𝗲𝘅𝘁𝗿𝗮 #𝟬𝟭

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Nuevo mensaje recibido.

Amor: Era una vez un lix, que tenía la nariiiiz, roja como un tomateeee

Lix tkm: Cállate, cállate, cállate

Lix tkm: Llevas cantando esa canción de mierda toda la jodida semana

Amor: Es divertido molestarte ktdigo

Lix tkm: Claro, claro, como tú no eres el que está enfermo

Lix tkm: Ni si quiera me has dado un besito:

Amor: Me puedes contagiar y no gracias, en mi hermoso cuerpo по

Lix tkm:...

Lix tkm: Recuerdame por qué carajo sigo estando contigo

Amor: Porque te encanta mi anaconda

Lix tkm: Adiós. No te hablo más por desubicado.

Amor: Ayyy que andas sensible hoy Dios mío, mejor ni te mensajeo porque te me pones salvaje, besito en la cola

Lix tkm: guat

Lix tkm: Qué

Lix tkm: pasó

Lix tkm: alli

Amor: Te estaba imitando

Lix tkm:

Amor: En tu modo diva, obviss

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Amor: En tu modo diva, obviss

Lix tkm: ¿Estás seguro de que no quieres probar versatilidad? Es que a veces tienes tus momentos tan pasiva que

Amor: No.

Lix tkm: Pero y si

Amor: No.

Lix tkm: Con lubricante podríamos

Amor: NO

Lix tkm: Ok

Amor: hyunjin meter pene, felix recibir pene de Hyunjin

Lix tkm: ¿Y dónde quedar pene de felix?

Amor: En boca de hyunjin

Lix tkm: 😏

Amor:

Lix tkm: Ah vete a la mierda

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Lix tkm: Ah vete a la mierda.

Lix tkm se ha desconectado.

Amor: Nuuuuuuuuuu :"(

Amor se ha desconectado.

El castaño sonrió al móvil que tenía en la mano, guardándolo luego para poder abrir la puerta del departamento, felix llevaba en cama más de dos semanas, al principio era una gripe leve que el menor aseguraba que pasaría en unos días, pero prontamente le azotó la fiebre, los mareos y el vomito, por lo que no pudo evitar quedarse reposando en su hogar.

Hyunjin le llevaba los medicamentos al regresar de la universidad, por lo tanto siempre recibía calurosos abrazos o pequeños y suaves "gracias, mi amor" que le reconfortaban el corazón, recordándole to mucho que valía la pena hacer ese tipo de acciones por ese chico de mejillas abultadas que tanto adoraba.

Entró al departamento, dejando sus cosas por ahi-nunca tenia un orden para hacerlo la verdad, y se dirigió a la habitación en que su muy hermoso novio reposaba. Al acercarse podía escuchar los quejidos de dolor que emitia el pelinegro, viendo al entrar que éste estaba girando sobre el colchón apretándose la cabeza.

─‎ Mi vida ¿qué sucede? ─‎preguntó preocupado el castaño viendo a felix cerrar sus ojos con fuerza.

─‎ Esta jaqueca me está matando  ─‎respondió entre murmuros. ─‎ Odio estar enfermo, lo odio.

Hyunjin hizo una mueca, sacándose la chaqueta, para luego ir hacia la cama y sentarse en ella.

─‎ Ya pasará, te traje algunos medicamentos. ─‎ Sacó lo dicho de la bolsa, tendiéndole una pastilla junto al vaso de agua. ─‎ Ten.

─‎ Gracias, hyun ─‎ dijo felix con sus mejillas coloradas y una apacible sonrisa en el rostro. Tragó la pequeña pastilla, dejando el vaso a un lado.

─‎ Debo estar horrible.

─‎ No, solo tienes los ojos más chinos de lo normal y tu pelo se parece al de Goku, pero por lo demás estás hermoso.

El menor rió con suavidad, golpeandole en la cabeza.

─‎ Cállate.

─‎ Obligame.

─‎ No puedo, me siento tan débil que ni amenazarte puedo ─‎ bufó.

─‎ Oh Dios, esta es mi oportunidad para hacer lo que yo quiera. ─‎ Alzó las manos en puños al aire, agitándolos en gesto de festejo.

─‎ Ni si quiera lo pienses voz de silbato. ─‎ felix sonrió al ver la mirada indignada que Hyunjin le dirigió. Le tiró un beso y se acomodó en la cama.

─‎ Anda, recuestate conmigo, quiero el calor de mi nονίο

─‎ Me acabas de llamar voz de silbato.

─‎ ¿Y?

Hyunjin iba a decir sus quejas, pero se resignó al instante, suspirando. No valía la pena, ahora solo quería disfrutar de un momento acogedor con su pequeño chico. Sonrió al verlo acurrucado casi en posición fetal dándole la espalda, y se recostó enrollando sus brazos en la cintura de felix. Este se acomodó mejor, pegando por completo su espalda al pecho del castaño.

─‎ ¿Así está bien, mi vida?─‎ preguntó despacio, dejando un tibio beso en la nuca de su pareja.

─‎ Está perfecto ─‎ contestó con la voz adormilada.

La verdad era que siempre que los brazos de Hyunjin lo estuvieran rodeando él estaría en paz, porque el mayor le transmitía la tranquilidad necesaria para estar relajado, y le proporcionaba la felicidad suficiente como para asegurar que su relación iba por buen camino.

─‎ Gracias por cuidar de mi, cariño ─‎ habló nuevamente el pelinegro, notándosele en la voz lo cerca que estaba de quedarse dormido.

─‎ Es un placer, bebé.

─‎ Es un placer, bebé

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SCOUNDREL ©  |  HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora