- sangre -

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- Suho, arriba, se nos hará tarde.- habló Hari desde afuera del cuarto de su hermano.

- En un momento salgo.-

- ¡Caramba, Suho! Tardas demasiado.- abrió la puerta y le aventó su mochila.

- ¿Qué tienes, loca?- la miró extrañado.

- ¿Por qué me llamas así?- lágrimas empezaron a salir de sus ojos.

- ¿Estás llorando?.-

- ¿Que no puedo llorar? ¿Sabes qué? Ya me voy.- y sin más cerró la puerta y salió de la casa.

El humor de Hari estaba pésimo, su día inició y sus estados de ánimo cambiaban como sube y baja.

Una vez entro al salón, se tumbó en su banca ignorando a todos, incluso al chico motociclista que se sienta a su lado.

- Oye, Hari.- la llamó y ella solo levantó su cabeza con una mueca.- ¿Desayunaste?.- ella negó.- Te va a hacer mal, ven vamos a comer.- volvió a negar.

Sin hacerle caso el más alto la tomó de la mano y la sacó del salón, llevándola a la cafetería.

- Vamos, pide algo.-

- Bueno.- sonrió ¿alegre?- Quiero un pollo frito, pan con mermelada, el coso rojo ese raro, arrocito, ramen y un juguito de fresa.- en cuanto le entregaron la comida sonrió feliz.

Ambos se sentaron en una banca y ella con todo el buen humor del mundo empezó a comer. Una vez finalizó se levantó en compañía de Seojun.

- Ay, me va a dar el mal del puerco.- dijo tallandose el estómago.

- ¿Cómo no? Si comen igualitos.- dijo viendo para otro lado.

- ¿Qué fue lo que dijiste, Han Seojun?.- lo miró molesta.

- ¿Te enojaste?.- ella no respondió, simplemente siguió caminando.- Oh, vamos, Hari.- lo ignoró.

Al volver a clase Hari seguía sin dirigirle la palabra.

- Hari, pss, Hari, te estoy hablando.- frunció el ceño.

Así transcurrieron las clases normales, donde ella lo evadia y el trataba de seguirle hablando.

- Hari, vamos responde.- insistió picándole una mejilla con el dedo.

- ¿Hari, estás bien?.- preguntó Jukyung.

- Sip, estoy maravillosa, mírame.- exclamó alzando las manos y después salió corriendo.

- Oye, Hari, ¡Espera!.- Seojun corrió tras ella.

Ambos salieron de las instalaciones escolares, de cualquier forma las clases ya habían terminado.

La fémina no paraba de correr, hasta llegar a un parque y esconderse dentro de un tobogán.

- ¿Qué haces ahí adentro, Hari?.- no respondió.- Si no sales voy a sacarte yo... Esta bien, yo te lo dije.- y sin más, se arrojó por el juego infantil, saliendo junto con la chica.

- ¿Por qué me avientas así? - de nuevo estaba llorando.

- Hari, ¿qué tienes?.- cuestionó ya preocupado al verla así.

- Estoy ovulando.- lágrimas más gruesas empezaron a salir de sus ojos.

- Ay, niña, ven aquí.- la abrazo, ambos aún sentados en la orilla del tobogán.

- No quiero sangrar, me duele la pancita y tengo mucha hambre.- hizo un puchero recargando su cabeza en el hombro del masculino.

Y vaya que se sintió estúpidamente bien, sentía el olor de su cabello y su cercanía era cálida más no incómoda, era esa calidez que sientes cuando después de un arduo día te recuestas en tu camita, era esa calidez.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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MIRROR ★HAN SEOJUN ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora