15|『PERTENECER』

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[Ari]

El almuerzo está servido.

La variedad de comida se encuentra en cima de la mesa y llevo un bocado de carne hacia mi boca. Mientras tanto,Andrés mira fijamente la comida que tiene en su plato como si este le asquera, aún sin darle un mordisco o siquiera tocarla. Su mirada está perdida en un punto fijo de la mesa, como si el miedo estuviese controlando todas sus emociones logrando que su apetito desaparezca de la noche a la mañana. Me concentro en mirar sus ojos sin emoción, el brillo que suele habitar en ellos, este mediodía no se ve, aunque mejor dicho, desde la mañana, ya que al despertarse a tempranas horas, no me dijo nada, ni siquiera un buenos días como diariamente lo solía hacer,sino que se lavó sus dientes y sin decir nada se encerró en la biblioteca.

Este silencio me está torturando, y yo no soy de esos que se quedan callados cuando algo no me gusta, sino que hago lo que sea para acabar con mi incomodidad y satisfacer mis necesidades, pero en este caso, haré lo que sea para tener al Andrés que tanto me gusta de nuevo.Me levanto de la silla y camino hacia el castaño, quién ni siquiera se da cuenta de mi cercanía ya que aún sigue perdido en su burbuja sin prestar atención a su alrededor.

Pero finalmente sale de sus pensamientos cuando siente su mano ser tomada por la mía.

-¿Que te sucede?-mi mirada pasa a una mas fría y seria, ya que el recuerdo de una persona tocandolo me inunda, y sé a la perfección lo que pasó la noche anterior con el oficial, pero esa sensación rara de saber que mi juguete está mal, no me deja en paz-tienes que decirme lo que pasa Andrés, sabes que no me gusta que mientas.

-¿De que hablas? Estoy bien-esa misma maldita sonrisa falsa aparece nuevamente en sus labios.

-Ni siquiera tocaste tu comida, cuando la amas-suelto un suspiro-dímelo ya o me enojaré y te juro que voy a matar a cualquiera que se cruce en mi camino-por inercia, aprieto el agarre de la mano, logrando que Andrés comience a lagrimear.

Sé a la perfección que a Andrés no le gusta hablar sobre el tema de los asesinatos, ni mucho menos que cometa uno,así que es el punto perfecto para ver si con esta amenaza me confiesa lo que pasó ayer. Y solo porque quiero que tenga el valor suficiente y él mismo me lo diga, quiero escucharlo de sus propios bonitos labios.

-Pero estoy diciendo la verd...

-Bien-suelto la mano del más pequeño y me levanto de la silla, luego le doy la espalda y tengo la intensión de irme hacia cualquier lado de la mansión, sin embargo, mi brazo es sostenido con fuerza por la mano de Andrés,claramente, deteniendo mi caminata.

-¿Puedes abrazarme?-preguntó mientras que su voz empieza a quebrarse

Pero no voy a cumplir su deseo como lo hice la noche anterior.

-No.

-¿Ya no me am-amas?-me doy media vuelta para
contestarle y miro como la primera lagrima sale recorriendo por su mejilla izquierda.

-No.

Le doy la espalda nuevamente y siento su mano soltar lentamente el agarre con mi mano.

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Andrés lleva ambas manos a su rostro, tratando de tapar sus ojos y la tristeza que desborda por ellos. No es lo suficientemente fuerte para aguantar toda la presión que siente en su corazón, esto logra que la desesperación se refleje en cada gota que resbala por sus mejillas, incluso no se detienen ni un segundo. Está soltando todo lo que ha sentido la noche anterior cuando fueron a dormir, y todo lo que estuvo pensando en la biblioteca esta mañana.No soportó, no es fuerte cuando se trata de Ari,quién es su debilidad y con solo pensar que ya no lo ama, todo su mundo y su felicidad se caen lentamente,derrotando cada emoción que el castaño siente.

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