El capricho de la casa <-- Taegguk

5

   — Te mandé mensajes.

   Taehyung frunció ligeramente el ceño confuso tras abrir la puerta, y encontrar a un chaparrito Beta cruzado de brazos tras tocar su timbre repetidas veces. Jungkook lo miraba molesto aún frente a él.

   — ¿Qué? —Indagó confuso.

   — Me clavaste el visto Kim no te hagas. ¡T-Tú...! —Guardó silencio un momento con molestia. Taehyung estaba bien vestido, peinado y perfumado. Apretó sus dientes ansioso por aquélla idea. — ¿A dónde vas? —.

   — ¿Qué haces aquí? Tienes clases de Taekwondo o lo que sea, tu madre dijo que te llevaría, aún sigue muy molesta con lo sucedido, no me metas en más problemas por favor. —El chico más alto se tomó de la cien. El mocoso había tomado extrañamente una repentina confianza hacia él tras lo sucedido. Y estaba bien pero, sí antes de por sí lo esclavizaba ahora no dejaba de atosigarlo.

   — No está molesta contigo-

   — Como sea, obedece a tu madre y ya.

   — Pero tú eres mí niñero deberías llevarme. —Protestó en un molesto tono lastimero. Kim lo observó en silencio preguntándose qué tanto lo odiaba o sí realmente le caía tan bien que era aterrador. Lo vió a los ojos confuso, Jungkook apartó su mirada con rapidez.

   — Deberías hablarlo con tu madre, ella dió la órden, y de todas formas voy a salir en mi tiempo libre, ella estará para ti mientras tanto, ¿bien? —Absolutamente nada de bien. Sintió ligeras punzadas en su abdomen de tan sólo pensar con quién se encontraría. Taehyung era su esclavo, no debía estar con nadie más que con él.

   — No necesito el permiso de nadie no soy un niño Kim. Y tú-

   — Yo me tomé el día, señorito Jungkook, hoy no eres mi trabajo. —Aquéllas palabras cayeron con un gran golpe de realidad a su cabeza. Esa era la realidad, Taehyung sólo hacía su trabajo, y hoy no era uno de esos días.

   Señorito Jungkook. Nona y Donghun solían llamarlo así, y aunque se sentía algo cercano a ellos, de la boca del Beta sólo lo hacía ver la verdadera distancia que no sólo había, sí no mismo que Kim establecía como una gran frontera.

   La vergüenza lo invadió. Miró sus manos buscando mantener la calma ante la decepción que hacía presión en su pecho. ¿En qué había estado pensando? Taehyung... Sólo era un cuidador más que estaba cuando se le pagaba.

   — Jungkook. —Dió la vuelta buscando alejarse, fue entonces detenido por la mano de Kim en su muñeca. Apartó su mirada y escondió su rostro, no quería que viese su expresión. — Es lo que has dicho siempre, ¿Por qué entonces luces decepcionado? —.

  Siempre. Kim llevaba tan solo un mes allí, ¿Por qué hablaba como sí lo hubiese tratado mal?

   — Jungkook.

   — Bueno, Taehyung. —Kim observó confuso cuando él sólo se soltó de su agarre regresando a su casa con una ligera velocidad. Se comportaba extraño, el pequeño Beta no había dejado de aclarle que era su niñero y su esclavo porque se le pagaba por ello, incluso hace un momento, ¿Por qué entoces parecía molesto cuando finalmente le daba la razón?

   Negó a sus adentros regresando a su casita, no pensaría en ello ahora, finalmente tenía una noche para salir con sus amistades. Por fin, Motomami Mónica saldría a dar un paseo.

   — Jungkook. —Su madre se asomó desde el gran living al ver a su hijo cerrar la puerta detrás suyo y recostarse ligeramente en esta. Sus ojitos caídos al suelo al igual que la comisura de sus labios. — Amor, ¿Qué pasó? —No era común en él, su niño siempre había sido de carácter fuerte en casa.