Conexiones en la Costa | GARIME

La verdad sale a la luz

Karime no se detuvo hasta que llegó al despacho del administrador, exigiendo explicaciones sobre el "mal servicio" recibido. Gala, quien había seguido a la influencer en un intento de calmar la situación, observaba con el rostro estoico mientras el administrador, un hombre experimentado, intentaba manejar la situación con profesionalismo.

– Es increíble que una simple empleada tenga tan poco respeto por los clientes. – soltó Karime, sin darse cuenta de que sus palabras serían su mayor error.

El administrador se aclaró la garganta y lanzó una mirada incómoda hacia Gala. Sin embargo, Gala se mantuvo en silencio, dejando que Karime continuara su discurso. Era un juego que conocía bien: dejar que la gente revelara su verdadero carácter antes de intervenir.

Finalmente, el administrador no tuvo más opción que aclarar la situación.

– Señorita Pindter – dijo en un tono serio. – Permítame informarle que Gala Montes no es solo una empleada. Ella es la hija del dueño del hotel, la señorita Montes.

Un silencio sepulcral llenó el despacho. La expresión de Karime pasó de una mueca de enojo a un desconcierto absoluto. La influencer no estaba acostumbrada a que alguien le respondiera, y mucho menos que alguien le llevara la contraria sin ceder a sus caprichos.

– ¿Tú...? – tartamudeó Karime, mirando a Gala con una mezcla de sorpresa e incomodidad. – ¿Eres la hija del dueño?

Gala sonrió apenas, aunque en sus ojos aún brillaba un dejo de desdén.

– Sí, soy yo. Pero aunque no lo fuera, no tienes derecho a hablarle así a nadie.

Karime, sintiéndose expuesta, no pudo evitar ponerse a la defensiva.

– Bueno, pues no pareces la dueña de nada – replicó, cruzando los brazos y lanzando una mirada desafiante. – Si de verdad quisieras respetar a tus clientes, harías que su estancia fuera perfecta.

– Eso es lo que intento, pero no es fácil cuando alguien busca crear problemas desde el primer momento.

La tensión entre ambas era palpable. Pero justo cuando el ambiente parecía caldearse más, alguien abrió la puerta de golpe: Briggitte, la mejor amiga de Gala, quien entró para apoyar a su amiga.

– ¡Eh, calmemos las cosas! – dijo Briggitte, sonriendo y lanzando una mirada amistosa hacia Karime. – Quizás todo ha sido un malentendido, ¿no? Vamos a dejar el drama por hoy.

Karime la miró de arriba abajo, y aunque su orgullo estaba herido, decidió no responder. En lugar de eso, lanzó una última mirada a Gala y se dio media vuelta, saliendo del despacho sin decir otra palabra.

Al día siguiente...

Gala creía que después del altercado con Karime, todo estaría más tranquilo. Sin embargo, cuando salió a supervisar la playa, encontró a la influencer y su grupo ocupando una de las áreas privadas reservadas para huéspedes VIP. Karime, que la vio venir, le dedicó una sonrisa irónica y desafiante.

– ¿Vienes a reportarme otra vez, jefa? – dijo Karime, enfatizando con sarcasmo la última palabra.

Gala frunció el ceño, tratando de controlar sus emociones. Sabía que si caía en provocaciones, la situación solo empeoraría.

– Estoy aquí para asegurarme de que todos los huéspedes disfruten su estadía – replicó con calma. – Si necesitas algo, dímelo.

Karime, aunque le costaba admitirlo, no pudo evitar sentirse intrigada por la frialdad y seguridad de Gala. Había algo en ella que la descolocaba, que la hacía sentir fuera de control... y no estaba segura de si eso le gustaba o la molestaba más.

En ese momento, Jawy, uno de los amigos de Karime, la interrumpió, tirando una toalla en dirección a Gala para que "le trajera un refresco". Gala apenas lo miró y, sin perder la calma, lo ignoró. Pero Karime no pudo contener una carcajada.

Sin embargo, Briggitte, quien estaba cerca, observaba todo y no perdió tiempo en meterse en la conversación.

– Parece que tenemos a alguien buscando atención, ¿no crees, Karime? – dijo con una sonrisa burlona.

Karime se quedó en silencio, incomodada por la respuesta de Briggitte. La tensión se intensificaba, y la enemistad entre Gala y Karime solo parecía crecer.