Esta vez le sentí olor a alcohol, lo detestó, y volví a correr la cara.
- ¿Estas ebrio? -
-N-no-
-No me mientas Alexis-Él solo bajo la mirada, miré la hora, las 2 a.m.-Dormirás en el sillón, pero te quiero fuera de mi casa a las 11-Me escapé de entre sus brazos y me dirigí a las escaleras.
-Oh vamos nena, habíamos logrado un avance-Él trató de seguirla por las escaleras, pero ella lo frenó apoyándole una mano en el pecho.
-No Alexis, vete a dormir, te vas temprano-Con eso desapareció escaleras arriba.
Natacha sintió el golpe de la soledad cuando escuchó el eco de sus propios pasos mientras subía las escaleras. La tensión que había quedado en el aire se sentía tan densa que podía cortarse. Alexis, en el piso de abajo, había quedado frustrado y confundido. Natacha, por su parte, solo quería encerrarse en su cuarto y olvidarse del episodio de esa noche. Sin embargo, ya en su habitación, las palabras y la actitud de Alexis seguían resonando en su mente, junto con la manera en que había intentado acercarse. Algo en ella no dejaba de pensar en eso, y aunque lo había apartado, había un pequeño conflicto interno que no lograba entender del todo porque lo había hecho.
Mientras tanto, Alexis se tumbó en el sillón, observando el techo de la casa de Natacha, inmerso en sus propios pensamientos. No era la primera vez que discutían, pero esta vez había algo diferente. El alcohol en su sistema no ayudaba mucho a aclarar sus pensamientos, y el hecho de que Natacha lo hubiese dejado dormir en el sillón después de todo, le generaba una mezcla de sentimientos encontrados. Quería acercarse, hablar con ella y entender de dónde venían todos esos sentimientos. Sin embargo, había algo que lo detenía: el ego.
La noche avanzó lentamente y, en algún momento, Alexis se quedó dormido en el sillón. La mañana llegó más rápido de lo esperado, y cuando Natacha bajó las escaleras, sus pasos resonaron en la sala, encontrándola vacía. Él ya no estaba, y un sentimiento de alivio mezclado con una pizca de decepción cruzó por su mente.
Natacha miró el sillón desordenado, el mismo en el que había pasado la noche Alexis. Los recuerdos de la noche anterior aún la perseguían, y por un momento se preguntó qué había pasado por la mente de Alexis. ¿Por qué la había obedecido? ¿Por qué, a pesar de todo, se sentía así? Sus pensamientos la consumieron, y aunque deseaba entender lo que estaba pasando, decidió que, al menos por ese día, lo dejaría de lado.
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I'd Let The World Burn-TBS fanfic
Novela JuvenilNatacha y Alexis siempre habían sido enemigos. En secundaria compartían clases, pero apenas se soportaban. Una noche, mientras los padres de Natacha estaban de vacaciones en Dubái, escuchó un golpe fuerte en la puerta. Al abrirla, se encontró a Alex...