N°4: Compartir dulces.

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Chloe cerró su cuaderno en cuanto el timbre que daba aviso al recreo sonó. Red al lado suyo bostezo sonoramente. No era un secreto alguno que a Red Hearts le aburrían las matemáticas.

Chloe rió porque Red parecía un oso cansado. El profesor salió del aula y solo ellas dos quedaron en el salón de clases, pues sus compañeros habían desaparecido apenas la campana había sonado.

— Tengo mucho sueño. — dijo Red haciendo un puchero no muy pronunciado. Chloe sonrió de modo que sus ojos desaparecieron.

— Nadie te obliga a quedarte hasta tan tarde jugando videojuegos. — Chloe recordó los gritos que provenían de la casa de Red, el día anterior. Se había ganado un buen golpe por parte de su madre, más unas risas por parte de Chloe por haberla escuchado.

Había sido bastante gracioso.

— Ten. Tus favoritos. — Red le ofrecía una paleta de sabor frutilla. Chloe gritó emocionada, mientras Red sonreía orgullosa. Sabía lo mucho que le gustaba esos dulces a la rizada.

— Gracias mi querida rojita. — dijo Chloe, para luego acariciar la cabellera de Red, a modo de agradecimiento.

Al ya tener el dulce en su boca, comenzó a guardar los cuadernos de la asignatura ya pasada, para sacar los de la asignatura que le tocaba ahora. En medio de eso, vio una tableta de chocolate que se había comprado ese mismo día. Sonrió.

— Mira lo que tengo. — mostró el chocolate, moviendolo de un lado a otro. A Red le brillaron los ojos y cualquier rastro de sueño desapareció.

Pasaron el resto del recreo, comiéndo el chocolate a trozos. Disfrutando su dulce sabor. Hasta comerlo completo.

Un recreo bastante dulce, si duda.

10 pasos | Glassheart Donde viven las historias. Descúbrelo ahora