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   — No me gusta y mucho menos sin mi permiso. —Decía la Sra. Jeon. Taehyung asentía frente suyo. Ambos en el living, el menor oyendo los regaños de la mujer. — Sé igualmente que fue mi hijo el de la idea, pero ya he hablado con él. —Seguía. Kim volvió a asentir.

   — No volverá a pasar.

   — Sé que no. Al menos no sin mi consentimiento. —La mujer tomaba un bocado de aire y suspiraba observándolo unos momentos en silencio. Taehyung tuvo el presentimiento de qué algo más había en su cabeza. — Confío en ti, Taehyung, Jungkook está más alegre desde que llegaste. —.

   — Oh... —Eso lo tomó por sorpresa. ¿Era así? — Para ser honesto creí que le caía mal en un princípio. —La mujer rió ocultando su sonrisa bajo su mano. Kim amplió sus ojos confuso.

   — Lo siento, no cariño, le caes muy bien a mi hijo, a él no le gusta la gente pero tu aparentemente le agradaste desde un comienzo, créeme, lo conozca muy bien. —Dijo ella con calma. Se sintió entonces con la guardia baja, había prejuzgado un poco de ante mano al menor. — Y sé que vas a cuidarlo y no lo lastimarás —.

   — ¿L-Lastimar? —Indagó confuso. La mujer asintió con ligera expresión de resignación.

   — Jungkookie puede ser un poco exasperante a veces, pero no lo hace de malo, no acostumbra a socializar demaciado... —La Omega bajó su tono de voz conforme escucharon al pequeño bajar las escaleras con su uniforme escolar puesto.

   Jungkook apretó las agujetas de su mochila y bajó sus ojitos apenado tan pronto vió a su mayor observarlo desde la sala. Su pancita cosquilleó tan fuerte que dolió.

   — ¿Listo amor? ¿Saludaste a papá? —Ahora arrugó ligeramente su ceño viendo a su madre con molestia. Ella sonrió con ternura. —No me mires así, sigues siendo mi bebé por más edad que tengas. —Le dijo ella. Kim entonces comprendió la expresión de su rostro.

   A Jungkook claramente no le gustaba que sus padres lo tratasen como un niño.

   — Taehyung vamos. —Dijo el azabache terminando de bajar los peldaños sin mirarlos para atravesar el pasillo. La Sra. Jeon refufuñó molesta.

   — ¡Esos modales Kook! ¡No puedes llamar a tus mayores por su nombre! Ahs mocoso...  —Se quejó ella viendo como Kim se inclinaba ante ella y corría detrás de su Molestia intentando alcanzarle el paso.

   Una vez fuera, encontró al menor paradito a un lado del vehículo con sus manitos juntas. Taehyung suspiró todando sus ojos, Jungkook siempre esperaba a qué él le abriese la puerta del coche. Kim acabó por cumplir sin deseos de discutir con el mocoso ese día.

   Él no dijo nada tan sólo tomó asiento en el lugar de siempre y se mantuvo cabizbajo mordiendo su labio inferior nervioso. Kim tomó asiento ésta vez en el centro y a un lado de él.

   — ¿Estás bien? —Indagó entre se ponía el cinturón de seguridad. Él tan sólo logró asomar sus ojitos hacia él antes de volver a bajarlos con su pancita ardiendo. Asintió suavemente. — Me preocupaste esta mañana, creí que te había pasado algo. —.

   Negó guardando silencio. Temía que su voz saliese débil al hablar, estaba nervioso, no quería avergonzarse frente a Taehyung.

   — Pero me alegra que estés bien. —Apretó sus belfos. Taehyungie era un pan de Dios. — ¿Era por ello que querías faltar a clases? —Finalmente cobró valentía para verlo al rostro...

   Su valentía se esfumó en los afilados ojos de Tae viéndolo atentamente. Infló su pecho de aire intentando calmarse. ¿Qué le sucedía? Cierto era que le gustaba, pero ya era demasiado que no pudiese controlarse cuando se trataba de él. Tragó saliva intimidado.

El capricho de la casa <-- TaeggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora