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La reunión en el conservatorio hasta el momento había sido interesante. No esperaba que los reyes se tomaran el tiempo y nos hablaran como lo hicieron. Fue un poco surrealista y por eso, mantuve un estrecho seguimiento de sus emociones todo el tiempo. En lo que a mí concernía, si había algún peligro, necesitaba, ante todo, proteger a Isabella.
Mientras nos sentábamos allí escuchando a los reyes antes del descanso, pensé que su historia de fondo era interesante, sabía que habían existido durante mucho tiempo pero no me di cuenta de cuánto debieron haber visto; sus propios ojos han visto la evolución del hombre desde el mundo antiguo hasta el siglo XXI. Mi mente casi se quedó dormida pensando en todas las posibilidades hasta que mencionaron a los hombres lobo. La historia y el resultado fueron un poco sorprendentes, pero supongo que nosotros mismos éramos criaturas míticas, por lo que no debería haber sido una gran sorpresa que otras existieran también. O, en este caso, existieron alguna vez.
Tenía miedo de que algunas de las cosas que mencionaron, concretamente la forma en que engañaron a Carlisle, sorprendieran a Isabella. Estaba listo para enviarle un chorro de calma, pero pude escuchar los latidos de su corazón disminuir cuando la toqué y me sentí aliviado. Pensé que era casi cómico que crearan historias tan elaboradas sólo para jugar con Carlisle y cómo esas historias se habían extendido a otros vampiros a lo largo de los años. Aunque pensé que algunos de los mitos y leyendas que ellos mismos crearon eran una locura, pude ver por qué querían mantener la realidad estrechamente guardada. En total, los tres reyes no parecían ser los mismos seres despiadados que yo pensaba.
Mientras esperaba que Isabella volviera de atender sus necesidades, me sentí aliviado de que, después de todo, hubiéramos decidido hacer el viaje. Las respuestas que recibí ayudaron a disminuir la ansiedad que tenía por cambiar a Isabella. La alternativa, que le inyectaran mi veneno, no era ideal, pero funcionaría si mis instintos fallaran de alguna manera cuando llegara el momento. Inmediatamente pensé que pronto seguiría adelante y llenaría algunos viales como seguro en caso de que algo sucediera.
Mientras los dos nos sentábamos a esperar a que llegaran los demás, no pude evitar notar un pequeño indicio de confianza que irradiaba Isabella. No era la misma confianza fuerte que tenía conmigo, así que supuse que podría haber sido para Marcus y tal vez incluso para los otros líderes Volturi. Pude ver que Marcus realmente la quería y que los demás no tenían mala voluntad hacia ella. Sin embargo, todavía estaba un poco nervioso, estar aquí en Volterra era un poco desconcertante, pero no estaba tan agitado como cuando vi por primera vez al guardia, Demetri, en el aeropuerto.
