Clase de ciencias

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Cuando la clase de matemáticas había acabado, mis ojos no paraban de buscar a aquel chico nuevo. No soy muy sociable, pero en mi mente, revolvía algún tipo de excusa para entablar una conversación con él. Pinkamena iba atrás mío como perro y su sabueso, mientras yo buscaba a Ben. Sin embargo, para cuando yo estaba lista para hablarle, el maldito timbre sonó. Tenía clase de ciencias. No soy muy "superdotada" en las asignaturas que hay en esta escuela, pero en ciencias, tenía de compañero a X-Virus y lograba trabajar y hacer mis actividades adecuadamente con él. Sin embargo, como estamos en un nuevo año, le profesore Momo asignará nuevas duplas de equipo. Extrañaré a X...Pero, esta podría ser una oportunidad para que me toque con Ben y pueda conocer a ese guapote un poco más.

—¡Okay chicos! Mi nombre es le profesore Momo, soy profesore de ciencias y seré su profesore este año. Para cada actividad que tendremos, ustedes tendrán una pareja de trabajo que sera aleatoria. Si hay inconvenientes no importa, aprendan a convivir animales.— Dijo elle, con su tono estricto y malhumorado. En mi cabeza, se repetía lo mismo:

"Porfavor, porfavor, que me toque con el rubio, porfavor."

—Pinkamena Calvetti y Ben Drowned, siéntense ahí— Mi sangre empezó a arde, iba a matar a Pinkamena, me estaba robando el hombre y la oportunidad de mi vida. Pero despues, lo que dijo la profesora fue la gota que colmo el vaso.

—T/N T/A y Jeff The Killer, ustedes siéntanse en el banco al lado de la ventana —cruzé miradas con Pinkamena y le hice señales de que estaba decidida a tirarme por ahi. Ella, amargada, señaló a Ben y con mis gestos le hice señales de que averiguara sobre él.

—Jaja, te tocó con la rarita— dijo Jane, la cual intentaba llamar la atención del idiota de Jeff.

—Parece que sí...— Respondió el, mientras se acercaba a mí. —Espero que sepas sobre ciencias, porque no pienso hacer nada— Susurro en mi oído, terminando con una risa burlona.

Resignada y sin opción alguna, me senté con Jeff y me puse manos a la obra. Le profesore Momo nos dio a los dos una rana a cada uno, la tarea era abrirla, disecar e inspeccionar sus órganos y anotar los resultados que teníamos cada uno. Mientras anotaba las consignas, yo no paraba de mirar a Pinkamena y como había casi nula interacción entre el amor de mi vida y ella, ¿acaso no había entendido mis señas? Decidí tomar mi celular en cuanto Momo estuviera distraide y le mandé un mensaje a ella para que hiciera lo que necesitaba.

—¿El celular está más entretenido que la clase?— Bufó el chico sonrisa, con un tono burlesco

—Teniéndote como compañero, cualquier cosa es más entretenida— Revolié con mis ojos.

—¿Sabés? —comentó con una sonrisa aún más ancha—, dicen que los intestinos son lo que más rápido se enfría cuando una persona... bueno, ya no respira.

Lo miré con una mezcla de asco y exasperación.

—¿Podrías tomártelo en serio, aunque sea un segundo? La idea es anotar, no hacer un show gore.

—Me encanta el gore—. Burloneó él. Con mis intentos de ignorarlo, empecé a seguir la actividad, si bien el animal estaba muerto, una parte de mí sentía pena y tristeza, quizás pudo haber tenido una familia o quizás un alma. Con esas ideas rondando por mi mente, intenté disecarla lo más respetuosamente posible, sin mucho apuro y con mucho cuidado. De repente, el enfermo mental de The Killer empezó a apuñalar la rana frente a él, una y otra vez, con movimientos exagerados y poco delicados.

—¿Estás seguro de que no tienes otra cosa que hacer? —le dije, conteniendo la irritación.
Él rió y levantó su rana ensangrentada, como si fuera un trofeo.

—¿Qué? ¿Esto te da impresión, niñita? Vamos, eres muy diferente a todos los que están en esta secundaria ¿O será que la niña huérfana es demasiado delicada para soportarlo?

Esa última palabra me golpeó como un puñetazo. Jeff me miraba con una sonrisa de autosuficiencia, se reía, satisfecho con su comentario, mientras algunos de nuestros compañeros nos miraban y murmuraban. Pero no le di el gusto de mirarlo asustada. Sin pensarlo, mi mano se cerró en torno al cuchillo que estaba usando para la disección, y, sin apartar los ojos de él, levanté el arma hasta su insignificante pálido cuello.

—¿Quieres que te haga esa estúpida sonrisa en otra parte?—le respondí, con voz baja y controlada, mirándolo fijamente mientras su roja carcajada se desvanecía.

—¡Esto es un atrevimiento! En el primer día de clases, y están amenazándose con cuchilla en mi clase, me siento decepcionade. Los dos vayan con Splendorman, ya.

—Pero fue ella profesore, yo no tengo la culpa— En instante, el rubio callado levantó su asiento y habló por primera vez.

—Nada de peros, tu estabas provocandola, desde aquí se escuchaba como la estabas molestando.— El, el me defendió, es un dulce.

—Tu que te metes, zopenco— Respondió sonrisas.

—Señor Killer, a dirección, junto a T/A. Imediatamente.

Ambos cruzamos el pasillo en silencio. Él iba con las manos en los bolsillos, con su actitud arrogante. Yo trataba de calmarme. Pero por dentro pensaba en Ben, que me había defendido frente a Jeff. Ese recuerdo hizo disminuir mi enojo.

Finalmente, llegamos a la oficina de adscripción y encontramos a Splendorman, que ya nos estaba esperando con una expresión que intentaba parecer severa.

—Bueno, ¿alguien me quiere explicar qué fue exactamente lo que pasó?

Antes de que pudiera abrir la boca, Jeff ya había comenzado a hablar. Pero yo también tenía algo que decir, así que terminé hablando al mismo tiempo que él.

—¡Él empezó a molestarme en clase! —exclamé, mientras Jeff decía:

—¡Ella fue la que me amenazó con un cuchillo!

Los dos empezamos a discutir y a gritar al mismo tiempo, sin dejar que Splendorman entendiese algo. El se confundió con nuestra mezcla de palabras y reproches, pero nos dejó continuar. Luego alzó la mano para detenernos.

—Ya, ya, ya. Está claro que hay... diferencias de opinión. —Nos miró a ambos, su expresión cambiando de severa a casi divertida—. Muy bien, parece que tienen algunos problemas que resolver y discutiendo asi, no van a solucionarse. Así que, como castigo, em, quizas van a ir a la biblioteca juntos, y van a quedarse ahí hasta que puedan hablar sin pelear. ¿Entendido?


En el camino, Jeff no perdió oportunidad de molestarme. Riéndose, insultándome y amenazándome, sin embargo, yo estaba tranquila con mi temperamento.

Llegamos a la biblioteca, y ahí estaba la bibliotecaria, Granny. Nos saludó con una sonrisa amable, aunque sus ojos negros denotaban la autoridad que tenía en su espacio.

—Bueno, chicos, espero que estén listos para trabajar —dijo con su suave y anciana voz, señalando una pila de libros—. Necesito que ordenen estos estantes y organicen todos los libros de referencia en orden alfabético. Nada de charla, ¿está claro?

Asentimos y comenzamos a trabajar en silencio. Mientras ordenaba los libros, Jeff agarraba y en vez de clasificarlos, se ponía a leerlos.

—¿Ayudame, quieres?—

—¿Por qué debería? Si te hubieses controlado no estaríamos aquí.

—Si tú hubieses cerrado tu bocota.

—Vamos, ¿qué fue la cosa que dije que te molestó tanto? Eres una fragíl

—¿Frágil? —me giré para mirarlo, entre incrédula y ofendida—. ¿En serio? ¡Si no paraste de molestarme toda la clase, Jeff!— Exclamé, pero el decidió ignorarme.

(1193 palabrass)

Nota: Intentare agregar mas escenas y cosas a los capitulos y escribir menos, en vez de escribir demasiado y llegar a pocas conclusiones. Quiero que sepan que es mi primera vez escribiendo en primera persona así que posiblemente hayan fallos.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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