𝑂𝑛𝑒.

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𝑩𝒆𝒂 𝒃𝒂𝒋𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒗𝒊𝒐́𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂𝒔 𝒕𝒆𝒎𝒃𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐

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𝑩𝒆𝒂 𝒃𝒂𝒋𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝒂𝒗𝒊𝒐́𝒏 𝒄𝒐𝒏 𝒔𝒖𝒔 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒏𝒂𝒔 𝒕𝒆𝒎𝒃𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐.
Un millón de veces pensó en como sería volver a Outer Banks y en el reencuentro con sus amigos. Pero nunca se dió cuenta de que antes de eso debía enfrentar a su padres, los cuales no llamaron ni una sola vez desde que ella se fue.

Estaba afuera de su casa con una mochila colgada en su espalda, empieza a jugar con sus propias manos, un gesto que hacía mucho cuando estaba nerviosa.

Suspira y sus nudillos se dirigen a la puerta, que al cabo de unos segundos se abre. Lo primero que aparece es el rostro de su madre, que al verla se queda perpleja. Detrás de esta aparece Mike. Tardan un momento en asimilar que la misma hija a la que mandaron a un internado estaba ahí, adelante de ellos.

—Bea... —Lo único que dice su madre para después abrazarla.

—Nos alegra mucho que hayas vuelto. —Comenta su padre de fondo.

Ella no habla, no puede, solamente tiene ganas de agarrar su cosas e irse de esa casa.

—Vamos, entra. —La anima Anna mientras la deja de abrazar.

Sus pies se mueven involuntariamente hacia adentro, estaba todo exactamente igual, solo que ya no había fotos de ella en cuadros o con su hermana, ahora solo había fotos de la familia feliz que fueron durante dos años.

—¿Y Kiara?

Sus padres se miran entre ellos, era la primera vez que Bea hablaba desde que llegó.

—Debe de estar surfeando con sus amigos.

Le responde Mike, la palabra "amigos" la sorprendió, ya que la última vez que vió a su hermana, está no tenía amigos, odiaba a los kooks.

—Puedes ir desempacando, ¿te acompaño? —Se ofrece su madre.

Ella niega con la cabeza y sube. Se sentía una invitada a esta casa, sobre todo cuando entró a su anterior cuarto y vio todas cajas desparramadas, entra. Su cuarto estaba exactamente igual, solo que ahora había basura que no era de ella, al parecer ahora la usan como para "guardar cosas".

—Lamento el desorden, no sabíamos cuando llegarías. —Se disculpa su madre a medida que entra.

—Si, está bien, puedo limpiar.

Anna sonríe y la abraza.

—¿ves, Bea? No fue una pésima idea.

Ella sabía exactamente a qué se refería con "pésima idea", ¿Cómo le explica a su madre que fue una pésima idea ya que no se reconoce ni en el espejo?

—Necesito descansar. —Se limita a contestar.

—Si, por supuesto, debes estar agotada —Se levanta y va hacia la puerta. —. Descansa.

𝐼𝑛𝑒𝑓𝑎𝑏𝑙𝑒 || 𝑱𝑱 𝑴𝒂𝒚𝒃𝒂𝒏𝒌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora