Había llegado el día para poder molestar a ese peliblanco inútil. No sabía la verdad el por qué se había esmerado en vestir bien para la ocasión, al final de cuentas era solo tomar un café y comer postres ¿No? Y discutir y ojalá hubieran insultos mejores...mejores como ese.
"Tan hermoso"
Con solo recordar ese tipo de insulto es que se quedó perplejo. Había ignorado completamente lo que había dicho el más alto, quizás solamente fingió demencia, lo mejor para hacerte el sordo y que nada de eso fue mencionado. Pero en su subconsciente seguía ahí ¿Por qué le diría eso? Estaba acostumbrado a que lo llamarán enano o algo, pero ¿Hermoso?...
Además de que el contexto fue extraño ¡Demasiado! Se suponía que estaban peleando, no "coqueteando"...bueno, no, ¿Por qué coquetearian? Que asco, nunca pasaría eso, ni con ese tal personaje poste de luz, jirafa, Costanera Center, lo que sea. Coquetear no estaba en su diccionario. No es como si le tuviera unas inmensas ganas de rasguñarlo como un gato. O tal vez si ¡No! Tenía que dejar de pensar en tonterías.
Fingir demencia, fingir demencia.
No podía volverse loco por una palabra.
"Pero con la voz del modelo se oía tan bien"
-¡Cállate subconsciente!
No se había dado cuenta que estaba hablando solo. Bueno, con su subconsciente, claro, su mente también vivía. Solo que no se percató que personas a su alrededor lo miraban extraño, puesto que ya se encontraba en la cafetería.
- ¿Que te tiene tan abrumado? Pareces un poco nervioso - se había acercado el mesero de confianza, Bokuto. - ¿no me digas que de verdad aceptaste salir con Lev? - y con esto sus ojos brillaron y sonreía de oreja a oreja - no puede ser
- ¿Que? De que hablas cabeza de escoba, sólo estoy hablando conmigo mismo arrepintiendome de haber venido aquí. Quizás ni siquiera debería estar aquí, debería estar en mi casa jugando videojuegos hasta la madrugada mientras mi gato se duerme en mis piernas y me deja lleno de pelos mi ropa. Eso es una buena vida y no perder el tiempo.
Bokuto solo se calló. De todas maneras seguía sonriendo porque le parecía chistoso lo terco que era el más bajo. Le recordaba un poco a Tobio. Reacio a dar muestras de amor a Hinata, pero cuando estaban en privado...eran unos caramelos. O también a tsukishima que ignora completamente a Yamaguchi solo para controlarse. Estos jóvenes que quieren controlar tanto sus sentimientos, el amor. ¿Y él? Pues le encantaba akaashi y no podía dejar de demostrarle su gran amor por él.
Pero bueno, igual era muy pronto para pensar en que algo podría ocurrir con estos dos, no es como si hubiera tanta química ¿O si?
- bueno entonces...¿Vas a ordenar algo o lo esperarás? Creo que esto es una cita~
- que no lo es búho tonto y no voy a ordenar nada...aún no tengo hambre.
Con esto Bokuto se alejó para atender a otros sin molestarlo más.era suficiente.
Volviendo su vista al azucarero que tenía al frente para poder pensar mejor las cosas, seguía sintiéndose nervioso y su mente no dejaba de pensar en Lev. En su tonta sonrisa y dientes perfectos, en como se vestía tan elegante y a la vez jovial. En cómo sus ojos son una mezcla extraña de grandes pero rasgados...y como es tan inútil, y tonto, obviamente. No podía dejarse llevar, se suponía que es alguien fuerte que no cae por nadie y además le gustan las mujeres. Esto es solo una cita, O SEA, salida, junta, lo que sea que era, solo para poder pelear a palabrazos. Si eso.
Eran las cuatro de la tarde, luego pasaron treinta minutos y aún nada. Los clientes venían y se iban tomándose su tiempo. Escuchaba charlas tristes como alegres, algunos que otros rompimientos tontos. Quien terminaría con su pareja en un lugar público... tambíen escuchaba los tintineos de las tazas con las cucharas, pero no escuchaba nunca la voz de lev llegar.
Cinco de la tarde, nada. Bokuto hasta parecía impaciente y no entendía el por qué. Solo era una tonta reunión y aún así, seguía esperándolo.
¿Será muy tarde arrepentirse?
Ningún rastro de Lev, quizás...se le olvidó. Quizás estaba ocupado. La verdad no quería justificarlo.
¿Lo había dejado plantado?
Y ni así pudo ordenar algo, la verdad no tenía ganas.
- que tonto fui en creer que alguien como él vendría aquí a hablar conmigo...- susurró para si mismo. Sabía que sus juicios contra Lev eran verdad. Era un desinteresado y un egocéntrico que solo se preocupa por el mismo. Quizás hasta olvidó quien era y por eso no vino. Sólo fue un momento fugaz o solo casualidades que Lev venía a esta cafetería y está vez no fue una de estas.
- oh ¿Estás bien? ...¿y-ya no vas a ordenar?
- no Bokuto, ya no esperaré más así que no seas mi mesero por hoy. Fue tonto esto, sabía que esto iba a pasar y aún así vine porque, po-porque no sé que esperaba de alguien de su clase. Quizás se esté riendo de mi en este instante, así son todos...
- pe-pero está es la cafetería del amor Yaku, podrían haber aún esperanzas
- el amor es una cosa inútil que solo es fugaz Bokuto, deja de pensar como un niño. Y yo nunca sentí "amor" ni atracción por ese tonto modelo ¿Entiendes? - levantándose de la mesa con los puños bien cerrados, miró fijamente a Bokuto con el ceño fruncido. Se sentía tan frustrado y...dolido-
Bokuto lo miró triste, le habían dolido sus palabras un poco. O mucho. Creía en que podían pasar cosas bonitas entre ellos dos, creía en que la cafetería los reuniría y se darían cuenta la atracción que se tenían cuando se miraban, pero al parecer quizás Yaku tenía razón, Lev no estaba interesado en alguien como él y solo fue un juego. El amor también puede ser así y doler. Puede ser colorido e incluso opuestos que pueden atraerse, pero si no hay esfuerzo de uno, se debilita. No era un niño, al menos no en cuanto a saber sus sentimientos.
Bokuto seguía con el puchero, sin embargo Yaku lo abrazó por un corto segundo pidiéndole perdón. Lo entendía perfectamente, Bokuto tuvo la suerte de ser aceptado por como era justo aquí en la cafeteria. Por eso estaba tan emocionado de querer juntarlos así como los demás han juntado a otros. Bokuto también quería ser un cupido.
Pero está vez no fue así.
Ya era tarde, casi las ocho de la noche y ya estaban cerrando. La verdad aunque se sintió frustrado, la compañía de Bokuto como su mesero lo ayudó a sentirse más aliviado. Y eso era lo bueno de la cafeteria dulce de limón. Que podías sentir esa confianza con los meseros e incluso con los pasteleros en sus postres y el toque de azúcar para endulzarte la vida. Hablar con ellos y compartirles tus temores.
Así fue que se despidió de todos. Por cortesía de la casa se llevó un par de croissant... Pero no iba a sentir el sabor dulce con el salado como antes. No iba a disfrutarlos como se debía aunque fueran su postre favorito, ya nada era lo mismo. Su corazón si estaba partido, si quería pelear pero a la vez hablar de todo con Lev, que nunca llegó. Obviamente era tan terco que iba a ignorar todo eso y lo iba a dejar como uno de sus momentos más humildes en creerle a una celebridad que saldría con él, para la anécdota.
Finalmente, se fue de la cafetería con un poco de lágrimas rodeandole sus rasgados ojos.
Lev nunca apareció.

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Croissants
Fanfictionsaga Pie de Limón. (créditos al artista detrás del fanart c:) y también a un comentario de un usuario que me dió la idea <3 @stumble133 Yaku es uno de los amigos cercanos de Kenma. Un día visitan la tan famosa cafetería que tanto Kenma raramente vi...