La mañana en la manada del Norte era fresca y tranquila, perfecta para el entrenamiento de los Alfas. En el claro principal, Yoongi se encontraba junto a Namjoon, Hoseok, y su hermano menor, Wongi, todos preparándose para la práctica. El Alfa principal, Min Yoonsul, observaba a lo lejos, asegurándose de que cada movimiento fuera certero y digno de sus herederos y futuros líderes.
El entrenamiento consistía en técnicas de caza y combate, enseñando a los Alfas a mejorar sus habilidades para proteger y liderar la manada. Yoongi, siendo el futuro sucesor, siempre se esmeraba en demostrar sus capacidades, pero aquella mañana había algo más en el aire.
Desde el otro lado del claro, un grupo de Omegas se había reunido para ver el entrenamiento. Entre ellos estaban Seokjin, quien observaba con interés a Namjoon, y Taehyung, quien murmuraba con su mejor amigo, Jimin. Jungkook, el Alfa más joven del grupo y amigo cercano de los tres, había llegado también y estaba apoyado contra un árbol, atento al entrenamiento y a los comentarios de los Omegas.
Mientras Yoongi entrenaba, sus ojos captaron la figura de Jimin, quien, aunque al principio parecía distraído, levantó la mirada y lo observó con curiosidad. Un calor inesperado recorrió a Yoongi cuando se dio cuenta de que Jimin lo estaba mirando, y sin poder evitarlo, sintió el impulso de demostrarle sus habilidades. Su lobo interno se agitó, orgulloso y decidido, queriendo impresionar al Omega que ocupaba sus pensamientos últimamente.
Yoongi intensificó sus movimientos, esquivando y lanzando ataques con una precisión casi impecable. Namjoon notó el cambio y sonrió levemente, entendiendo de inmediato de dónde venía esa repentina energía extra.
"Vaya, Yoongi. ¿A quién intentas impresionar?" murmuró Namjoon en tono bajo, suficiente para que solo él lo escuchara.
Yoongi frunció el ceño, sin dejar de moverse. "Concéntrate en el entrenamiento, Namjoon."
Namjoon soltó una risa contenida y lanzó un ataque rápido, que Yoongi bloqueó con facilidad. Pero mientras se movía, sus ojos seguían buscando a Jimin entre el grupo de Omegas, quien ahora observaba con atención.
Hoseok se unió a la conversación en un susurro divertido. "Creo que alguien está poniendo todo su esfuerzo hoy. ¿No es así, Yoongi?"
Yoongi rodó los ojos, pero mantuvo su postura seria. No iba a dejar que los comentarios de sus amigos lo distrajeran, aunque la satisfacción de saber que Jimin lo observaba le daba una motivación que no solía tener en los entrenamientos comunes.
Desde el lado de los Omegas, Taehyung se inclinó hacia Jimin, sonriendo con picardía. "Parece que el Alfa Min está mostrando sus habilidades hoy. ¿Será para alguien en particular?"
Jimin lo miró, tratando de actuar desinteresado, pero no pudo evitar sonrojarse un poco. "¿De qué hablas, Tae? Yo solo… estoy viendo el entrenamiento."
"Claro," respondió Jungkook con una risa burlona mientras cruzaba los brazos. "Seguro que el hecho de que miras a Yoongi más que a los otros no tiene nada que ver."
Jimin abrió la boca para protestar, pero cerró los labios, optando por ignorar el comentario. Aunque no quería admitirlo, había algo en observar a Yoongi que le resultaba… intrigante. La forma en que se movía con tanta precisión y seguridad, y cómo sus ojos parecían tener un propósito claro. A Jimin le parecía inspirador, aunque no lograba entender del todo por qué.
Entre tanto, Wongi, el hermano menor de Yoongi, observaba desde un costado, sin participar tanto en la práctica, pero evaluando cada movimiento de su hermano. Había una mezcla de admiración y resentimiento en su mirada, y cada vez que Yoongi recibía elogios de Yoonsul o de los demás Alfas, Wongi apretaba los puños, tratando de ocultar su disgusto. Siempre había vivido bajo la sombra de Yoongi, y aquella mañana, al ver que Jimin y los demás Omegas parecían enfocados en su hermano, sintió que esa sombra se hacía aún más grande.
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Destino Marcado
RandomEn un mundo gobernado por jerarquías y tradiciones, Min Yoongi es el futuro líder de su manada, destinado a casarse con una Omega elegida por su padre para asegurar alianzas. Sin embargo, su corazón pertenece a otro: Park Jimin, un Omega dulce y le...