Vida...¿perfecta?

capitulo 13

Cuando por fin encontré mi habitación, entre en él. Me quede... ¿asombrada? era la habitación más grande que había visto, claro, a excepción de la de Nadir.

En la habitación había una cama grande para dos personas, una mesita de noche al lado de la cama, un tocador con maquillaje y todo para el cabello, también había una puerta que supongo era el baño, había otra más grande de vidrio que llevaba a un balcón y también un closet para ropa. Las paredes eran de un estilo rustico.

Me fui a acostar en la cama, ya que estaba más que cansada de todo lo que tuve que pasar, pero por alguna razón no era capaz de dormirme así que me puse a pensar en todo lo que había hecho hoy.

Había ido al colegio... después a casa de Nadir y todo el asunto de los Dynol... después Dylan... siguen mis padres... después escaparme por la ventana... sigue el peor de todos, el CASI beso con Nadir... y por último, no puedo creer que me allá metido a su cuarto.

Voy a necesitar un manicomio si sigo así y... me quede dormida de golpe como de costumbre.

(...)

Cuando desperté ya era de día y por el reloj que estaba en la mesa de noche me di cuenta de que eran las 10:00 de la mañana.

Me levante y busque en el closet de la habitación algo que pueda colocarme, y como supuse cuando lo abrí estaba lleno de ropa.

Elegí un vestido de estilo edad media color verde oscuro, con unos tacones bajos negros.

Me metí al baño desvistiéndome y entrando a la ducha.

Después de un largo baño, salí y me coloque la ropa que había elegido, me senté en el tocador y me desenrede el cabello para después cogerlo en una cola alta, me eche un poco de corrector en las horrible ojeras que tenía y un poco de rímel.

Abrí las puertas que daban al balcón y me asome por este. Daba vista a un patio trasero que jamás había visto y era precioso lleno de flores de colores con árboles que daban manzanas, naranjas y peras era asombroso. Como el paraíso de Adán y Eva.

Salí del cuarto tratando recordar donde quedaba la biblioteca en este laberinto, y cuando menos pensé ya estaba pensando en él.

"Ahg, te gusta, admítelo"

"¡Nunca!"

Cuando termine de hablar conmigo en una conversación interminable que me da flojera mencionar, me di cuenta de que había llegado a la biblioteca.

Entre en está mirando cada libro de las repisas, cuando encontré uno que me llamo la atención.

— "El caballero de la armadura oxidada" de Robert Fisher — leí en voz alta.

Lo agarre en mis manos y lo comencé a leer

(...)

A los seres humanos se les dio dos pies para que no tuviera que permanecer en un mismo lugar, pero si se quedaran quietos más a menudo para poder aceptar y apreciar, en lugar de aquí para allá intentando apoderarse de Todo lo que pueden, entenderían verdaderamente lo que es la ambición del corazón.

Fue lo último que leí antes de quedarme dormida.

(...)

Me desperté de un salto y me di cuenta que no estaba en la biblioteca, si no que estaba en mi cuarto.

Escuche la puerta abrirse y a Nadir asomándose por esta.

— Hola bella durmiente veo que despertarse — me dijo.

— ¿Cuánto he dormido? — le pregunte.

— Unas cuatro horas.

— ¿¡que!?

— Tranquila, si te quedaste dormida era porque tu cuerpo lo necesitaba. Te encontré en la biblioteca dormida, con un libro en la mano, así que te cargue y te traje a tu cuarto, pero tenías fiebre entonces te he puesto ese trapo húmedo que tienes en la cabeza para ver si te bajaba un poco.

— Gracias, y ¿dónde está el libro? — le pregunte — es que enserio me encanto.

— Esta en la mesita de noche, pero no te recomiendo que leas, deberías descansar para que te mejores.

— Creo que ya descanse mucho, pero ahora no tengo ganas de leer, así que no te preocupes.

— Ok, tengo ir a entrenar pero si me necesitas solo toca esto — dijo dándome una campanita — y aquí estaré, hoy seré tu sirviente.

— Gracias — dije dándole mi mejor sonrisa

— Esta bien, hasta luego.

Y con eso salió del cuarto dejándome sola y con una sentimiento de vacío en mi pecho.

— Dios mío, Clara que te pasa ¡Reacciona!

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En los próximos capítulos aparecerá Akiva en vez de Nadir, me asegurare de corregirlo.