Era otro día común en las minas de Iacon, y en algún rincón olvidado del presente, una chispa de energía atravesó el espacio y el tiempo.Megatron y Optimus, sin saber cómo, fueron absorbidos por un portal, arrojados lejos de sus responsabilidades de guerra... directo al pasado. Cuando abrieron los ojos, se encontraron no en el campo de batalla, sino en un oscuro túnel subterráneo, rodeados de nada más que el eco de picos golpeando minerales.
Optimus fue el primero en notar dónde estaban.
—¿Megatron... es esto...? —susurró, mirando a su alrededor—. ¿Las minas de Iacon?
Megatron, aún algo aturdido, parpadeó varias veces antes de responder, casi en un tono incrédulo.
—¿Qué clase de broma cósmica es esta? —bufó, pasando una mano por su rostro—. ¡Pasé siglos tratando de olvidar este lugar!
Pero el tiempo no les dio oportunidad de reaccionar. En ese momento, dos mineros se acercaron a ellos, mirándolos con ojos curiosos.
—¡Oye, D-16! —gritó uno de ellos, sin saber que estaba dirigiéndose al futuro líder Decepticon—. ¿Qué haces aquí parado? Ya sabes que el capataz se pone de mal humor cuando no estás trabajando.
Optimus tuvo que contener una carcajada, mientras Megatron se tensaba al escuchar su antiguo apodo.
—D-16... vaya, hace tiempo que no escuchaba eso —bromeó Optimus, con una sonrisa divertida—. ¿Cómo era eso de "gran luchador de las arenas"? Aunque ahora pareces más el "gran holgazán de las minas."
Megatron le lanzó una mirada fulminante.
—Ten cuidado, Orion —gruñó, usando el nombre que Optimus solía llevar antes de convertirse en Prime—. Aún tengo más fuerza que tú, y no me molestaría recordártelo.
Orion simplemente sonrió y le dio un golpecito en el brazo, como si estuvieran en los viejos tiempos.
—¿Qué pasa, D-16? ¿Acaso el gran gladiador tiene miedo de ensuciarse las manos? Vamos, el capataz estará muy complacido de vernos trabajando codo a codo.
A Megatron casi se le escapa una risa, pero se contuvo, recordándose que en este tiempo, eran solo mineros.
Suspirando, ambos tomaron sus herramientas y comenzaron a picar minerales, intercambiando miradas de incredulidad y molestia en partes iguales.
—¿Sabes? —dijo Orion, deteniéndose un momento para ver su pico—. Esto me recuerda a los viejos tiempos. Éramos solo tú y yo, buscando algo más en este agujero oscuro.
Megatron resopló, mientras daba un golpe a la pared con más fuerza de la necesaria.
—Sí, "algo más" que resultó ser una guerra de eones. —Hizo una pausa y lo miró con una expresión burlona—. Aunque tengo que admitirlo, verte sudar en las minas tiene su encanto.
Orion soltó una carcajada, ignorando la provocación.
—Te olvidas de una cosa, D-16. En aquel entonces, eras tú quien no paraba de hablar de cómo algún día cambiarías todo esto, —dijo, sonriendo con nostalgia—. Si mal no recuerdo, hasta me convenciste de escaparnos temprano para ver las carreras de Vuelos Prohibidos. Todo un problemático.
Megatron esbozó una sonrisa, recordando aquel día en que ambos habían logrado escabullirse para ver las carreras de naves. Fue un desastre; casi los atraparon y Orion acabó cubierto de polvo. Pero en lugar de molestarle, solo había aumentado su complicidad.
—Ah, claro. Nunca olvidaré cómo lloriqueabas cuando casi te caes de la plataforma. Tu cara era un poema. —Megatron se rió, y por un segundo, se olvidaron de sus actuales roles de líder Autobot y Decepticon.
Orion soltó una risa y le dio un empujón ligero.
—Si recuerdo bien, tú también te aferraste a mi brazo como si tu vida dependiera de ello.
Ambos se rieron, hasta que el capataz les lanzó una mirada de advertencia. En su forma actual, ambos parecían un par de jóvenes mineros que apenas comenzaban a descubrir lo que realmente querían del mundo.
Finalmente, después de horas de trabajo, lograron un momento de descanso, sentados contra las paredes de la mina, sucios y exhaustos, pero extrañamente cómodos.
—Sabes, D-16 —comenzó Orion, recostado en la pared y mirando al techo—, en estos tiempos, tú eras mi amigo más cercano. Nunca imaginé que algún día... bueno, que todo cambiaría tanto entre nosotros.
Megatron asintió en silencio, mirando sus propias manos cubiertas de polvo. En ese instante, la simplicidad de todo esto le resultaba más atractiva de lo que admitiría.
—Tal vez... tal vez esos días nunca debieron haber cambiado, Orion —dijo, su voz más suave de lo que había sido en siglos.
Orion le sonrió con calidez, como lo hacía antes.
—¿Lo dices en serio, Megatron? Porque si es así, podemos aprovechar este tiempo que tenemos aquí... como amigos.
Megatron lo miró, dudando un segundo, y luego asintió.
—Por ahora, Orion —dijo, sin siquiera darse cuenta de que había regresado a llamarlo como lo hacía en los viejos tiempos—. Solo por ahora.
Ambos se quedaron allí, en silencio, disfrutando del tiempo juntos en un mundo que, por un momento, se había vuelto pequeño y simple otra vez.
Quizás era algo que ambos necesitaban, ya verían cómo regresar luego.
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Asuntos pendientes -MegOp ☄️
FanfictionOptimus Prime y Megatron aparecen en el pasado. Donde todavía eran amigos y donde la guerra aún no existía