El finde semana paso rápido. Alexis entra a la escuela en un caluroso lunes, entrando con confianza a su clase de literatura. Mira a Natacha, a sus amigas, y lleva el cabello suelto.Alexis fue hacia su lugar al fondo del salón, junto a su mejor amigo Félix, y se dejó caer en la silla con una sonrisa despreocupada. Mientras la profesora comenzaba a hablar, él sacó su celular, desinteresado de la lección y concentrado en lo que, según él, realmente importaba. Estaba absorto en la pantalla cuando un llamado inesperado lo interrumpió.—¡Vi Laconte! —la voz firme de la profesora resonó en el aula. No obtuvo respuesta. Alexis apenas levantó la vista del teléfono.—¡¿Sr. Laconte está prestando atención?! —insistió, visiblemente molesta. Sin mirarla directamente, Alexis respondió de mala gana:—Sí, sí, claro, lo que usted diga, profe...-Al escuchar su tono sarcástico, la profesora apretó los labios, intentando contener la irritación.—Le exijo que guarde su teléfono y que me responda con respeto. No está en el patio, señor Vi Laconte. -Alexis soltó un suspiro teatral, rodó los ojos y, con desgana, guardó el celular en su mochila.—Tranquila, profe —dijo, con una mueca burlona—, solo estaba mirando algo importante. -La profesora lo observó, claramente indignada, y continuó con un tono más severo:—¿Importante? ¡Nada es más importante que su educación en este momento! ¿O acaso cree que la literatura no es relevante? -Alexis le dedicó una sonrisa insolente.—Claro, profe. Me encantan las novelas del siglo pasado, ¿quiere que le diga qué opino de cada una? -El comentario arrancó una carcajada de Félix, quien le dio una palmadita en la espalda en señal de aprobación, y algunas risitas cómplices de otros compañeros. Natacha, por su parte, lo miró con un toque de disgusto, como si no pudiese creer el atrevimiento de Alexis.La profesora, sin perder la compostura, tomó un libro de su escritorio y lo levantó, manteniendo la voz controlada, aunque cada palabra estaba impregnada de firmeza.—Lo que quiero, señor Vi Laconte, es que preste atención. Si tiene una opinión real, puede compartirla sobre lo que acabamos de leer. Seguro tiene algo que decir, ¿verdad? -Alexis dejó escapar un bostezo exagerado, desviando la vista hacia la ventana.—Eh... claro, profe, la literatura es, eh... —esbozó una sonrisa burlona, arrastrando las palabras— "muy relevante" para mi futuro. -Un suspiro molesto escapó de la profesora, quien mantenía la calma, aunque se notaba cada vez más irritada.—Debería tomárselo en serio. Tal vez no lo entienda ahora, pero le aseguro que el respeto hacia esta clase y hacia mí es algo que le va a servir. -Sin poder resistirlo, Alexis soltó otro comentario, esta vez con un tono de burla.—Disculpé...creí que estábamos en la clase de literatura, no de sermonería. -Al oír esto, las risas estallaron en la clase, y Félix no fue el único que le palmeó la espalda en señal de apoyo. Incluso algunos compañeros de Natacha rieron, aunque ella mantuvo una expresión impasible. Sin embargo, un leve fruncimiento de sus labios delataba su desagrado. Natacha rodó los ojos, visiblemente harta de la actitud de Alexis, aunque en su interior una pequeña parte de ella se preguntaba qué le hacía actuar de esa manera.La profesora, sin embargo, ya había tenido suficiente.—¡Vi Laconte, a dirección, ahora mismo! —ordenó con voz firme.Alexis se encogió de hombros, tomando su mochila con una actitud despreocupada. Al pasar por el escritorio de la profesora, lanzó una última mirada desafiante antes de salir del aula. Mientras lo hacía, sus ojos se encontraron con los de Natacha por un breve instante. Ella le devolvió una mirada fría y desaprobatoria, que él ignoró con un leve encogimiento de hombros antes de salir del aula.Una vez en los pasillos, caminó lentamente hacia la oficina del director, disfrutando la sensación de rebeldía que tanto le gustaba. No le preocupaba demasiado la reprimenda que recibiría; después de todo, esta no era la primera vez que lo enviaban a dirección.De vuelta en el salón, la clase continuó, aunque la profesora estaba visiblemente irritada. Natacha, por su parte, intentaba concentrarse, pero su mente seguía regresando a la escena que acababa de presenciar. Algo en la actitud de Alexis le resultaba incomprensible. No entendía por qué él se empeñaba en desafiar a la autoridad de esa manera, especialmente cuando ella sabía que él no era tan indiferente como pretendía mostrar.Mientras la clase avanzaba, Natacha se sumergió en sus pensamientos, intentando convencerse de que la actitud de Alexis no le importaba en absoluto.
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I'd Let The World Burn-TBS fanfic
Roman pour AdolescentsNatacha y Alexis siempre habían sido enemigos. En secundaria compartían clases, pero apenas se soportaban. Una noche, mientras los padres de Natacha estaban de vacaciones en Dubái, escuchó un golpe fuerte en la puerta. Al abrirla, se encontró a Alex...