La melancolía de Plutón.

Capítulo 6: 134340 para emergencias.

La razón principal por la que Levi no soportaba a Erwin Smith era la hipocresía. Para una persona que tendía a ser muy directa, ese era uno de los mayores pecados del mundo. Usar una máscara de bondad para cubrir una cantidad espantosa de mal carácter, lo consideraba como un movimiento muy bajo y ruin. Y no es que odiara a la gente con ese tipo de carácter, él mismo sabía que podía ser alguien difícil de tratar, Farlan se lo recordaba con bastante frecuencia. Lo que era insoportable, era que ese tipo fingiera ser alguien diferente, cubriera sus verdaderos pensamientos con una sonrisa y reprimiera lo rata asquerosa que era con una fachada contraria.

Últimamente eso lo irritaba aún más, viendo a Eren encandilado por esa personalidad falsa de rectitud, bondad, amabilidad, y todos esos adjetivos positivos que parecían bañarlo en oro; a veces tenía ganas de tomar al niño por los hombros y gritarle que era una mentira apestosa, que Erwin solo usaba esa personalidad para engañar y conseguir los beneficios que necesitaba. Pero sabía en su interior que las cosas no funcionaban así y que lo mejor era que la persona misma se diera cuenta de la verdad por sus propios medios, aun cuando saber eso, le rompería el corazón. (Aún estaba tratando de pensar en cómo podría hacer el golpe menos agresivo, pero no tenía muchas ideas brillantes sobre eso)

Su familia y la de Erwin prácticamente eran una misma, su madre, Kushel, había estado comprometida con el padre de Erwin desde la niñez, justo como en las novelas de antaño, pero al final ella se enamoró de alguien más, se escapó de casa con "el amor de su vida", huyendo de la responsabilidad impuesta por sus padres. Por lo que supo, fue todo un verdadero drama de telenovela, el abuelo estuvo muy disgustado con Kushel por varios años, que no quiso saber nada de ella, hasta que anuncio que estaba embarazada y el abuelo la perdono, con eso pudo volver a la gran casa y se volvió a retomar el tema de un matrimonio arreglado ya que la familia Smith también recibiría a un nuevo integrante en su familia. Afortunadamente ambos nacieron hombres, y aunque los adultos estuvieron algo decepcionados, lo tomaron y terminaron por criarlos como si fueran hermanos.

Durante la infancia realmente parecían serlo. Ambos eran muy cercanos, jugaban, estudiaban y pasaban el rato uno al lado del otro, a los adultos les gustaba esa cercanía, la felicitaban y alimentaban, cada día feriado, cumpleaños, festividad, todo lo hacían en conjunto. Pero entonces, cuando cumplieron seis años, Kushel se embarazo por segunda ocasión, está vez dando a luz a una niña.

La madre de Erwin contrajo una enfermedad que le había impedido tener más hijos, por lo que él era el único. Así que mientras ellos aún jugaban en la tierra y Mikasa, la hermana menor de Levi, era amamantada, los abuelos Ackerman y los viejos Smith, volvieron a planear el matrimonio arreglado para unir a ambas familias. Era como una maldición que nunca parecía terminar, al inicio Levi no comprendía bien del tema, su hermana era solo un bebé, por lo que no le veía mucho sentido, al final, era un tema de adultos, solo por un par de años ignoro el tema.

Entonces Mikasa tuvo la edad suficiente y empezó a ser educada para ser una esposa ideal. Tanto los abuelos Ackerman como el tío Kenny se aseguraron de no cometer el mismo error que con Kushel, por lo que día y noche manipulaban a la niña, creándole fantasías acerca del matrimonio y del que algún día sería su futuro esposo. La niña era un títere de los adultos, era dócil, sumisa y adorable, todos ellos la amaban y adulaban, complacidos por lo que estaban convirtiendo. Levi empezó a comprender del tema y los empezó a aborrecer, en especial a su madre que se quedaba callada, mirando a un lado mientras su hija cumplía con el papel que ella misma había repudiado en su juventud.

—No lo entiendes. —había dicho ella cuando la enfrentó, después del quinto cumpleaños de Mikasa. —Son cosas de adultos.

Y si las no fueran suficientemente malas, Erwin se convirtió en un adolescente retorcido, aprendiendo a aparentar calma y rectitud frente a esos adultos despreciables, dándoles lo que querían y cumpliendo con sus peticiones, mientras que detrás, era un crío malcriado, déspota, cínico, manipulador y controlador. No le hubiera dando tanta importancia, porque en realidad ese tipo de temas no le importaban en demasía, si no fuera porque a su hermana la trataba de ese modo, haciéndola a un lado como la peste, recordándole que debía ser obediente y callada, solo quedarse a su lado sin replicar. Ella ahora tenía diez años, pero la trataba como a un cachorro sucio, un ser indeseable, creado únicamente para mantenerlo feliz.