𝟮𝟰

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Hyunjin y felix se besaban fogosamente en las últimas filas de la sala. La película que se presentaba en la pantalla no era más que un sonido externo que ignoraban, mientras sus lenguas jugueteaban entre si, tocandose y aumentando la temperatura de sus cuerpos.

¿Qué película era? Bah, ni si quiera les importaba.

La mano de Hyunjin acariciaba el miembro de felix por sobre sus pantalones, y este lo tenía agarrado de la nuca, tironeando con sus dedos su corto cabello castaño.

Las erecciones les dolian dentro de sus calzoncillos, y a cada segundo sus cuerpos estaban más ansiosos y desesperados por tener sexo, al menos una ronda rápida. Pero estaban en una jodida sala de cine, era totalmente arriesgado hacerlo alli. O al menos eso creía uno de los dos....

─‎ Ven bebé, súbete encima... te necesito mucho ─‎ susurró el castaño, moviendo más rápido la mano sobre el miembro cubierto de su novio.

Felix soltó un jadeo, que por suerte nadie escuchó. La sala estaba más o menos vacía, pero habia personas alli y hyunjin estaba verdaderamente loco si pensaba que él se dejaría follar en un lugar público.

─‎ ¿Estás demente? ¡Hay más personas! ─‎ respondió en un tono bajo, mientras una risa en plural sonó en el lugar.

─‎ Será rápido, vamos amor...

El castaño le sonrió, formando un puchero suplicante y el pelinegro suspíró rendido. Definitivamente no podía decirle que no.

Se levantó de su asiento, acomodándose sobre las piernas de Hyunjin con algo de dificultad. Éste agarró su voluminoso trasero con sus dos manos y tomó su boca en un posesivo beso que lo llevó nuevamente al paraíso. Cuando se besaban se sentía como si todo a su alrededor desapareciera y fueran lo únicos seres del universo entero, Eran besos mágicos, llenos de sentimientos y pasión.

Entretanto se besaban, las manos del castaño trabajaban desabrochándose su pantalón al igual que el de su novio, terminando así ambos con los pantalones hasta las rodillas. Felix se frotó contra Hyunjin, moviendo sus caderas de adelante hacia atrás sensualmente. Sintió como los dedos curiosos de su novio de adentraban en sus calzoncillos por detrás, tocando la piel de sus nalgas directamente.

El castaño las masajeo, separándolas y agarrándolas en sus manos, robándole un jadeo suavecito a su pelinegro. Mordió su labio inferior, tirando de él travieso.

─‎ Me encantas tanto bebé....

Un pequeño gemido de satisfacción escapó de felix al sentir un dedo tantear su entrada. Apoyo su cabeza en el hombro de su novio, dejando besitos en su cuello mientras él adentraba un dedo en su agujero. Se sintió sucio por estar haciendo tales cosas en un sitio como lo era una sala de cine, donde hasta niños iban. Pero bien que estaba disfrutando aquello.

Tres dedos ya estaban dentro de él, dilatándolo lo máximo para que el pene de su novio se adentrara en su interior. Cuando lo encontró listo, hyunjin quitó los dedos y bajó el par de calzoncillos. Introdujo de una sola estocada su miembro completo en el estrecho agujero de felix, por lo que éste tuvo que morder su hombro para no soltar un gemido escandaloso, Mientras esperaba que se acostumbrara, el castaño repartia besos por la mejilla de su novio y acariciaba su espalda baja, sintiendo su piel erizarse ante su suave toque.

Un meneo de caderas le indicó que el pelinegro ya estaba deseando más movimiento y sin esperar un minuto más, tomó sus nalgas, subiéndolo para luego bajarlo con fuerza, logrando que un choque de pieles se escuchara. Ni una de las personas que se hallaban alli se giró para ver lo estaban haciendo ese par de descarados jóvenes y ambos agradecieron eso.

Las embestidas no tardaron en llegar. Las caderas de felix subían y bajaban con rapidez, entretanto acallaba sus gemidos con mordidas que dejaba en el grueso hombro de su novio. Hyunjin trataba de no soltar maldiciones por la deliciosa sensación de estrechez en el interior caliente de su chico, y tan solo se concentraba en su pronto orgasmo.

Únicamente sentía a felix retener sus gemidos y respirar agitadamente. Estaban cerca del final, sentían en sus vientres el momento de correrse aproximarse. Hyunjin tomó el pene del pelinegro, ayudándole a alcanzar su glorioso orgasmo, que no tardó en llegar unos minutos después de que él mismo se hubiera corrido, llenándolo por completo de su esperma.

El pelinegro cayó rendido sobre el castaño, respirando entrecortado mientras sentía perfectamente el pene de su novio salir de él y su simiente correr por sus muslos.

Se levantó para acomodarse las ropas, y se devolvió a su asiento algo incómodo por el líquido entre sus nalgas.

Hyunjin rió con cansancio.

─‎ Esto fue excelente. Debemos repetirio.

─‎ Eres un jodido morboso ─‎ comentó, aún en susurros, el pelinegro negando con su cabeza y llevando su vista hacia una chica que, al notar la mirada del joven sobre ella, giró de inmediato ocultando su celular en el proceso ─‎ ¿Qué...?

─‎ Creo que esa chica nos estaba grabando. ─‎ El castaño se encogió de hombros, tomando una palomita de maiz. Felix se alteró.

─‎ ¿Y lo dices como si nada?

─‎ Qué se le puede hacer.

Y bueno, tenía razón. La chica ya había guardado el vídeos en diferentes partes, para que nadie se lo robara ni borrara.

¿Cuando uno tiene la suerte de encontrarse a una pareja gay follando en el cine? Nunca, y ahora era su pequeño tesoro retorcido.

¿Cuando uno tiene la suerte de encontrarse a una pareja gay follando en el cine? Nunca, y ahora era su pequeño tesoro retorcido

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SCOUNDREL ©  |  HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora