De memorias olvidadas. ©

¿Cuántas vidas más necesitas?

-Y yo digo no, por que sé que las personas son poesía y que en la guerra hay lugar al arte, y en los ojos hay perfectas máquinas de relojería ajustadas a tus pulmones, y que podemos ser infiernos o cielos cuanto querramos y también se que incendiando un diente de león contando hasta diez puedo hacer cambiar al mundo, sé que las sábanas están rotas y que los libros se queman con la lluvia, se que nos arden las manos al tocar la piel y que la puta de tacones altos en la esquina de la siguiente manzana quiere que le regales coñac y un par de duros para irse a fumar lo primero que encuentre. Y también te puedo asegurar que todos somos egoístas, que al borde del abismo somos los verdugos que prefieren matar a morir, por que es como dicen comer o ser comido ¿No? Y tú siempre elegiras comer, y lo reitero todos somos poesía, por que te recuerdo que la poesía no necesita ser bonita para serlo, solo vasta con leer nuestros brazos para saberlo.
Y el que no esté de acuerdo, puede irse a la mierda.

Entonces sólo salió de aquel lugar que le asqueaba más que la comida de su tía, salió de allí y azotó la puerta, y nadie fue detrás, por que realmente nadie entendió el mensaje, pero cuando lo entendieran todos tocarían en su puerta en busca de salvación.