
Hizo lo mismo hasta que el chico de ojos claros abrió. En sus ojos vio tristeza y sorpresa al verlo.
Fermín se dio cuenta al milisegundo de que Gavi había estado llorando.

—Gavi - murmuró al verlo.

El más joven de estos rompió nuevamente en llanto y abrazó a su ex mejor amigo.
Fermín no se negó al abrazo, dándose cuenta de que el ojimiel lo necesitaba.

Cuando Gavi se calmó entraron a la habitación para que el mismo le explicara todo.

—Gav, ¿Qué sucede? – preguntó el mayor.
—Fermín . Soltó un suspiro Gavi. - Tengo leucemia. - En el momento en el que lo dijo volvió a romper en llanto.

Fermín lo abrazó y, sin darse cuenta, soltó una lágrima, al fin y al cabo era su mejor amigo.

Después de unos largos minutos en los que Gavi se calmó Fermín al fin se decidió a hablar.
—¿Quién más lo sabe? – preguntó.
—¿Además del doctor y la enfermera? - respondió el menor dándole a entender a Fermín que nadie más lo sabía.
—¿Y tú padre? – preguntó el castaño mientras acariciaba la espalda del menor.
—No lo sé. Fermín , no quiero romperle el corazón. - El joven contestó con la verdad, en ese momento era lo que mas le importaba, su padre.
—Escúchame Gavi, se lo tendrás que decir. Necesitas la quimioterapia. - Fermín abrazó a su amigo, sabiendo a lo que se enfrentaba.

[…]

Pedri llegó al internado con un paraguas en su mano y, en la otra, la caja de su abuela. Lo primero que pensó no fue algo, si no en alguien. Efectivamente era aquel ojimiel al que extrañaba y, la verdad, lo volvía loco.

Lo primero que hizo fue llevar las cosas a su habitación para después ir a la de Gavi, al no encontrarlo ahí decidió enviarle un mensaje.

—¿Gavi donde estás?

Al no recibir una respuesta comenzó a caminar a todo lugar en el que pudiese estar hasta que llegó a la oficina del Sr. Páez.

Lo vio desde el pasillo, a su lado podía reconocer la silueta de Fermín y, frente a Gavi, su padre.

Decidió esperar, pues seguro era una conversación familiar y no quería entrometerse.

Cuando Robert  volvió a ingresar a la oficina, comenzó a moverse a buscar a los dos chicos.

Lo primero que hizo fue saludar a Gavi con un abrazo, todavía le dolía lo del día anterior.

—Hey, hola Pepi - Él menor dejó un beso en la mejilla del mayor y bajó su rostro para que no viera sus ojos con restos de lágrimas.
—Hola Pablo. - Tomó su mano y le dirigió una sonrisa a Fermín.
—Yo me iré, Joāo debe de estar esperándome. - Habló Fermín  y abrazó a Gavi dándole su apoyo.

Cuando Fermín  se fue empezaron a caminar siendo guiados por Gavi.

—Pablo, ¿Qué dijo el doctor? – preguntó Pedri tirando de la mano de Gavi.
—¡Oh! -. Gavi en verdad no le quería decir, no le gustaba que lo miraran con pena. - Que sólo era un pequeño mareo por el estrés. - mintió Gavi.
—Entonces deja de estudiar tanto nene. -Lo abrazó por la espalda - ¿A dónde vamos?
—A la biblioteca – Sonrió Gavi.
—Pero son las siete de la tarde. - hizo un berrinche Pedri.
—Pero debes estudiar.

Gavi intentó seguir caminando pero, Pedri lo tomó por la cintura y comenzó a caminar hacia el otro lado.

[…]

Gavi

Me sentía bien y mal a la misma vez, con Pedri todo está más que bien, pero le miento cada día.

Fermín  me apoya al igual que Charles, pronto me tendría que ir de este lugar para hacer la quimio.

Leclerc se iría conmigo. Fermín también quiso pero, él ya está instalado aquí, no me gustaría que pierda la oportunidad de ser un chico normal.

Leclerc por otro lado, no me dejó decirle que no, dice que me seguirá porque vivimos uno al lado del otro y prefiere estudiar online.

A Pepi no se lo he dicho aún, así que pasaba hacerlo hoy, por eso le pedí que viniera y, un rato más tarde, vendrán los demás.

Estaba con el monegasco en nuestra habitación, yo haciendo una lista de las cosas que tengo que empacar, y él, él no estaba haciendo nada.

Me había dicho que también hiciera una lista de cosas para hacer “antes de morir”, recibió un buen golpe de mi parte pero, sabía que era para alegrar las cosas.
Pronto tocaron la puerta, me sorprendió por que le pedí a Pedri que viniera en una hora en específico.

Adam insistió en que yo abriera por que era mi invitado. Al abrir me sorprendió ver a..

—¿Kevin? -. Pregunté al ver al chico ahí. Se veía diferente con una camisa de flores y sin su chaqueta de cuero.
—Hola Páez, quiero pedirte perdón y darte las gracias – dijo y le permití que entrara.
—¡Gaviotaaaaaaaa!—me regañó Charles. Pronto recordé que estaba en ropa interior, claro, cuando se metió debajo de las sábanas.
—Perceval, él es Kevin – dije pasando de él.

Volví al escritorio para seguir escribiendo mi lista.

—¿Qué escribes? – Preguntó Kevin.
—Una lista - murmuré.

No sé como, ni cuando la lista desapareció de mi manos y se la quedó Kevin.

꧁El Internado (Gadri's Version)꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora