PRIMER ENCUENTRO

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Hoy me levanté temprano, preparé el desayuno y me fui a la universidad para mi primera clase. Regresé a casa antes de las 8 para llevar a mi hermanito a la escuela. Terminé mis clases a las 2:00 p.m. y fui a recoger a mi hermanito. Después, me fui a trabajar como repartidor.

-Hola, buenas tardes. ¿Qué se le ofrece?

-Hola, ¿me podrían traer 10 pizzas, por favor?-

-Claro, enseguida. ¿A qué dirección? Concrete Bar. Bares de jazz, Itaewon. Por favor-

- claro, enseguida voy-

Me apresuré para llevar el pedido porque entre más entregas hiciera, mejor sería mi paga, y en verdad necesitaba ese dinero extra. Llamé al cliente y lo esperé afuera cuando, de repente, alguien chocó contra mí y se me cayeron todas las pizzas.

-¡No puede ser! -exclamé desesperado.

-Hey, chico, ¿por qué no te fijas?- Me reprochó el señor que me había chocado.

-Yo fijarme, pero si tú chocaste conmigo, deberías pagar por las pizzas. Yo no tengo la culpa-Le contesté molesto.

Empecé a discutir con el señor cuando, de repente, alguien me tocó el hombro.

-¿Qué pasa aquí?- preguntó un chico de cabello completamente negro, vestido con un traje elegante y un reloj que parecía carísimo.

-Nada, solo que este estúpido repartidor chocó conmigo y ahora me quiere hacer pagar las pizzas- acusó el otro hombre.

- Yo no fui quien chocó contigo-protesté.

-Hey, no te preocupes, yo pago las pizzas y lárgate- le dijo el chico al otro señor, que parecía completamente borracho.

-¡No me tomes por tonto! ¿Crees que no tengo para pagar?- respondió el borracho, agarrando al chico por el cuello de la camisa.

-Oye, cálmate, no busques problemas-dijo el chico, intentando zafarse del agarre.

-¿Qué vas a hacer? ¿Montarme una escena?-desafió el borracho.

Cuando me di cuenta, el borracho ya estaba en el suelo, inmovilizado por el chico.

-Te lo dije, mejor vete antes de que las cosas se pongan peor-advirtió el chico.

El borracho, con la cara roja de vergüenza y la ira, solo atinó a balbucear unas palabras incoherentes. Yo suspiré, decepcionado; mi día había empezado tan bien.

Por suerte, el señor se fue sin decir o hacer otra cosa, pero Jimin estaba avergonzado y un poco preocupado. ¿Cómo le entregaría 10 pizzas al cliente después de semejante desastre? Estaba tan sumido en sus pensamientos que se le había olvidado que el pelinegro estaba a su lado.

-Oye, ¿estás bien?-Preguntó Jungkook, notando la expresión preocupada de Jimin.

-Sí, gracias por la ayuda-, respondió Jimin , sintiendo un gran alivio.

-Por cierto, me llamo Jeon Jungkook. Un placer conocerte...-

-Ah, perdón. Me llamo Park Jimin. Un placer y otra vez gracias por la ayuda y por la molestia- lo interrumpió Jimin, sintiéndose en deuda con el chico.

-Y ahora, ¿Qué vas a hacer?-preguntó Jungkook, sonriendo amablemente.

-Supongo que ver cómo entregar esto-dijo Jimin, sin mucho entusiasmo, señalando las cajas de pizza.

-No te preocupes, puedes irte. Yo te pago las pizzas de igual forma. Yo las pedí, así que no importa- me ofreció Jungkook con una generosidad que sorprendió a Jimin.

-¡En serio? Gracias!- exclamó Jimin, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud.

-Entonces, creo que mejor me voy. Fue un gusto conocerte, Jeon Jungkook-dijo Jimin, sintiendo una calidez invadir su corazón al ver la sonrisa amable de Jungkook.

-Lo mismo pienso, Park Jimin-

-JUNGKOOK-

Hoy me levanté muy temprano porque tenía que hacer unos trámites para ingresar a mi nueva universidad. Había estado estudiando en el extranjero por órdenes de mi abuelo, pero según él, ya era hora de que volviera para encargarme de la empresa familiar. La verdad, no me entusiasmaba mucho la idea.

-Pero abuelo, yo no quiero -le dije. -No es cuestión de querer, jovencito -respondió con firmeza. Y lo peor fue cuando agregó: -Además, tienes que casarte con el hijo de mi mayor socio comercial.

Mi abuelo siempre ha sabido que soy gay, y a pesar de eso, siempre me ha apoyado. Pero ahora me estaba obligando a casarme con alguien que no quería. ¡Era muy frustrante!

Para distraerme, quedé de salir con mis amigos a un bar. Teníamos hambre, así que pedimos unas pizzas. -Chicos, voy a afuera a recogerlas. Ya vuelvo -les dije.

Cuando salí del bar, me encontré con un chico de cabello castaño discutiendo con un señor por unas pizzas tiradas en el suelo. ¿Qué estaba pasando?"

Me acerqué al chico de cabello castaño y lo toqué en el hombro.

-¿Qué pasa aquí? -pregunté, interponiéndome entre los dos hombres.

-Nada, solo que este estúpido repartidor chocó conmigo y ahora me quiere hacer pagar las pizzas -acusó el otro hombre, señalando al chico de cabello castaño.

-Yo no fui quien chocó contigo -protestó el joven, visiblemente nervioso.

-Hey, no te preocupes, yo pago las pizzas y lárgate -le dije al hombre, que olía a alcohol a varios metros de distancia.

-¡No me tomes por tonto! ¿Crees que no tengo para pagar? -respondió el borracho, agarrándome de la camisa. La tela se tensó y sentí su aliento caliente en mi rostro.

-Oye, cálmate, no busques problemas -dije, tratando de mantener la calma.

-¿Qué vas a hacer? ¿Montarme una escena? -desafió el borracho, acercándose más.

La situación se estaba poniendo tensa. Antes de que pudiera reaccionar, el borracho intentó darme un puñetazo. Con un movimiento rápido, lo esquivé y lo sujeté del brazo, torciéndolo ligeramente.

-Te lo dije, mejor vete antes de que las cosas se pongan peor -advertí, manteniendo una mirada firme.

El borracho, con la cara roja de vergüenza y la ira, solo atinó a balbucear unas palabras incoherentes antes de alejarse tambaleante.

-Oye, ¿estás bien? -pregunté al joven, soltando el aire que había estado conteniendo.

-Sí, gracias por la ayuda -respondió él, aliviado. -Por cierto, me llamo Jeon Jungkook. Un placer conocerte...

-Ah, perdón. Me llamo Park Jimin. Un placer y otra vez gracias por la ayuda y por la molestia -dijo Jimin, sonriendo agradecido.

-Y ahora, ¿qué vas a hacer? -le pregunté amablemente.

-Supongo que ver cómo entregar esto -dijo Jimin, señalando las cajas de pizza con un gesto derrotado.

-No te preocupes, puedes irte. Yo te pago las pizzas de igual forma. Yo las pedí, así que no importa -dije con firmeza.

-¡En serio? ¡Gracias! -exclamó Jimin, sorprendido.

-Entonces, creo que mejor me voy. Fue un gusto conocerte, Jeon Jungkook -dijo Jimin.

-Lo mismo pienso, Park Jimin -respondí, sintiendo una extraña sensación en el pecho.

Mientras veía a Jimin alejarse, no pude evitar sentir una conexión especial con él. Era como si algo dentro de mí se hubiera despertado.

CRUCE DE CAMINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora