Después de la carrera clandestina y la persecución por parte de los guardias, Orion y D-16 se volvieron inseparables. Todo el asunto de estar atrapados en el pasado, sin preocuparse de títulos o responsabilidades, hizo que su relación fuera aún más cercana.
Para ellos, esta libertad temporal de sus deberes era como respirar aire nuevo. Sin el peso de la guerra ni de sus títulos —Orion Pax, el futuro Optimus Prime, y D-16, quien se convertiría en Megatron—, eran simplemente dos jóvenes explorando el vasto planeta que llamaban hogar. Parecían dos amigos de toda la vida, inseparables y en constante competencia de quién tenía la última palabra.
La conexión entre ellos iba más allá de lo superficial. Ambos compartían un espíritu de desafío, una chispa de rebeldía que los llevaba a cuestionar el orden establecido de Cybertron. Mientras otros cibertronianos simplemente aceptaban las estructuras de poder, Orion y D-16 siempre buscaron algo más, algo que los impulsara hacia un propósito superior. Y aunque no lo sabían aún, este viaje al pasado les estaba permitiendo comprenderse de una manera más profunda y genuina.
Una tarde, mientras descansaban en una de las cavernas ocultas de las minas, rodeados por el suave zumbido de la energía bruta de Cybertron, Orion dio un salto al recordar algo.
—¡D-16! Creo que ya sé cómo podemos regresar —dijo emocionado, sus ópticas brillando con entusiasmo.
Megatron, recostado contra una roca con los brazos cruzados, lo miró con escepticismo. Cada vez que Orion lo llamaba como "D-16" iba olvidando quien llegó a ser "Megatron" ese nombre; que con el pasar de los días en la mina le sonaba como un eco distante, de un tiempo en que ya no podía recordar del todo.
—¿Otra de tus "brillantes" ideas? —preguntó, alzando una ceja metálica—. Como la última, cuando casi terminamos en prisión porque no podías resistir meterte en una carrera clandestina.
Orion lo ignoró, moviéndose con una energía casi juvenil, claramente entusiasmado.
—He escuchado rumores de algo llamado el "Cubo Interdimensional" —susurró, acercándose a Megatron como si fuera un gran secreto—. Se supone que está oculto en las profundidades de las minas y que tiene el poder de abrir portales a otras dimensiones... o al futuro, en nuestro caso.
Megatron suspiró, pero no pudo ocultar la leve sonrisa que asomaba en su rostro. Había algo en la audacia de Orion que le resultaba... refrescante.
—Déjame adivinar... ¿quieres que nos aventuremos a buscarlo?
Orion asintió con emoción, dándole un empujón amistoso en el hombro.
—¡Por supuesto! ¿No tienes curiosidad de ver si esto funciona? Piensa en todas las posibilidades.
El plateado lo miró, intentando mantener su fachada seria, pero no pudo evitar que un destello de interés cruzara sus ojos oscuros. Su faceta de guerrero solía rechazar tales ideas como ilusiones, pero en ese momento, rodeado de la energía joven y despreocupada de Orion, casi sintió que podía permitirse el lujo de soñar.
—Curiosidad, claro. Más bien, estoy seguro de que te meterás en problemas y tendré que salvarte.
Orion sonrió descaradamente.
—Pues, si eres mi "héroe," ¿qué te preocupa? —bromeó, dándole una palmadita en el hombro.
El toque amistoso le envió una corriente eléctrica por su sistema. Megatron sintió cómo cada circuito en su cuerpo reaccionaba, recordándole lo peligroso que era Optimus de esta forma: joven, despreocupado, y... en alguna medida, encantador. La chispa de la juventud de Orion era contagiosa, y aunque no lo admitiera en voz alta, D-16 disfrutaba estar cerca de él.
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Asuntos pendientes -MegOp ☄️
FanfictionOptimus Prime y Megatron aparecen en el pasado. Donde todavía eran amigos y donde la guerra aún no existía