11. Desafios en el hielo.

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Wonwoo se encontraba detrás de las puertas de la pista, el pulso aún acelerado por la adrenalina de su reciente presentación. A su lado, Woozi lo observaba con una mezcla de competitividad y desdén.

—¿Te crees el mejor después de esa actuación? —dijo Jihoon, cruzando los brazos. Su tono era desafiante, como siempre.

—Lo hice lo mejor que pude, ¿y tú? —respondió Wonwoo, tratando de mantener la calma. Sabía que Woozi siempre estaba listo para desear lo mejor y lo peor en cualquier competencia.

—Asegúrate de disfrutarlo mientras puedas. Cuando yo salga a patinar, todo el mundo olvidará tu nombre. Mi rutina se llama "Luz de Luna", y lo que significa es que iluminaré la oscuridad que has traído a esta competencia —aseguró el bajito con una sonrisa arrogante.

Wonwoo no pudo evitar rodar los ojos, pero dentro de él, una chispa de motivación se encendió. La confianza de Woozi siempre había sido una mezcla de irritación y admiración para él. Sabía que el rival estaba decidido a demostrar su valía.

Antes de que pudiera replicar, los interlocutores llamaron a Woozi a la pista. Con un último intercambio de miradas, Woozi se adentró en el hielo, mientras Wonwoo se quedó observando desde el lado. La música comenzó a sonar, envolviendo la pista en un aire de expectación.

"Luz de Luna" resonó a través del recinto, una melodía suave y evocadora que evocaba imágenes de serenidad y misterio. Los movimientos de Woozi eran precisos y dinámicos, alternando entre pasos fluidos y rápidos. Cada giro y cada salto se sentía como una declaración de intenciones, una lucha por la supremacía.

A medida que avanzaba en su rutina, Woozi ejecutó un hermoso salto en el que giró en el aire con gracia, aterrizando con un control absoluto. Sus movimientos eran como una danza en el hielo, llenos de energía, pero también de una profunda elegancia. La manera en que se deslizaba sobre el hielo, acompañado por la música, creó una atmósfera hipnotizante que mantuvo al público en silencio.

Mientras observaba, Wonwoo sintió una mezcla de emociones. Por un lado, admiraba la destreza y el talento de Woozi; por otro, la presión de la competencia se intensificaba. A cada giro y salto, la confianza de Woozi parecía crecer, y la determinación de Wonwoo de superar esa actuación se afianzaba aún más. La rutina se convirtió en un recordatorio de que había mucho en juego.

Finalmente, Woozi culminó su actuación con un giro rápido, seguido de una pose final que capturó la atención de todos. La ovación fue inmediata, el público estallando en aplausos ensordecedores. El rostro de Woozi iluminado por el triunfo, mientras se retiraba de la pista.

—Vaya, realmente lo diste todo —murmuró Wonwoo, aunque un aire de desafío se cernía entre ellos.

Al final, la competencia no era solo un juego de puntajes, sino un reflejo de sus propios miedos y ambiciones.

Después de que Woozi se retiró y se anunció su puntaje, luego de eso, las presentaciones continuaron.

Al terminar el día uno de la competencia, Wonwoo y Mingyu se dirigieron hacia el hotel.

Bailando sobre hielo. | MinWon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora