¿ESPOSOS? ¿¡QUE!?

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La alarma sonó, pero el calorcito de las sábanas y la sonrisa de mi hermanito me hicieron quedarme unos minutos más en la cama. Sabía que tenía que ir a la universidad, pero la tentación de seguir disfrutando de ese momento era irresistible. Cuando finalmente me levanté, la prisa me invadió. Corrí lo más rápido que pude, pero mi cuerpo me pedía un descanso. El corazón me latía con fuerza y tuve que detenerme, apoyándome en una pared, mientras intentaba recuperar el aliento.

-Maldita enfermedad- ¡tenía cosas más importantes que hacer, Pero no podía permitirme derrumbarme, mi hermano me necesitaba.

Respiré hondo y seguí caminando, aunque las piernas me pesaban. Ya estaba muy tarde y el profesor seguramente no me dejaría pasar. Me senté en una mesa vacía de la biblioteca y saqué mis apuntes para tratar de concentrarme en las tareas pendientes. De repente, algo me hizo levantar la vista. ¡Era Tae! Mi mejor amigo desde los quince años, desde aquel horrible accidente. Al verlo, una ola de emociones me invadió. Sonreí con nostalgia al recordar todos los momentos que habíamos compartido.

-Tae - grité y lo abracé con fuerza.

-Jimin, ¿Cómo estás? Ya no te había visto- dijo haciendo un puchero.

-Lo siento, he estado ocupado con la universidad. Ayer estuve trabajando y surgió un problema con un señor, pero nada importante. ¿Y tú, qué me cuentas? -dije emocionado

-¡Es una pesadilla! Mi padre quiere que me case con el nieto de ese viejo cascarrabias. Ya le dije que estoy con Hoseok, pero como si nada. ¡Ya hasta reservaron un restaurante súper elegante para la cita!-

- ¡No puede ser! Tu padre está loco. ¿Y qué tal si invitamos a Hoseok a la cita? Así tu padre verá que hablas en serio.-

-No creo que sea una buena idea. ¿Por qué no vas tú a la cita? - dijo

- No creo Tae. Además, ¿no crees que se dará cuenta de que no soy tu?

-No, no lo creo. Como él estaba estudiando en el extranjero, no me conoce en persona. Y te pagaré...-

-¿De cuánto estamos hablando? - pregunté, intrigado.

-De $1763 wones para que puedas empezar tu tratamiento. ¿Qué te parece?-

Y así es como terminé en este lío, sentado en este restaurante, esperando a un completo desconocido. ¡Dios mío, los nervios me están consumiendo! Y si resulta ser algún tipo raro, ¡no quiero ni imaginarlo! Estaba tan perdido en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta cuando alguien me habló.

-¿Kim Taehyung?" - preguntó con un tono de sorpresa.

-Sí, soy yo - respondí, y al girarme me llevé un susto. ¡Era el chico que me había ayudado con el señor aquel día!

-¿Estás seguro? - preguntó incrédulo.

-¡Dios mío, eres tú! El chico de la otra vez. - dije, llevándome una mano a la boca.Se quedó mirándome fijamente.

-Creo que hay un error... tú no eres Kim Taehyung, ¿verdad? - dijo en un tono serio.

Lo siento mucho. Soy su mejor amigo. Es que... bueno, no quiere casarse y me pidió que viniera en su lugar.- admití, sintiéndome avergonzado.

-No te preocupes. De hecho, me gusta tu idea. ¿Qué tal si tú te conviertes en mi prometido? - propuso con firmeza.

-¿Qué? - pregunté, sin poder creer lo que estaba oyendo.

-Así es. Casémonos. La verdad es que a mí tampoco me interesa el matrimonio, y se me ocurrió la idea de casarme con alguien más. Tú podrías ser una buena opción. Claro, nos divorciaríamos si alguien se enamora de otra persona. Si estás de acuerdo, podríamos hacer un contrato donde yo te pagaría por fingir ser mi pareja-

-Espera, espera... esto es demasiado repentino - balbuceé, atónito.

-Lo sé, lo sé. Pero, ¿qué dices? ¿Me das una respuesta ahora mismo?-

-¿De cuánto estamos hablando?- pregunté, tratando de procesar todo.

-Bueno, podríamos empezar con unos 30,000 wones. ¿Te parece?-

Me quedé boquiabierto. Esa cantidad sería suficiente para pagar mi tratamiento y me ayudaría mucho. Sin dudarlo, acepté.

-Está bien, acepto casarme contigo, Jeon Jungkook.-dije

-Perfecto, te espero a las 8:00 de la mañana para casarnos, cariño-

Dios mío, ¿en qué me metí? No creo que esto vaya a salir mal, ¿verdad?

AL DIA SIGUIENTE

Me levanté y me bañé. El asistente de Jungkook me pidió mi número para coordinar nuestro encuentro. Me ofreció pasar a recogerme, lo cual fue muy conveniente al ser fin de semana. Dejé a mi hermano con Taehyung, quien reaccionó de manera exagerada cuando le conté todo. Sin embargo, ya había aceptado , así que no podía retractarme. Aunque debo admitir que siento cierto temor hacia Jeon.

Salí de casa con un nudo en el estómago. ¿Qué me esperaba? Me despedí de mi hermano y de Taehyung, quienes me desearon suerte con una mezcla de curiosidad y diversión. Al subir al auto, no pude evitar preguntarme qué tipo de persona era Jungkook en realidad.

-Mira Jimin, así está la cosa: mi asistente te va a enviar mi información personal para que te la memorices. Tenemos que parecer una pareja real enfrente de mi abuelo. De igual forma, quiero que le des tu información personal a mi asistente.- Yo solo asentí

Jimin parpadeó varias veces, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. No esperaba una solicitud tan directa y formal. La idea de compartir información personal con un desconocido, aunque fuera por un motivo tan específico, le ponía un poco nervioso. Sin embargo, asintió lentamente, tratando de mantener la calma.

-Está bien, entiendo. Hagamos lo que sea necesario para que todo salga bien.-

Llegamos al registro civil. No podía creer que me iba a casar con alguien a quien acababa de conocer, pero el dinero que me ofrecía era tentador. Jimin tragó saliva, sintiendo un nudo en el estómago. Las paredes blancas y los escritorios de madera oscura del registro civil creaban una atmósfera impersonal y fría, que contrastaba con la calidez de la oferta que había aceptado. La pluma raspó contra el papel, dejando una marca indeleble en su vida. Con cada firma, se adentraba más en este extraño acuerdo. Jungkook lo observaba con una sonrisa enigmática, sus ojos oscuros pareciendo penetrar en su alma. ¿Qué secretos ocultaba este hombre detrás de esa fachada amable? Jimin se preguntó quién era realmente Jungkook y qué le depararía el futuro junto a él.

-Bueno, ya somos esposos -dijo Jungkook con una sonrisa.

-Sí -asentí con la cabeza, aún aturdido.

-Mañana conocerás a mi abuelo. Mi asistente te enviará la ropa que debes usar para la ocasión.

Jimin solo asintió, tratando de procesar todo lo que estaba sucediendo. Jungkook, con un guiño cómplice, se despidió:

-Te pedí un taxi. ¡Hasta mañana, cariño!

Jungkook era un completo desconocido, pero en ese momento, Jimin se convirtió en su esposo. Se sentía como en un sueño surrealista

Espero que sea de su agrado y haré lo posible por actualizar frecuentemente, al menos cada dos capítulos
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CRUCE DE CAMINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora