❝ ¿Qué soy para ti? ¿Una amiga? ¿Una conocida? No sé qué piensas de mi y aún así te amo, ¿No es eso estúpido? ❞
Im Sein sentía que era la adolescente más tonta, enamorada de quien no le prestaba atención e ignorando a quién estaba tras ella.
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Sein salió del salón y pasó directamente al baño cuando la profesora la descubrió durmiendo en su asiento. Normalmente no le aburrían tanto las clases, pero luego de verse una serie completa en una sola noche, tener ciencias a primera hora del día martes no le parecía muy buena idea.
Caminó lentamente, tratando de no arrastrar los pies. Estaba cansada, maldijo el momento en que Serim la convenció de ver esa tonta serie que la hizo llorar toda la noche, porque ahora, además del sueño, tenía los ojos horriblemente hinchados. Cuando se vio en el espejo del baño, se espantó de ver su rostro.
ㅡIm Sein, ¿Cuál es tu problema?ㅡ Se cuestionó, tocando su rostro para por lo menos tratar de bajar la hinchazón.
Se inclinó sobre el lavamanos y se mojó por al menos diez segundos la cara, sin importar si sus brazos estaban comenzado a mojarse también. Se miró al acabar, notando lo roja que estaba. Con un poco de papel se secó y se miró una vez más.
Paso la mano lentamente por sus lunares hasta llegar hacia abajo de sus ojos. Definitivamente odiaba lo fácil que se le formaban ojeras. Respiró unos segundos y se ató el cabello en una coleta para luego volver a su salón.
Al salir del baño caminó apresurada. Tanto así, que al doblar en la esquina para llegar al salón, chocó con un chico, botando todos sus libros.
ㅡ¡Oh! Lo siento mucho, Donghyun. ¿Estás bien?ㅡ Sein se inclinó de inmediato para recoger los libros. El chico se mantuvo en su lugar en confusión, pero al reaccionar se agachó de inmediato, tomando el resto de libros que no cabían en las pequeñas manos de la chica.
ㅡNo te preocupes, no me dañéㅡ Respondió él, con una sonrisa. ㅡ¿Por qué ibas tan rápido? ¿No vienes del baño?
Sein asintió avergonzada.
ㅡEstaba pensando, sólo eso... ¿Vas a la biblioteca?ㅡ Donghyun asintió, tratando de no tirar sus gafas en el proceso. Vio a Sein sonreír y no pudo evitar hacer lo mismo.
Sein era tan bella y adorable, que una pequeña sonrisa hacía su día completo. Donghyun se consideraba un hombre débil ante la belleza, lo cual era raro viniendo de un chico como él: inteligente, calmado, calculador y pensativo. Jamás imaginarías que un chico como él se volvería loco por ver una chica linda, todo lo contrario, en realidad. Sobretodo teniendo en cuenta que era un chico muy correcto, se había tomado muy en serio su lugar como el secretario de la clase, por lo cual siempre cumplía con su deber. Llevaba los libros que los profesores habían pedido para los alumnos y luego los devolvía al dejar de usarlos, calmaba a todos los alumnos cuando estaban causando un mal día a su profesor y, además, se encargaba de las actividades en los días especiales. Algunos pensaban que él hacía un mejor trabajo como presidente que el mismo presidente de la clase. Entonces sí, era raro ver un chico tan correcto como él sucumbir ante una muchachita común y corriente.
