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— Puedo ser tu amigo? — Comentó con una sonrisa — Por favor, me pareces interesante y quiero ser tu amigo.

Al Dazai procesar esas palabras se sintió sorprendido de oír eso. No estaba acostumbrado a que alguien llegara y le dijera algo como eso por elección propia.

— ¿Disculpa? ¿Por qué querrías eso? — Preguntó con una clara desconfianza hacia Chuuya.

— ¿Tiene que haber una razón para que quiera ser tu amigo? — Expresó — Bien, quiero ser tu amigo porque mi corazón me lo dijo.

Dazai se quedó más atónito de lo que ya lo estaba, ¿en serio, solo por eso? Era estupido a sus ojos, pero no podía hacer nada si eso era lo que el otro deseaba.

— ¿Solo eso? En mi opinión es tonto, el corazón solo sirve para bombear sangre.

La actitud de Dazai era esquiva, burlona y sarcástica. No quería estar cerca de ese chico. Pero eso no desanimó a Chuuya y solo se decidió aún más en ser amigo de Dazai a como diera lugar.

— Tal vez si, pero de verdad quiero ser tu amigo — Insistió — ¿Podemos ser amigos?

La actitud persistente y confiada de Chuuya a su manera sorprendieron y cautivaron a Dazai, pero dejo esos pensamientos de lado y se centro en Chuuya.

— No dejaras de insistir, ¿cierto?

— No dejaré de insistir hasta que me dejes ser tu amigo — Confirmo y Dazai solo pudo suspirar ante esa confirmación.

— Esta bien — Habló — Si haces algo que no me gusta dejamos de ser amigos, ¿bien?

Dazai terminó de hablar y antes de poder reaccionar Chuuya terminó por abrazarle con una sonrisa. Suspiro y noto que el pelirrojo era bastante enérgico. Posiblemente demasiado para Dazai.

— Lo que tú digas.

— Esta bien

Chuuya no podía estar más alegre. Consiguió un nuevo amigo. Para el pelirrojo no podía ser mejor, solo el ver a Dazai por primera vez le llamo la atención el vacío en sus ojos. Fue en ese momento en el que se propuso a hacerse amigo del moreno a como diera lugar y aunque este se negara.

— ¿Cómo te llamas?

Preguntó con una sonrisa, claramente feliz de haber logrado la primera fase de su objetivo. Sabía que debía de ganarse la amistad y confianza de Dazai.

— Dazai Osamu... — Murmuró desinteresado en el pelirrojo — Supongo que tú eres Chuuya, ¿no?

— Si, yo soy Chuuya, un gusto Osamu.

— ¿Osamu? ¿Ya tenemos esa confianza?

— ¡Por supuesto! Somos amigos, y los amigos tienen confianza — Comentó feliz — Yo te puedo poner un apodo y tú me puedes poner otro, ¿qué dices?

— ¿Apodos? ¿Es en serio? Pareces un niño pequeño y mimado.

Dazai aún no lograba confiar en Chuuya o ser amable con él, después de todo, a sus ojos el pelirrojo era un extraño el cual acababa de conocer.

— ¡No soy un niño mimado! Solo soy enérgico — Exclamó con una sonrisa — Pero a diferencia de mi, tú pareces más... Cómo decirlo... ¡Reservado! Esa es la palabra, tú pareces más reservado.

— Oh vamos, no me conoces y ya estás sacando conclusiones, ¿no crees que es muy pronto?

— Tal vez si, tal vez no, pero el tiempo me dirá la verdad.

— Si, si, claro. Lo que tú digas.

— Vamos, eres demasiado serio para tu edad — Murmuró y comenzó a acercarse más a Dazai invadiendo su espacio personal. Algo que no le gusto al moreno, pero decidió ignorarlo por el momento.

— Tu edad es mi edad, idiota.

— También eres muy grosero — Murmuró agarrando el libro de Dazai y mirándolo detenidamente — No eres bueno haciendo amigos, ¿cierto?

Eso fue una afirmación, algo que no le gustó a Dazai pero que sabía que era verdad. No es bueno haciendo amigos después de todo.

— ¿Eso importa?

Habló mirando a Chuuya ojear su libro detalladamente y no se perdió como entre cerro el libro para mirar el título y la portada. Sin perderse su reacción al ver de que libro se trataba.

— ¿Cien años de soledad? — Cuestiono — ¿No es un libro un tanto fuerte? No me lo he leído, pero no me esperaba que estuvieras leyendo esto — Comentó antes de voltearse a mirar a Dazai a los ojos.

— Solo me interesó el libro y quise leerlo — Admitió y suspiro — ¿Cómo conoces el libro? No esperaba que tú supieras de un libro como este.

Habló y le quitó el libro de las manos a Chuuya sin ser agresivo.

— Mi padre, a él le gustaba la lectura y uno de los libros que compró fue este. Era de sus libros favoritos — Declaró, su tono más apagado y sombrío — Si quieres en lugar de comprar libros puedo prestarte los que quieras, yo no los leo y todos esos libros ahora son míos, tal vez a ti te interesen más.

Su tono volvió al mismo de siempre, algo que llamo la atención de Dazai.

— Tienes varios libros? ¿Y por qué los tienes si no los lees? — Cuestiono con sospecha — Además dijiste gustaba, ¿hay algo más?

— Solo me gusta tenerlos, además no me gustaría botar los o regalarlos. No te equivocas, mi padre, el murió cuando yo aún era un niño y casi no lo conocí, los únicos recuerdos que tengo de él son sus libros. Por eso prefiero tenerlos para mi y conservarlos.

Dazai se quedó callado, conmocionado por lo escuchado. No esperaba eso, se comenzó a sentir mal por haber preguntado en primer lugar.

— Entiendo, ¿cuántos años tenías cuando eso pasó? — Preguntó indeciso.

— Tenía cinco años, por lo que son muy vagos los recuerdos que tengo de él, pero... Al leer los libros siento su presencia junto a mi, como cuando era un niño — Se acostó en el pasto mirando directamente al cielo y puso sus manos en su vientre — Murió porque iba conduciendo y un conductor ebrio le hizo tener un accidente, mi padre murió y ese desgraciado también, se lo merecía... Supongo.

Esa información si le sorprendió a Dazai y se acostó al lado de Chuuya. A su manera estaba agradecido por la confianza de Chuuya hacia él.

— No se que decirte. Debiste pasarlo mal.

— No mucho, solo era un niño y no comprendía bien lo que pasaba, y tampoco tengo muchos recuerdos de él, por lo que solo me quedan los libros que pertenecieron a él.

— Cierto...

— Pero, ¿qué dices de mi pregunta inicial? Si quieres puedes ir a mi casa y agarrar unos libros, y cuando los termines me los regresas, ¿aceptas?

Dazai se sorprendió por el repentino cambio de tema, pero entendía el porque del cambio. Seguramente Chuuya no quería seguir hablando de ese tema.

— Creo que no estaría mal, no me desagrada la idea.

— Bien, eres bienvenido a mi casa cuando desees.

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Yo antes de ti | Soukoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora