Al tercer día de la estancia de Karime y su grupo, el ambiente en el hotel comenzaba a cambiar. La noticia de su llegada ya se había regado por toda la playa, y aunque ella buscaba llamar la atención, no todos los huéspedes se sentían cómodos con su presencia. Gala, por su parte, intentaba mantener las cosas bajo control, pero se daba cuenta de que la influencia de Karime estaba provocando problemas cada vez mayores.Esa mañana, mientras Gala organizaba algunas actividades para los huéspedes, vio llegar a una figura que nunca había esperado ver en su hotel: Nacha Michelson, una famosa modelo y empresaria chilena, y... una ex de Karime. Gala no sabía mucho de los romances pasados de Karime, pero una simple búsqueda en redes sociales había bastado para enterarse del drama que había dejado Nacha a su paso.
Nacha entró en el lobby con un aire de sofisticación que contrastaba fuertemente con la vibra alocada y despreocupada de Karime. Gala, intentando mantener la profesionalidad, se acercó para darle la bienvenida.
– Bienvenida al Hotel Montes, señorita Michelson. Espero que disfrute de su estancia, – dijo Gala con una sonrisa.
Nacha le devolvió la sonrisa con una mirada curiosa.
– Gracias. He escuchado maravillas de este lugar... y de ti, Gala – respondió, dejando a Gala ligeramente sorprendida.
Antes de que Gala pudiera responder, Karime y su grupo entraron al lobby y se quedaron congelados al ver a Nacha. Los ojos de Karime destellaban una mezcla de sorpresa y, para sorpresa de Gala, nerviosismo. Nacha, sin perder la calma, saludó a Karime con un gesto de cabeza.
– Qué casualidad verte aquí, Karime – dijo Nacha, manteniendo una sonrisa fría.
Karime intentó reponerse, aunque claramente estaba desconcertada.
– Yo... No esperaba verte aquí, Nacha – respondió, tratando de sonar indiferente.
Luigi, uno de los amigos de Karime, se acercó y le susurró algo al oído, mientras los otros observaban en silencio. Gala no pudo evitar sentir una chispa de interés en la situación. Parecía que Nacha no había llegado por simple coincidencia, y la tensión entre ella y Karime era evidente.
Esa noche...
El hotel organizó una fiesta en la playa para todos los huéspedes. Luces colgaban entre las palmeras, y una suave música llenaba el ambiente. Gala supervisaba desde una distancia, asegurándose de que todo estuviera perfecto. Sin embargo, sus ojos no podían evitar buscar a Karime, que estaba en la fiesta con su grupo de amigos, riendo y brindando.
Pero cuando Nacha apareció en la fiesta, todo el ambiente cambió. Nacha, con un vestido elegante y una actitud segura, se acercó a Karime con una sonrisa de complicidad. Gala notó cómo Karime intentaba aparentar despreocupación, aunque había una tensión en su mirada.
Nacha se inclinó hacia Karime y le susurró algo al oído, lo cual hizo que Karime frunciera el ceño y respondiera en voz baja, tratando de no perder la calma frente a sus amigos. Gala, desde lejos, no podía escuchar, pero la situación captó su atención por completo. Para su sorpresa, Nacha dirigió una mirada en su dirección, como si supiera que Gala estaba observando.
Justo en ese momento, Gomita, una huésped que se había hecho amiga de Karime y su grupo, aprovechó para acercarse a Karime y comenzar a coquetearle abiertamente. Gala vio cómo Gomita reía y tocaba el brazo de Karime, aprovechando cada momento de cercanía. Era evidente que buscaba llamar su atención, y no le importaba que Nacha estuviera allí o que la misma Gala los observara desde lejos.
La situación se volvía cada vez más confusa. Gala no sabía por qué sentía una punzada de incomodidad al ver a Gomita tan cerca de Karime. Sin embargo, Briggitte, quien había estado a su lado, le dio un leve empujón en broma y comentó:
– Parece que tienes competencia, ¿no crees?
Gala la miró, intentando mantener su serenidad.
– ¿Competencia? Ni que me importara lo que haga o deje de hacer – respondió, aunque su voz traicionaba una pizca de interés.
Briggitte se rió y la miró con una ceja levantada.
– Como digas, pero no puedes negar que hay algo entre ustedes. Aunque ahora parece que Nacha y Gomita están decididas a interferir.
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Conexiones en la Costa | GARIME
Romansa"¿𝘿𝙚 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙖𝙨 𝙖 𝙚𝙣𝙖𝙢𝙤𝙧𝙖𝙙𝙖𝙨? 𝙦𝙪é 𝙘𝙤𝙨𝙖 𝙢á𝙨 𝙧𝙞𝙙í𝙘𝙪𝙡𝙖"