Esta es una cálida y tierna historia de amor sobre Dazai y Sigma que encuentran el sentido de sus vidas y la felicidad luego de descubrir que son algo más que simples compañeros de cuarto.
La habitación estaba envuelta en una dulce atmósfera, con la luz de una lámpara que proyectaba sombras suaves en las paredes. Dazai y Sigma se encontraban en la cama, el aire entre ellos estaba cargado de una nueva energía electrizante. Era la primera noche que compartían juntos y ambos sabían que era un momento especial.
Con una cálida sonrisa, Dazai se acercó a su amado, tomando su rostro suavemente entre sus manos mientras observaba cómo la luz resaltaba sus finos rasgos e iluminaba su larga cabellera.
— ¡Eres irrealmente hermoso, como un ángel♡! — dijo, inclinándose para besarlo nuevamente.
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Las mejillas de Sigma se tiñeron de un leve rubor, pero el deseo en su interior comenzó a crecer haciendo que la timidez desapareciera guadualmente y pronto se aferró al otro, buscando su calor y cercanía.
— T-Tú también eres hermoso, Dazai, me encanta tu sonrisa♡ — devolvió el piropo con su voz temblando un poco por la emoción.
El detective castaño comenzó a desabrochar la camisa de Sigma con movimientos delicados, como si temiera romper la magia del momento. Luego, sus manos comenzaron a explorar su cuerpo, deslizándose desde los hombros hasta su cintura, para terminar atrapándolo en un abrazo que lo empujó suavemente hacia la cama.
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Enseguida, Dazai se encontró sobre el de cabello bicolor... Su cuerpo presionando con intención, su aliento cálido rozando su piel. Sigma cerró los ojos, llevándose por la intensidad de la experiencia y así, poco a poco, la ropa de ambos comenzó a caer dejándolos vulnerables y expuestos.
El de ojos café se detuvo por un momento, admirando la imagen escultural de su novio ante él.
— Oh, cariño, tienes una piel tan impecable, tersa y nívea que me recuerda a la porcelana.
— ¿En serio? Jaja... ¡Basta, me haces cosquillas!... Dazai... ¡Haah♡! — De pronto, Sigma dejó escapar un pequeño gemido, un sonido tan lindo que hizo que el corazón del castaño diera un vuelco.
— Fufu... ¡y también eres muy sensible aquí! — rió travieso, jugando con las decoraciones rosadas de su pecho.
Con un movimiento rápido, el chico de apariencia angelical se llevó el brazo a la cara, tratando de tapar su boca o mejor dicho, su rostro que se había vuelto rojo como un pulpo hirviendo.
— ¿Estás bien? — preguntó el otro, con un tono lleno de preocupación y amor.
— Sí — respondió Sigma, apenas audible —. Solo un poco extraño y nervioso...
— No hay prisa — dijo Dazai, retirando con ternura su brazo —. Estamos juntos en esto y además, me encanta tu voz . ¡Muéstrame todo de ti, querido!
Ante esas palabras, Sigma sintió que la ansiedad se desvanecía y confiando en que estaba en buenas manos, comenzó a relajarse dejando que el placer y la pasión lo envolviera.
El chico de ojos café continuó estimulando sus zonas sensibles lanzando una lluvia de besos en su cuello que rápidamente descendieron hacia su pecho y acariciando sus muslos desnudos de una forma que lo hacía estremecer con cada contacto.
Finalmente, luego de los juegos y preparaciones previas, Dazai sintió que era el momento de llevar las cosas al siguiente nivel. Entonces, inclinándose hacia su amado, le dijo con voz dulce en el oído: — Voy a entrar, ¿estás listo?
Sigma, ahora relajado asintió, sintiendo que la emoción lo inundaba. Dazai lo tomó en sus brazos, y con un impulso hacia adelante, se conectó a él llenándolo poco a poco.
El chico de cabello bicolor se arqueó de forma dramática, sintiendo una electricidad recorrer por todo su ser. Las lágrimas se le escaparon involuntariamente y su respiración también se volvió irregular.
— ¡Mm♡! ¡Dazaiii♡! Haah haah... ¡¡AAAAAH♡!!
— ¡Oh, Sigma♡!... ¡Oh, amor, lo estás haciendo increíble♡!
En poco tiempo, ambos se movían al unísono, uniendo sus cuerpos en un baile que celebraba todo lo que habían reprimido. Dazai, en ningún momento apartó la vista de Sigma que se sonrojó aún más, abrumado por la sinceridad en los ojos del contrario que lo hacía sentir especial y querido... Era como si el mundo se desvaneciera, dejando solo la conexión entre ellos y eso los llenaba de una alegría inmensa.
— ¿Estás bien?, cariño... ¿Te duele? Si quieres que pare, por favor, solo dilo. No me gustaría lastimarte.
— ¡No! ¡No te detengas, Dazai! — exclamó el chico de rasgos finos, ajustando sus piernas alrededor de la cintura del otro.— Es un poco raro porque es la primera vez, pero... ¡Se siente bien, de verdad me gusta!
Dazai retomó el movimiento con una intensidad mayor llevando a ambos al clímax donde se entregaron por completo. En ese instante, se sintieron completamente unidos, como si sus almas estuvieran entrelazadas. Todo el miedo y la confusión se desvanecieron, dejando solo el amor puro que compartían.
Con los ojos brillando intensamente, el castaño tomó la mano de su novio y la llevó a su pecho, donde podía sentir sus latidos.
— Querido Sigma, a partir de ahora, mi corazón es solo tuyo♡.
— Dazai... Sí, mi corazón también solo te pertenece ati. Te amo y no quiero que esto termine♡.
— Y no tiene por qué — respondió Dazai, acariciando su mejilla con ternura —. Este es solo el comienzo.
La risa y los susurros llenaban el aire, convirtiendo cada momento compartido en un recuerdo imborrable. Así, en la calidez de su primer encuentro íntimo, Dazai y Sigma se dieron cuenta de que habían hallado algo precioso el uno en el otro. Era una noche de dulzura y promesas, una noche en la que el amor comenzaba a florecer en todo su esplendor.
