Capitulo 5

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Hoy me desperté con ganas de salir a trotar un poco y como el vecindario parecía estar solo, desayune con los chicos, ya Mathias se había ido a la empresa.

-Verónica? Dejas que lleve a David al parque conmigo.

-Claro, si él quiere?.- señale a David que me respondió con un eufórico asentimiento de cabeza.

-Bien, David ve a ponerte algo más cómodo nos vamos.- le aviso Anne.

Me despedí de ellos y subí a la habitación a ponerme algo para trotar. Después de tanto cambiarme me decidí por una licra negra de Addidas y un sostén fucsia de deporte de eso que son cortos. Salí de la casa y empecé a caminar para calentar después de una cuadra empecé a trotar. Después de llegar a una plaza tome el tiempo, dos horas estuve corriendo vaya si que resistir, "pensé".

Me iba a devolver cuando una mano me agarro por el ante-brazo y me voltio bruscamente.

-¿Oiga que le pasa?.- pregunte al tipo que me estaba agarrando el brazo, pero él no me prestó atención estaba hablando por un auricular.

-Jefe la tengo, si está sola. Ya voy para allá.- me miro y luego empezó a empujarme hacia una camioneta verde que estaba parada en frente de la plaza por un lugar que casi nadie camina.

Empecé a golpearlo con mis brazos pero me agarro fuertemente por ellos así que decidí usar mis piernas y le di en donde más le dolía, me soltó de golpe y se llevó las manos a la zona afectada por mi patada y empezó a insultarme.

-Desgraciada, eres una zorra.- empezó a gritar.

No le di tiempo de agarrarme de nuevo y eche a correr en dirección a la casa de Mathias. ¿¡Huir!? Es lo que estaba haciendo desde que escape de mi casa, en este momento me encuentro corriendo de unos de los trabajadores de Dominic, deje de correr cuando ya veía que no me estaba siguiendo nadie. Me flexione y puse mis manos en mis rodillas estaba cansada, respiraba entrecortadamente. Después de un momento tratando de calmarme siento unas manos en mis hombros por instinto me volteo y empiezo a golpear al hombre que me está agarrando y empecé a insultarlo.

-Suéltame, no quiero ir con ese enfermo. Suéltame...

-Verónica soy yo Mathias, mírame.- seguí tratando de soltarme.

Hasta que sentí unos labios sobre los míos y abrí los ojos de golpe era Mathias y él me estaba besando al principio no cedí estaba en shock pero luego de uno segundos me deje llevar por el, en un beso tierno y suave.

Nos separamos por falta de aire y nos quedamos mirando por unos leves segundos hasta que habló.

-Que tienes preciosa?.- me pregunto preocupado por mi actitud.

-Vamos a tu casa por favor.- le pedí asustada y un poco más y entraba en pánico.

-Está bien, cálmate. Ven sube.

Entramos a su auto y el chófer arranco de una vez, no pare de pensar hasta que el auto de detuvo y el señor Mario me abrió la puerta y salí apresurada necesitaba pensar a solas.

°

Escuche unos golpes en la puerta y me desperté de golpe estaba soñando con lo de esta mañana, me pare tenía la pijama que me había comprado Anne, que era un short muy corto para mi gusto y una franelilla corta arriba del ombligo, no le preste atención, me dirigí a la puerta y me quede perpleja al ver a Mathias parado en el umbral comiéndome con la mirada.

-Perdona, pensé que eras David o Anne. Ya me cambio y hablamos te parece?.- me arrepiento de haberme puesto esta cosa, pero es que tenía calor, y ahora estoy pasando vergüenza delante de Mathias, fui a cerrar la puerta pero él me lo impidió.

ObligadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora