001. new home and new friends

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LUEGO DE UNA DESPEDIDA ENTRE LÁGRIMAS Y LAMENTOS POR PARTE DE SUS PADRES, Jules tuvo que abordar el Ferri y el viaje hacia su "nuevo hogar" dio inicio, no iba a mentir, estaba muy nerviosa.
Llevaba un sombrero de playa raro, de esa forma cubría su cabeza y entre ello sus ojos esperando no espantar a nadie y pasar desapercibida.

Su pie subía y bajaba a un ritmo acelerado, temía por no pasarla lindo en su nuevo hogar, sus padres la visitarían regularmente debido a la distancia larga que había entre su pueblo y el hogar de la señorita Peregrine.

Miro hacia el cielo, el clima era cálido pero el sol aún estaba oculto, un ave de color oscuro llamo su atención sobre volando cerca del Ferri, Jules sonrió sintiéndose feliz por una extraña razón, nunca había visto un ave de esa especie.

Suspiró concentrándose en pensar positivo, quizás podría encontrar nuevos amigos, o quizás la llamarían bruja nuevamente.

Volvió a sentarse mientras esperaba paciente a el final del destino. No sabía a quien debía esperar exactamente, ¿cómo se vería la señorita Peregrine?
¿Muy joven o muy vieja?¿Muy amable o amargada?

La castaña movía sus pies inquieta, estaba desbordando nervios, quería ir a su hogar.
Su inquietud comenzaba a mover las aguas, los otros pasajeros del Ferri hicieron muecas nerviosas y asustadizas.

—No había ninguna tormenta prevista—intento tranquilizar un adulto mayor—. Es raro el cambio repentino del clima.

Jules suspiro sintiéndose atacada aunque nadie la había apuntado, intentaba tranquilizarse dado que no era culpa suya, aún no entendía como controlar sus emociones.

Los mayores comenzaron a hablar nerviosos, de pronto Jules que estaba sumida en su silencio se encontró atraída por la conversación ajena de una señora.

—Por suerte esos niñatos raros se mantienen en esa cueva suya—rió malvadamente, su acompañante rió de la misma manera—. Más raros que ellos es la mujerza que la ciuda, deberían largarse a un lugar donde solo existan abominaciones como ellos.

La castaña frunció el ceño, estaba segura de que hablaban sobre la señorita Peregrine.

—La última vez la pelirroja encendió parte de mi jardín, hice un gran esfuerzo para no llamar a los policías, esos niñatos destruyen todo, son monstruos.

Trago saliva nerviosa, bueno, causar un incendio no era algo muy lindo que digamos.
El ave emitio un sonido, casi como si retara a las señoras de allí, Jules solo miraba con curiosidad a aquella ave negra, era realmente bella.

Sus nervios desaparecieron poco a poco, sin darse cuenta el mar también había calmado, ya no había olas fuertes qué pudieran causar peligro alguno y el cielo acompañaba de un sol radiante.

El ferri terminó abordando en una isla remota, Jules sonrió sin ánimos. Tomo sus maletas pesadas preparada para desbordar el ferri.

—Debi haber traído menos libros...—suspiro arrastrando su maleta.

—¿Necesita ayuda?

Un joven de cabello castaño la miro, a pesar de que Jules se mantenía cubierta con un sombrero y tenia la mirada baja.
Dudo en aceptar su ayuda pero viendo que todos estaban bajo del Ferri y era la única luchando con una maleta decidió aceptarla. Él sin problemas cargo la maleta y camino detrás suya esperando a que desabordará.

Una vez abajo el muchacho dejo la maleta a un lado suyo.

—Muchísimas gracias...—dijo ella amable

—Abraham Portman—extendió su mano amable. Ella dudo, pero acepto y estrecho su mano aún sin mirarlo—Abe para mis amigos.

Ella asintió y sonrió.

𝐌𝐄 𝐀𝐍𝐃 𝐘𝐎𝐔, enoch o'connor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora