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Eran altas horas de la noche, la luna iluminaba como de costumbre, el refugio estaba en silencio, todos dormían

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Eran altas horas de la noche, la luna iluminaba como de costumbre, el refugio estaba en silencio, todos dormían.

Hasta que cuatro niños, los cuales jugaban policías y ladrones a su modo, empezaron a hacer ruido, un ruido que despertó a cierto niño de lunares lindos.

"Ni los cranks hacen tanto relajo."

Pensó el pequeño pelinegro, el cual tapaba su rostro con una almohada para ver si podía dejar de oír a los niños, fallando completamente.

Le molestaba que interrumpieran su sueño, así que simplemente se levantó y tomó su manta entre sus delicados dedos, claro, sin olvidar al señor pelusa, caminando lentamente hasta la habitación de al lado, donde un rubio de ojos miel dormía muy tranquilo.

- Newtie… - El menor abría la puerta suavemente, asomándose con lentitud mientras el rechinar de la puerta se detenía.

Como era de esperarse el de piel pálida ni se movió, él dormía tan bien que al pequeño le dió pena insistir más. Pero si se regresaba, no podría dormir. Tuvo que tomar aire y cerrar la puerta detrás suyo, acercase al rubio y moverlo suavemente.

A los pocos minutos abrió los ojos, tallando uno de estos antes de abrir sus labios para hablar.

- ¿Thommy? - Susurró, dándose cuenta que llevaba su manta y peluche, así que solo se hizo a un lado, pegándose a la pared para dejar subir al menor.

Una sonrisa se dibujó en los labios del de ojos oscuros, subiéndose rápido y tapándose enseguida, el mayor lo abrazó y siguió durmiendo como si nada, básicamente acostumbrado a eso.

El pelinegro cayó rendido luego de unos segundos, abrazando a su peluche con fuerza, acurrucado en el pecho de Newt.

El susodicho tenía apenas 9 años, el pelinegro solo 7, así que la diferencia no era tanta. Ambos chicos eran inseparables, Newt amaba la compañía de Thomas, y Thomas amaba la compañía de Newt. Todos sabían lo unidos que eran.

Por obvias razones, la mayoría en el refugio suponían que en algún momento, cuando cualquiera de los dos se presentara con el linaje que los distinguiera menos se iba a querer separar del contrario. Aunque se sabía que Newt sería Alfa, uno muy protector, por como era con el más pequeño. Thomas era complicado, solía parecer Beta, pero en algunos momentos Omega.

Eso no importaba mucho, pues era un niño muy querido por todos en la aldea, así que igualmente sería aceptado con gratitud. Lo mismo con Newt.

Al día siguiente, el mayor se despertó primero, evitando despertar a Thomas, duchándose y arreglándose antes de levantar al menor.

- Thommy, buenos días. - Sonrió luego de despertarlo, riendo un poco al ver como se sentaba en la orilla de la cama con el cabello alborotado y la marca de la baba en su mejilla. - Ve a lavarte y cuando termines bajamos a desayunar.

𝗩 𝗜 𝗢 𝗟 𝗘 𝗧 𝗔 - 𝘕𝘦𝘸𝘵𝘮𝘢𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora