El sonido de cajas y muebles moviéndose me sacó de mi lectura esa tarde. Miré por la mirilla y lo vi: un hombre alto, de cabello despeinado y mirada intensa, estaba instalándose en el departamento de al lado. Al rato, un fuerte golpe resonó en la pared que compartíamos. Dudé, pero al final toqué su puerta para asegurarme de que todo estuviera bien.
Cuando abrió, me encontré con una sonrisa nerviosa y unos ojos color café que parecían pedir disculpas. "Perdón por el ruido… soy un desastre armando muebles," se disculpó. Nos presentamos: su nombre era Gabriel. Sin pensarlo mucho, me ofrecí a ayudarlo con su mueble, y él aceptó agradecido.
Entre risas y alguna que otra pieza que no encajaba, Gabriel y yo comenzamos a hablar de cosas triviales. Su voz era relajante, y aunque al principio era un poco tímido, pronto soltó alguna broma que hizo más liviana la noche. Al terminar, ya no éramos dos desconocidos.
Esa noche, al cerrar la puerta de mi departamento, no podía dejar de sonreír. ¿Quién diría que mi vecino sería alguien tan interesante? Lo que no sabía era que aquel encuentro sería el inicio de algo que cambiaría nuestras vidas para siempre.
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Amor entre mi vecino.
RomanceCuando Gabriel se muda al departamento junto al de Emma, ambos comienzan a compartir risas, café y una atracción que no pueden ignorar. Pero aunque la conexión entre ellos es evidente, Gabriel guarda un secreto que podría poner en riesgo su incipien...