12. Reflexiones antes de la competencia.

9 0 0
                                    

Pasaron un par de días desde la intensa rutina corta de Wonwoo, y la atmósfera en el hotel se sentía cargada de anticipación. La competencia de rutina larga estaba a la vuelta de la esquina, y las expectativas comenzaban a pesar sobre sus hombros. Mientras se preparaba para el gran día, encontró consuelo en la compañía de sus amigos.

En el vestuario, Seulgi e Irene entraron, sus risas llenando el aire con una energía vibrante. Seulgi se acercó a su hermanito con una sonrisa cómplice.

—Así que, ¿qué tal el beso? —preguntó, levantando una ceja mientras su tono sugería más que simple curiosidad.

Wonwoo sintió que su rostro se encendía de inmediato. No estaba listo para hablar sobre eso, no aún. —¿De qué hablas? —intentó disimular, aunque su voz delataba su incomodidad.

Su mejor amiga se unió a la conversación, con una sonrisa juguetona. —Vamos, Wonwoo. El público entero lo vio. ¿Te gustó?

—Fue un momento... inesperado —respondió, tratando de mantener la calma. La verdad era que el beso había sido algo que no podía quitarse de la mente. La conexión que sintió con Mingyu había sido intensa, algo que había despertado en él sentimientos que ni siquiera sabía que tenía.

Su hermana le dio una palmadita en el hombro. —No te preocupes. A veces, un beso puede cambiar todo. Especialmente cuando tienes a alguien como Mingyu apoyándote.

—Eso es cierto. Pero ahora lo importante es la competencia. Tienes que concentrarte en tu rutina —dijo Irene, cambiando de tema y volviendo a su papel de amiga y mentora.

El rubio asintió, agradecido por el apoyo de sus amigas, pero sabía que el peso de la competencia comenzaba a acumularse en su pecho. Su rutina larga representaba su lucha interna, y el día de la presentación estaba a solo unas horas de distancia.

Mientras se preparaba, su mente vagó por la sala, hasta que Seulgi interrumpió sus pensamientos. —¿Ya tienes en mente cómo quieres finalizar la rutina? Recuerda, necesitas que sea poderosa.

—Sí, lo tengo. Pero... —el rubio dudó, sintiendo la presión de la situación. —¿Seré suficiente?

—¡Por supuesto que lo serás! —exclamó su hermana, animándolo. —Recuerda, la audiencia no solo quiere ver patinaje; quieren ver tu historia. Haz que sientan lo que tú sientes.

Al escuchar su nombre, Wonwoo sintió un escalofrío recorrer su espalda. Se preguntó si podría vivir a la altura de las expectativas. La competencia sería en la categoría de rutina larga, y su presentación se titulaba "Espejismos de la Eternidad". Era una pieza que representaba la lucha interna entre la vulnerabilidad y la fortaleza, un reflejo de su propio viaje en el patinaje.

Finalmente, llegó su turno. Se acercó a la pista, sintiendo el aliento del público y el nerviosismo vibrando en el aire. A medida que se posicionaba, pudo ver a Mingyu en la esquina, preparándose para su propia actuación. La mirada de Mingyu era intensa, lo que solo intensificó la batalla mental de Wonwoo. Sabía que su rival estaba a la espera, listo para demostrar su valía.

Con un gesto de la mano, el presentador anunció:

—A continuación, por favor den la bienvenida a Jeon Wonwoo, quien realizará su rutina larga, "Espejismos de la Eternidad".

El público estalló en aplausos mientras la música comenzaba a sonar. Con el primer acorde, la tensión en su pecho se transformó en una oleada de energía. Se lanzó al hielo, cada paso marcando el ritmo de la música.

La rutina comenzó con un suave deslizamiento hacia adelante, en el que se sintió ligero y libre. Los primeros movimientos eran delicados, casi etéreos, como si estuviera flotando. Cada giro se sentía más seguro, y la coreografía fluía de sus pies como si el hielo lo estuviera guiando.

Sin embargo, a medida que avanzaba, los nervios comenzaron a surgir de nuevo. Se recordó a sí mismo el significado detrás de la rutina. "Espejismos de la Eternidad" representaba su lucha constante por encontrar su identidad, un viaje que había sido tanto interno como externo. Cada salto y cada giro eran expresiones de su propio miedo y deseo de superar sus limitaciones.

Llegó a la primera serie de saltos, una secuencia de cuádruples que había estado practicando intensamente. Con un impulso decidido, se lanzó al aire, sintiendo el instante suspendido mientras giraba. En su mente, una voz le decía que no podía fallar, que debía hacerlo perfecto. Sin embargo, el miedo a decepcionar a su familia y amigos lo amenazaba, haciéndolo dudar.

El público contuvo la respiración mientras él aterrizaba con gracia. Sintió el aplauso resonar a su alrededor, y eso le dio un pequeño impulso. Avanzó a la siguiente sección, donde debía realizar una secuencia de pasos más dramáticos y expresivos. Cada movimiento era un intento de canalizar su vulnerabilidad, de mostrar al mundo su verdadero yo.

En medio de la rutina, su mirada se cruzó con la de Mingyu, quien lo observaba desde la orilla. La determinación en los ojos de su rival lo empujó a dar lo mejor de sí mismo. Sin embargo, también sentía el peso de la competencia. "¿Seré suficiente?" era la pregunta que rondaba su mente.

A medida que avanzaba, cada movimiento se volvía más intenso. La música alcanzaba su clímax, y Wonwoo sintió una mezcla de emoción y ansiedad. Estaba luchando no solo contra los elementos de la rutina, sino también contra sus propios miedos. "No puedes rendirte", se dijo a sí mismo, "esto es por lo que has trabajado".

La rutina terminó con un final explosivo, un salto final que simbolizaba su propia liberación. Aterrizó con fuerza, sintiendo que el hielo vibraba bajo sus patines. Los aplausos estallaron en el aire, y una ola de alivio y satisfacción lo inundó.

Al terminar la actuación, se retiró de la pista con el corazón palpitante, sintiendo una mezcla de orgullo y temor. Cuando el presentador anunció el puntaje de Wonwoo, el silencio en el auditorio era casi palpable, hasta que los números se mostraron en la pantalla: un impresionante 90.25.

Sin embargo, en medio del alivio, una voz familiar interrumpió sus pensamientos. Era Woozi, que se acercaba con una sonrisa desafiante. — Recuerda, Wonwoo. ¡El número uno seré yo!

La competencia solo estaba comenzando, y Wonwoo sabía que lo que estaba en juego era más que un simple puntaje. Era su momento de brillar, y no estaba dispuesto a dejar que nadie se interpusiera en su camino.

Bailando sobre hielo. | MinWon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora