14

5 2 0
                                    

Ni siquiera estamos a mitad de nuestra mañana patinando cuando Blake sale del hielo y le hacen dirigirse al pasillo por el equipo médico. La preocupación me golpea con fuerza cuando noto que está cojeando de la pierna izquierda.

Le había estado poniendo hielo en el vestuario anoche después del partido, pero esta mañana me aseguró que estaba bien. Dijo que solo era una vieja herida dando problemas y que en los rayos X y ultrasonido de prevención que hizo nuestros técnicos no se encontró nada.

Me forcé a concentrarme durante la práctica, pero espero por Dios que Blake esté bien. No había parecido que tuviese mucho dolor cuando salió patinando, pero nunca se sabe. Los jugadores de hockey son unos duros hijos de puta. Podían tener una pierna rota con el hueso atravesándoles la carne y aún insistirán en que están bien.

Creo que lo mismo se aplica a los entrenadores de hockey, porque Taehyung no había hecho caso de su enfermedad anoche. Llegué a casa para encontrarle en nuestra cama con una almohada sobre la cabeza, gimiendo que nunca había tenido una migraña como esta. Le sentí toser y moverse toda la noche, pero se había ido antes de que me despertase, así que estaba asumiendo que ahora está libre de migraña.

Espero que lo esté. Ayer realmente estaba esperando con ansia salir con él y estoy determinado a que pase esta noche.

El segundo entrenador sopla su silbato para señalar el final de la práctica, me encamino al vestuario para ducharme y cambiarme, luego salir en busca de Blake. Le encuentro en la sala de fisio. Está tumbado en una larga mesa de metal, la pierna izquierda apoyada y una bolsa de hielo en la rodilla.

—¿Cuál es la palabra? —pregunto preocupado.

La tristeza le nubla el rostro.

—Me van a mandar a hacer una resonancia magnética.

Mierda.

—¿Ligamento cruzado mediano? ¿Ligamento cruzado anterior? —Rezo para que la respuesta sea ninguno, pero la expresión de Blake se oscurece aún más.

—Ligamento cruzado anterior. No creen que sea una rotura. En el peor caso una torcedura, pero aun así me mantendrá fuera de acción durante un tiempo. Dos semanas, con optimismo. Seis como mucho.

Doble mierda. Perder a Blake, incluso por un par de semanas, sería un gran golpe para el equipo. Es uno de nuestros mejores delanteros.

—Lo siento, hombre —murmuro.

Blake es rápido en mostrar esa sonrisa despreocupada suya, incluso cuando ambos sabemos que está desanimado ante la perspectiva de perderse cualquier partido.

—Ah, no parezcas tan deprimido, Jeon. Nada me tumba por demasiado tiempo ¿eh? Estaré de vuelta antes de que te des cuenta.

Alzo una ceja.

—Será mejor que lo hagas. Vamos a necesitarte si jugamos la eliminatoria. —Por primera vez en años, Toronto está realmente luchando por la eliminatoria.

Me gusta pensar que en parte es por mí, he marcado un gol en los pasados seis partidos, pero estoy intentando dejarme ser muy creído. El hockey es un juego en equipo. Nada de "yo" en el "equipo" y otras cosas por el estilo, ¿cierto?

—Cuando juguemos la eliminatoria —me corrige—. Imbécil pesimista.

—Cuando juguemos la eliminatoria —repito, lo que me consigue otra amplia sonrisa—. Así que ocúpate de esa rodilla, ¿me escuchas? No te fuerces a volver al hielo antes de que los doctores te lo aconsejen. Podemos mantener el fuerte hasta que estés preparado...

—Jeon —me interrumpe la voz de hombre en la puerta y me giro para ver a uno de los entrenadores asistentes de pie en la puerta.

—¿Sí, entrenador?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 15 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

U SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora