Buenos días, ¿te conozco?

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Jack había dejado el auto de Elsa en el estacionamiento del hotel, por lo que por tercera vez camino rumbo al hospital, aunque esta vez le hizo bien, porque tenía que aclarar sus ideas. Estaba empezando a analizar lo que había descubierto cuando le llego un mensaje de Merida:

Hipo salió de cirugía, ¿Dónde estás?

Estoy a unas cuadras, llego en 10 minutos.

Jack envió el mensaje y corrió, llego al hospital sin aliento y se precipito a la habitación de Hipo. En ella ya estaba Merida, sentada al lado de Hipo que estaba conectado a muchos aparatos. Su pierna izquierda solo tenía la parte de arriba de la rodilla, que estaba vendada.

-¿Qué dijeron?-preguntó a Merida-¿Se recuperará?

-Sí, lo más difícil será la parte psicológica- respondió mientras veía a un punto fijo tratando de ocultar sus ganas de llorar.

En ese momento la mano de Hipo comenzó a moverse lentamente, abrió los ojos con pánico y se sentó lanzando un grito.

-¡NO DETENGANSE!

-¡HIPO!- gritó Merida levantándose para tratar de acercarse- ¡DESPERTASTE!- dijo mientras se lanzaba a abrazarlo.

-¿Qué? ¿Merida?-preguntó Hipo confundido cuando la muchacha lo abrazó- ¡NO! ¡Tenemos que detenerlos!, ¿Dónde está Rapunzel?- mientras lo decía trataba de soltarse de los brazos de la muchacha.

-Tranquilo Hipo- decía Merida mientras se alejaba de él- estas en el hospital y Rapunzel también-

-¿En el hospital?- dijo Hipo ya completamente despierto.

-¿Qué es lo último que recuerdas?- preguntó Jack una vez que llegó al lado de su cama.

-Lo último que recuerdo- repitió Hipo- estábamos en el camión, me había quedado dormido y de repente se escuchó un ruido muy extraño. Y luego- cerró los ojos con fuerza tratando de recordar- No lo sé, pero había algo más antes de que llegara al hospital-

-Tranquilo, los dos están bien y eso es lo que importa- dijo Merida mientras lo abrazaba con lágrimas en los ojos que limpio rápidamente para que ninguno de los dos chicos presentes las vieran.

-Me alegra que despertaras hermano- dijo Jack mientras ponía un brazo en su hombro.

En ese momento la doctora Toothiana entró a la habitación.

-Lo siento chicos, pero tengo que revisar a Hipo, para asegurarme de que todo salió bien en la operación-

-Enserio me alegra que despertaras- dijo Merida con el rostro escondido en el hombro de Hipo para que no viera sus lágrimas.

-Nos vemos en un rato- dijo Jack saliendo de la habitación con Merida.

-Sí, hasta luego chicos- respondió Hipo agitando la mano.

Una vez en el pasillo Merida se tambaleo, habían sido muchas emociones en muy poco tiempo y casi no había comido nada. Jack la sostuvo de un brazo para evitar que se callera y ella se apartó con brusquedad, no quería que el pensara que era débil.

-Oye pelo flama- le dijo Jack en tono casual, porque sabía la razón que la había llevado a empujarlo- ¿Por qué no vas a comer algo? Yo estaré en el cuarto de Punzie y tú necesitas comida o morirás de inanición-

-Está bien- replico con sarcasmo Merida caminando hacia la cafetería- pero solo porque no voy a darte en gusto de verme desmallarme-

Jack rio por lo bajo y se dirigió a la habitación de Rapunzel. Una vez en ella se sentó en una silla cerca de la cama y la tomó de la mano. Le encantaban sus manos pequeñas de dedos finos y algo ásperos por los lápices y la pintura. Tal vez a su bebe algún día le gustaría pintar tanto como a su madre y sus manos se pondrían ásperas con el tiempo.

El corazón nunca olvida ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora